martes 14  de  enero 2025
OPINIÓN

Por qué los republicanos ganaron el voto popular en EEUU en 2024

La creciente influencia socialista en el Partido Demócrata de EE. UU. genera debate sobre su impacto en políticas, instituciones y el sistema democrático

Por LUIS ZÚÑIGA

Las elecciones primarias del Partido demócrata en el 2016 mostraron la enorme influencia política que la extrema izquierda había conseguido dentro del Partido Demócrata de Estados Unidos. El Senador Bernie Sanders, un socialista declarado que aspiró como demócrata, tuvo ganada, prácticamente, la candidatura presidencial del partido.

Su victoria fue “descarrilada” por las figuras más influyentes dentro del partido demócrata que ejercieron sus poderes para que los “superdelegados”, que son escogidos por ellos, le volcaran la nominación presidencial del Partido Demócrata a favor de Hillary Clinton.

El disgusto que esa maniobra causó entre los votantes más jóvenes y radicales de Bernie Sanders, fue significativo y no sería fuera de contexto señalar que su abstención en la elección presidencial fue la que provocó la derrota de Hillary Clinton.

En los años siguientes esa influencia y crecimiento en el voto de la extrema izquierda, se hizo manifiesto con los escaños ganados en la Cámara de Representantes por militantes identificados como socialistas y que aspiraron bajo el Partido Demócrata como: Alexandria Ocasio Cortez, Rashida Tlaib, Cori Bush, Danny Davis, Jamaal Bowman, Greg Casar y Summer Lee. Esa presencia socialista en la política nacional también ha ocurrido en el senado federal.

Lo más importante a destacar en este momento de inflexión es que la presencia e influencia de la extrema izquierda socialista en el escenario político norteamericano, no es “casual”. En 1957, el Partido Socialista de América, liderado por Edward Harrington Jr., absorbió a la Liga Independiente Socialista (ISL) que abogaba por trabajar y hacer campaña con y dentro del Partido Demócrata. El Sr. Harrington apoyó esa estrategia originaria del ISL y diseñada por su dirigente ex Trotskista Max Shachtman.

Harrington opinaba que los socialistas debían ir a través del Partido Demócrata para implementar sus políticas y sustentaba su criterio en el hecho de que el voto socialista en Estados Unidos había declinado de alrededor de un millón, en los años de la Primera Guerra Mundial, a unos pocos miles en los años 50’s. Harrington consideró incluso aspirar a la nominación presidencial demócrata en 1980 contra el Presidente Jimmy Carter, pero decidió no hacerlo después que el Senador Ted Kennedy anunció su aspiración. La explicación que dio a su retirada fue que “si Kennedy pierde o se retira de la campaña, eso sería una gran pérdida para la izquierda”.

Hasta dónde la extrema izquierda socialista ha podido penetrar al Partido Demócrata, es una interrogante para investigar. Algunas veces han salido a la luz informaciones muy reveladoras sobre este particular. Por ejemplo, en marzo del 2021 el staff (personal de la oficina) del Partido Demócrata del Estado de Nevada renunció en masa después que los socialistas tomaron el control de las 5 posiciones de poder del partido demócrata en ese estado (https://www.newsmax.com/us/nevada-democratic-party-staff-mass-resignation/2021/03/10/id/1013312/). El partido “Socialists of America” jugó un rol fundamental en esa victoria.

La representante federal demócrata de Virginia, Abigail Spanberger, dijo en el 2021 que “pronunciamientos de la extrema izquierda como, ‘defund the police’ (disolver la policía quitándole los fondos) y ‘open borders’ (fronteras abiertas), fueron las responsables de que los demócratas perdiéramos numerosos asientos en la Cámara.” Y concluyó diciendo: “Nosotros no necesitamos usar las palabras “socialismo” o “socialista”. “Si volvemos a hacer una campaña así, seremos “apabullados”.

