Qué difícil es ser Cristo céntrico; y, sobre todo, cuando debemos hacer prevalecer la verdad y ésta en la justicia. No andaré con título lisonjero; no como los escribidores zalameros que prometieron la defensa a ultranza de la cultura occidental y ser baluartes poderosos en contra de la Agenda 2030 para vencer a los radicales de la izquierda globalista.
No puedo creer que con un poquito de tiempo de estancia en el gobierno se hayan corrompido las ideas de libertad, en momentos difíciles, de turbulencia intelectual, confusión y liviandad; donde existen modelos ideológicos que parecen buenos, pero son los arcaicos dogmas bello, intrínsecamente perversos según la definición pontificia de 1949.
El papa Francisco ha muerto (21 de abril de 2025) y hay muchos lamentos por todo el mundo. Visitó a Cuba comunista y expuso ex profeso su naturaleza de Bergoglio. El porteño sacerdote tuvo muchas sonrisas con los tiranos Fidel y Raúl Castro y disfrutó su estancia en la casa particular del primero. Mientras olvidaba a los sufridos, marginados y perseguidos por una Cuba libre.
Algunos de los calificativos a Francisco han sido de progresista, revolucionario, woke, el progre-woke, el Papa rojo, el Papa comunista, la evidencia concreta es mucha y una de ella fue alabar y sentirse a gusto con los cabecillas supresos de la junta militar comunista de Cuba, por esto hubiese sido excomulgado por la Congregación para la Doctrina de la Fe (1949).
El idealismo y romanticismo de Bergoglio ha sido una deslealtad al cristianismo, adulteración maligna del Cristo, de su prédica de amor al prójimo convertida en un enmascaramiento de la lucha de clase con sus mandatorias leyes sobre el desarrollo doctrinal, la bendición de las parejas homosexuales (Fiducia Supplicans), la autoridad del Sínodo sobre la Sinodalidad (Lumen Gentium), la ordenación de mujeres (Ordinatio Sacerdotalis) y la absolución sacramental (De Sacramento Paenitentiae).
Realmente, siempre hay sacerdotes fieles a Cristo y s u Iglesia y con su mensaje verdadero orientan al clero, a los laicos, feligreses católicos y en general a los cristianos en el mundo y entre esos clérigos están el arzobispo Carlo Maria Viganò, los obispos Joseph E. Strickland y Atanasius Schneider y los cardenales Peter Erdo, Robert Sarah, Juan Sandoval, Iñiguez, Raymond Burke, Walter Bradmüller, Joseph Zen Ze-kiun, Gherard Müller y otros.
Los cardenales Brandmüller, Burke, Zen, Sandoval y Sarah dirigieron una misiva al papa Francisco, 10/07/2023, y contenía cinco preguntas o dubia, plural de dubium, sobre la doctrina de la Iglesia católica. La respuesta fue recibida al otro día, pero tan vagas, que no aclaraban los puntos expuestos. Por tal razón, al mes y once días, reenviaron las mismas preguntas a contestar sí o no, como establece las normas del dubium. Nunca se obtuvo respuestas.
Cinco preguntas -reformuladas- de los cardenales al Papa
Primer dubium
"¿Es posible que la Iglesia hoy enseñe doctrinas contrarias a las que ha enseñado anteriormente en materia de fe y de moral, ya sea por el Papa ex cathedra, ya sea en las definiciones de un Concilio Ecuménico, o en el magisterio universal ordinario de los obispos esparcidos por el mundo (Cf. Lumen Gentium, 25)?"
Segundo dubium
"¿Es posible, en 'ciertas circunstancias', que un sacerdote bendiga las uniones homosexuales sugiriendo así que el comportamiento homosexual en sí mismo no sería contrario a la ley de Dios y al camino de cualquiera hacia Dios?"
Tercer dubium
"El Sínodo de los Obispos que se celebrará en Roma y que incluirá solo una representación electa de pastores y fieles, ejercerá, en las cuestiones doctrinales o pastorales sobre las cuales será llamado a expresarse, ¿la autoridad suprema de la Iglesia, que pertenece exclusivamente al Romano Pontífice y, al colegio de los obispos unidos al Papa (Cf. can. 336)?".
Cuarto dubium
"¿Podría la Iglesia en el futuro tener la facultad d e conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, contradiciendo así la reserva exclusiva de este sacramento a los varones bautizados, que pertenece a la sustancia misma del sacramento del orden, que la Iglesia no puede cambiar?"
Quinto dubium
"¿Puede un penitente que, admitiendo un pecado, niega de alguna manera la intención de no volver a cometerlo, recibir válidamente la absolución sacramental?".
El arzobispo Viganò sufrió una persecución política, más bien una cacería de brujas, y fue excomulgado por refutar las doctrinas del Concilio Vaticano II (1962-1965) y definirla como "un cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico" y designó a la "Iglesia Bergogliana de metástasis". Además, criticó la pedofilia en la institución religiosa e hizo que se tomara una posición oficial papal y a la vacuna de COVID-19 procedente de partes humanas de fetos abortados y pendiente de objeción por la directiva vaticana.
Asimismo, Viganò continuó asegurando la ilegitimidad al jefe de Estado teocrático y lo expresa así: "Bergoglio tendrá que rendir cuentas por los crímenes de los que se ha manchado, el primero de todos haber usurpado la cátedra de Pedro para destruir la Iglesia católica y condenar tantas almas". Todo esto lo relaciona con 2 Corintios 11: 13-15 y Santiago 2: 10 del libro de la Biblia.
Aspiro que un Cristo céntrico como el arzobispo Carlo María Viganò sea el nuevo Papa de la Iglesia católica o alguien que comparta su misma fidelidad, virtuosidad y valor heroico en el mantenimiento de la enseñanza de Jesús Nazareno y esa situación se definirá en el próximo cónclave de cardenales electores, el cual comenzará el 7 de mayo de 2025 en Roma.
El cardenal Müller hablo nítidamente y en beneficio de la Iglesia, los temas a dirimir en el seno católico no son sobre asuntos políticos entre "conservadores y liberales, sino entre la ortodoxia y herejía". Esto es evitar que se apague la luz de vida, defender a cualquier precio al indefenso, el pueblo de Dios, la Novia de Cristo, e interrumpir la continuidad herética e n Roma.
Las ideas de amor y fe por la Iglesia de los sacerdotes ortodoxos deben ser hoy parte indisoluble de los cardenales electores para hacer la correcta elección de su líder, un fiel cumplidor y héroe de la Cruz, que no puede ir más allá de los límites de la fe católica, ni más allá de esa propia enseñanza, el Evangelio de Cristo Jesús, la herencia cultural milenaria, cimiento de los valores occidentales.