sábado 1  de  febrero 2025
OPINIÓN

Mar Rojo: cómo un ataque económico golpea fuerte a una superpotencia

Un análisis preciso para contar las cosas como son

Por Mookie Tenembaum

El conflicto en el mar Rojo entre Estados Unidos y los hutíes en Yemen, el grupo rebelde con apoyo iraní, es un claro ejemplo de cómo una estrategia económica puede desgastar incluso a la mayor potencia militar del mundo. Aunque el enfrentamiento parece ser entre dos fuerzas muy desiguales, los hutíes encontraron formas de disrumpir con recursos limitados. Este artículo explica en detalle los costos involucrados, el funcionamiento de las armas utilizadas y la asimetría económica que define este conflicto.

¿Qué son los misiles y cómo se usan en este conflicto?

Para entender los costos, primero es importante saber qué tipos de armas se utilizan. Los misiles son proyectiles diseñados para alcanzar un objetivo con alta precisión. En este caso, Estados Unidos emplea varios tipos de misiles defensivos para proteger sus barcos y aliados en la región:

  • SM-2: es un misil utilizado para defender barcos contra ataques desde el aire, como aviones enemigos o misiles. Tiene un alcance de hasta 90 millas náuticas y puede interceptar objetivos a gran altura. Cada uno cuesta aproximadamente 770.000 dólares, y hasta ahora se han lanzado 120 en este conflicto.
  • SM-6: este es un misil más avanzado que protege contra ataques aéreos y también puede interceptar misiles balísticos (que son misiles que viajan fuera de la atmósfera antes de caer sobre su objetivo). Su costo asciende a 4,27 millones de dólares por unidad, y se han utilizado 80 en la región.
  • ESSM (Evolved Sea Sparrow Missile): este misil está diseñado para defender barcos contra amenazas cercanas, como drones y misiles que vuelan a baja altura. Cada misil cuesta alrededor de $1,49 millones de dólares, y se han disparado 20 hasta ahora.
  • SM-3: especializado en interceptar misiles balísticos en el espacio, cada uno cuesta 12,51 millones de dólares. En este conflicto se han utilizado 20 de estos.

En total, solo en misiles, el gasto asciende a 714 millones de dólares. Pero esto es solo una parte del costo total.

¿Qué otros costos enfrentan Estados Unidos?

El despliegue de barcos y aeronaves en la región representa un gasto operativo gigantesco. Los barcos de guerra, como los destructores de la clase Arleigh Burke, son auténticas ciudades flotantes. Estos buques están equipados con radares, sistemas de combate y una tripulación que puede superar las 300 personas. Mantener un barco así en funcionamiento cuesta alrededor de 100 millones de dólares al año, incluyendo combustible, mantenimiento y salarios del personal. Si consideramos que se desplegaron al menos una docena de barcos en el mar Rojo durante los últimos 15 meses, el costo operativo podría superar los 1.200 millones de dólares.

Además, las aeronaves, como los drones de vigilancia y los cazas que patrullan el área, también tienen un costo elevado. Cada hora de vuelo de un avión como el F/A-18 puede costar entre 20.000 y 30.000 dólares, y estos aviones han estado activos constantemente.

En total, sumando los misiles, los barcos y las operaciones aéreas, el costo total de esta campaña podría superar los 2.000 millones de dólares.

¿Y qué pasa del lado de los hutíes?

La asimetría es evidente. Los hutíes utilizan drones y misiles de bajo costo para lanzar sus ataques. Un dron comercial modificado, como los que emplean, puede costar entre 10.000 y 20.000 dólares. Aunque también utilizan misiles balísticos, estos son versiones antiguas que Irán ha adaptado para ellos. El costo promedio de estos misiles podría oscilar entre 100.000 y 200.000 dólares, una cifra insignificante comparada con los millones que gasta Estados Unidos por cada interceptación.

Se estima que los hutíes han lanzado cientos de drones y decenas de misiles durante este conflicto. Si sumamos todo, el costo total de sus operaciones no superaría los 50 millones de dólares, una fracción de lo que ha gastado Estados Unidos.

El costo de defenderse es inmensamente mayor que el costo de atacar. Mientras los hutíes gastan miles de dólares, Estados Unidos responde con sistemas que cuestan millones. Esta dinámica es insostenible a largo plazo. Además, no solo se trata del dinero: cada misil lanzado significa un recurso menos disponible para futuros conflictos, como una posible confrontación con China en el Pacífico.

¿Qué se podría hacer para reducir costos?

Una de las soluciones sería invertir en tecnologías más económicas, como armas láser, que tienen un costo operativo mucho menor y pueden destruir drones y misiles a una fracción del precio de un misil convencional. También sería clave mejorar la colaboración con aliados en la región para compartir responsabilidades y gastos.

El conflicto en el mar Rojo es un recordatorio de cómo un oponente con recursos limitados puede desgastar a una superpotencia mediante tácticas inteligentes y económicas. Estados Unidos deberá replantear su estrategia si quiere mantener su posición en la región sin comprometer sus recursos a largo plazo.

Las cosas como son

Mookie Tenembaum aborda temas internacionales como este todas las semanas junto a Horacio Cabak en su podcast El Observador Internacional, disponible en Spotify, Apple, YouTube y todas las plataformas.

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