En el 2022, Karen Bass fue electa Alcaldesa de la ciudad Los Angeles en California. Bass, es una activista comunitaria que fue electa al Congreso Federal en el 2010 por el Partido Demócrata. Sin embargo, Karen Bass fue la persona que pronunció el discurso de despedida en el entierro del líder comunista Oneil Cannon. En ese discurso, en el 2017, Bass dijo: “Oneil fue instrumental apoyando mi trabajo como organizadora comunitaria y sin su ayuda, mi vida hubiera tomado un camino muy diferente. Oneil fue mi amigo y mi mentor”.

Oneil Cannon fue el director de educación política del partido comunista en el Distrito Sur de California y miembro del Comité Central Nacional del Partido Comunista de América.

https://www.politico.com/states/florida/story/2020/08/04/karen-bass-eulogized-communist-party-usa-leader-1974140

Hay evidencias muy preocupantes sobre el grado de penetración que los socialistas han logrado alcanzar en la estructura del Partido Demócrata y en las agencias gubernamentales de Estados Unidos.

Desde la creación del Comintern (La Internacional Comunista) en 1919, los comunistas soviéticos emplearon millones de dólares en labores de penetración e infiltración en las instituciones nacionales de los países más importantes del mundo. Por supuesto que Estados Unidos era uno de los principales objetivos del Comintern.

La estrategia del Comintern buscaba que los miembros clandestinos de los Partidos Comunistas en cada país de importancia ingresaran en las instituciones de su país que los comunistas querían controlar, y que eran: Los Servicios de Inteligencia, las Fuerzas Armadas, los sindicatos, la prensa, las universidades y los partidos políticos.

De esa manera, los partidos comunistas tendrían acceso a información privilegiada para organizar sus estrategias, podrían captar personas de importancia en esas instituciones y, eventualmente, llegarían a tomar control de algunas de esas instituciones o de todas. El Comintern consideraba ese control sobre las instituciones como fuente de poder y la vía segura para imponer el sistema comunista en un país.

La importancia que el Comintern le adjudicaba a Estados Unidos se demuestra en que el Comité Ejecutivo del Comintern (la élite política comunista) tenía a dos norteamericanos como miembros: John Anderson (en realidad Kristap Beika) dirigente del “Communist Party of America” y John Reed del “Communist Labor Party of America”.

Los partidos comunistas nacionales se consideraban como subdivisiones de un solo partido, el soviético, cuna de la primera revolución proletaria exitosa y de ahí que Moscú dirigiera la estrategia comunista global.

Esa infiltración socialista en las instituciones norteamericanas, que comenzó en 1919, nunca ha cesado y hay evidencias de que ha crecido sustancialmente. Las evidencias son incuestionables: Las universidades están abarrotadas de profesores que promueven las ideas socialistas de forma abierta. Las organizaciones estudiantiles son mayoritariamente de extrema izquierda. La prensa está mayoritariamente controlada por ideas de extrema izquierda. Las agencias de inteligencia, FBI y CIA, han mostrado estar bajo control o influencia socialista o de extrema izquierda. La Secretaría de Defensa anda por el mismo sendero. El Departamento de Estado es el que más pruebas ha proveído de estar penetrado hasta el “tuétano”. Los sindicatos, 40 años atrás bajo un liderazgo conservador, se han torcido a la izquierda dramáticamente.

Las evidencias son claras. La penetración socialista es un hecho real en los Estados Unidos. Afortunadamente, el pueblo norteamericano empezó a padecer las políticas socialistas y sus consecuencias económicas, y ha reaccionado positivamente, rechazándolas. Ahora le toca al nuevo presidente la monumental tarea de limpiar toda esa penetración política nefasta y contraria a los valores de libertad, democracia y balance político que lograron convertir a Estados Unidos en el país más poderoso económica y militarmente, así como el mayor defensor de esos valores globalmente.

Al Partido Demócrata y a sus cabezas pensantes también le toca la tarea de limpiar esa penetración indebida y perjudicial a sus objetivos, sin que eso signifique abandonar la defensa y promoción de políticas de izquierda dentro de los conceptos de respeto al sistema democrático y a la economía de mercado como columnas sustentadoras del éxito de Estados Unidos.

Luis Zúñiga

Analista político

Exdiplomático

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar