Vivimos momentos cruciales para la humanidad, momentos de sumo dolor con dos guerras claras entre manos, y otras abocadas. Numerosos cubanos libres, como bien expresó hace algún tiempo el Premio Sajarov, Guillermo Fariñas, condenamos en su momento la brutal y despiadada agresión de Vladimir Putin a Ucrania. Declaramos, como hicimos desde el inicio del conflicto, nuestra solidaridad con el pueblo ucraniano. Pero lo del rearme europeo dirigido desde la UE, a mi particularmente no me parece bien; ninguna nación debiera perder su soberanía, es inadmisible.
Con frecuencia mencionan los derechos de la humanidad, más ahora que la humanidad entera se encuentra agredida, aunque se olvida uno de los orígenes de estos horrores, y que se llama régimen castrista, más de 66años en el poder. Recuerden los misiles soviéticos durante la Guerra Fría, y quién puso al mundo en la misma situación en la que nos hallamos hoy: los Castro.
Tengan muy presente, Señorías, no olvidenque el régimen castrocomunista apoya a Vladimir Putin porque depende en buena medida de él y a la inversa en su afán de retroalimentación dentro de un sistema deterror. Se olvidan también con asiduidad los derechos humanos de los cubanos y la capacidad de guiarles mediante nuestra experiencia. Los seres cubanos también son seres humanos, venidos del futuro, Reinaldo Arenas dixit. La metáfora contiene graves momentos de desolación y olvido en nuestra historia, como aquellos 7 años de resistencia protagonizados por los héroes del Escambray, así como los traicionados Expedicionarios de la Brigada 2506 que fueron a liberar a su país, y las Masacres del Río Canímar y del Remolcador 13 de Marzo en la que niños fueron vilmente asesinados junto a sus familiares, así como crímenes enmascarados en accidentes: los de Orlando Zapata Tamayo, Laura Pollán, Líder de las Damas de Blanco, y Premio Sajarov, y Oswaldo Payá, líder del MCL, y Premio Sajarov, junto al joven cristiano Harold Cepero. De estos dos últimos la exComisionada de los DDHH de la ONU, Michelle Bachelet, recibió más de 16 mil firmas de dentro y fuera de Cuba, exigiéndole que abriera una investigación al respecto, a lo que hizo caso omiso.
¿Porqué el pueblo cubano después de más de 66 años de tiranía comunista debe andar descalzo y desesperado pidiendo patria y libertad, vida, verdad y compasión en las calles, de manera pacífica como ocurrió el 11J del 2021 y ser apresado y condenado? ¿Por qué unos viven en la opulencia mientras los cubanos de a pie sobreviven en la miseria y represaliados y asesinados por expresar sus opiniones? ¿Por qué los Castro e hijos y sobrinos, Díaz-Canel (títere de Castro II) y su mujer, especulan y viven en la riqueza mientras el pueblo en una insufrible miseria real, física, intelectual, e incluyo esa recurrente ficción: la falsedad de la Educación y la Salud? Lo de la salud desmentida recién por el caso del niño Damir, ahora en Miami.
Hablo en nombre de los niños cubanos que en su país y desde hace más de 66 años no tienen derechos, ni un pedazo de pan ni un vaso de leche -como se les prometió- ni materiales escolares para ir a la escuela a recibir no una educación e instrucción normales sino un adoctrinamiento ideológico; todo esto producto del bloqueo interno -subrayo “bloqueo tiránico interno”- el más más cruel que les ha provocado esa tiranía. Hablo en nombre de los menores de edad encarcelados tras el 11J y condenados a penas monstruosas que cumplen en celdas tapiadas de castigo. Hablo desde la humildaden nombre de los Presos Plantados (ellas y ellos) de ayer y de hoy, enfermos, olvidados, abandonados, a los que se les negó y se les niega la atención médica, y murieron, mueren en las cárceles o en las calles cuando los soltaron muy enfermos. Pedro Luis Boitel, Orlando Zapata Tamayo, Miguel Valdés Tamayo… Exijo la libertad de María Cristina Garrido y Lizandra Góngora. Hablo, con permiso, en nombre de todos los presos políticos cubanos y en el de los presos políticos del socialcomunismo provocados por esa tiranía. Hablo en nombre de los cubanos y cubanas, a los que se les niega el derecho a la vida, a la familia, el derecho a la dignidad humana por el mero hecho de ansiar ser libres.
¿Cuál es entonces nuestro destino? ¿Morirnos de hambre, ser eternamente indigentes, sin conocer la libertad? ¿Sólo existe civilización y libertad de un lado? ¿Para qué sirve la consciencia del hombre si está obligado a pensar en una sola dirección ideológica? ¿Para qué sirven Naciones Unidas y el Parlamento Europeo? ¿Para qué el mundo?
No se puede hablar de paz sin libertad. No se puede mentir en nombre de 10 millones de cubanos acerca de la Salud y de la Educación frente a la OMS, la UNICEF, violando nuestros derechos. No se puede hablar de paz a nombre de 10 millones de aislados por un régimen que niega, ataca y exilia a educadores, economistas, médicos, artistas, escritores, a los sobresalientes del país. La explotación de los oligarcas cubanos y compañía de un país empobrecido por el egoísmo y la maldad de sus aparatchiks debe cesar. Negociar y alimentar y construir riquezas bajo formas esclavistas con esos “exmilitares”, mutados en hombres de negocios, significa también nutrir el crimen y colaborar con el horror. Esos negocios esclavistas deben cesar. Para Cuba desde hace rato ya es hora.
Me dirijo a las naciones con la intención de que contribuyan a la libertad de todos los oprimidos -y no sólo de unos elegidos. Basta de sanciones suaves y de palabras dulces,mientras los negocios con la tiranía continúan. Necesitamos acciones concretas que se traduzcan en cambios; deben estudiarse propuestas, como la ‘Campaña por la solidaridad con la libertad de Cuba. Once acciones concretas de aislamiento al régimen’, del MCL (mcliberacion.org), o el Plan de Diez Puntos para lograr un cambio radical de sistema en Cuba, del MRLM (movimientomartiano.com). Basta de idealizar a un régimen asesino. Hay que concretizar la realidad frente a ese régimen que ejerce el Apartheid contra su pueblo, hay que dejar de blanquearlo; por el contrario: deben ustedes y todos asfixiarlo como se hizo en Sudáfrica, hasta que suelten el poder. Necesitamos que se reconozca la verdadera Ley y el Orden, que los cubanos nos merecemos.
Las veces que les he hablado no he ido como profeta de la libertad, he ido porque soy una mujer y una madre exiliada cuya hija no conoce el país donde nació; libre, y pese a ello por ser cubana todavía soy perseguida por mis ideas en la tierra de mi exilio: Francia donde resido. A la que le han cerrado puertas en editoriales y periódicos para abrírselas a los esbirros que enmascarados en escritores adulan y defienden todavía lo indefendible de esa tiranía con el siniestro objetivo de salvar una casa o un vehículo entregado por el régimen como pago a su cochina y miserable lealtad. He ido a hablar del derecho a la libertad de los pueblos a los que el comunismo se la ha arrebatado. Y como española del derecho a la libertad de los españoles a los que presumo en peligro inminente. Llevamos advirtiéndolo desde hace mucho, por todas las vías, incluida en mi caso, la de la literatura y el arte, por lo que he sido borrada de eventos, editoriales y universidades. He ido a reiterarles, que tal como preconizó Fidel Castro en aquel aplaudido discurso en la ONU en 1979, en lo único que quizá no se equivocó en su afán de maldad, y del que como habrán advertido, hago ahora una parodia sin ánimos de broma, muy en serio: “el futuro” ya es “apocalíptico”.
El ruido de las bombas debe cesar, sí. Pero las tiranías deben caer. Los problemas del mundo no se resuelven con armas nucleares, pero tampoco con ideologías que provocan efectos similares a largo plazo. Las bombas matan, las ideologías rastreras conducen a esas masacres, como hemos observado durante años. “La ignorancia mata a los pueblos”, escribió el más grande de todos los cubanos, José Martí. No se puede matar el justo anhelo de libertad del pueblo cubano ignorándonos. Todos moriremos, tal como predijo en aquel discurso del 1979 aquel que se creyó inmortal y que hoy no existe más que convertido en cenizas, empotrado en un mausoleo estilo “sutileza” soviética, pero devuélvannos el derecho de morir dignamente en nuestra tierra libre.
Digamos definitivo adiós a la represión, a los problemas que agobian a los cubanos cuyo origen es esa tiranía; dejen de alimentarla con negocios esclavistas, esa debiera ser una de sus responsabilidades sagradas. Esa es, y parodio otra vez: “la premisa indispensable”, no de la “supervivencia humana”, sino de la vida misma. Libertad para el mundo y para Cuba que también forma parte del mundo.
Referencia y parodia del Discurso de Fidel Castro en la ONU, en 1979: https://desinformemonos.org/discurso-fidel-castro-frente-la-onu-1979/
