lunes 28  de  abril 2025
OPINIÓN

Manual para no perderse a derecha e izquierda en la política americana

La polarización política en EEUU exige volver a lo básico: políticas coherentes que protejan a ciudadanos y aliados frente a China y Rusia

Por MANUEL AGUILERA

¿Recuerdan el programa infantil de televisión "Sesame Street”? Explicaba conceptos simples a los más pequeños con sus inconfundibles peluches para ir estimulando su aprendizaje. Creo recordar que uno de esos personajes se llamaba Coco y nos mostraba con ejemplos aquello de arriba y abajo, derecha e izquierda o cerca y lejos. Pasado el tiempo, todos los que crecimos con aquello, hemos hecho chistes y bromas para reprender a alguien que no entiende nuestras explicaciones sobre algo cotidiano y sencillo. La referencia a "Sesame street” es una manera irónica de decirle a alguien que “no se está dando cuenta de algo que a simple vista parece muy evidente”.

Por eso creo que ha llegado el momento que la polarizada sociedad estadounidense saque del baúl de los recuerdos el desgastado manual de “Sesame Street” para no dejarse llevar la polarización política que nos impone conceptos sin pudor y nos hace, a veces, comulgar con ruedas de molino.

Una de esas ruedas de molino es que la imposición de aranceles a diestro y siniestro y la imposición de sanciones sea una política que pudiéramos considerar conservadora o de derechas. Planificar de manera extrema la economía, perjudicar la libertad económica, golpear a las medianas y pequeñas empresas, alejarnos de nuestros aliados naturales occidentales como la Unión Europea y hacerle el trabajo sucio a nuestros enemigos habituales como Rusia y China para que estos amigos despechados se echen en sus brazos no parece la mejor forma de plantear una batalla ideológica a la izquierda.

Además de esto, nada ayuda que exista una especie de hipnosis entre los políticos republicanos que no alzan la voz para cuestionar la incertidumbre económica que se vive en el mundo, que está llevando a vivir permanentemente en una montaña rusa bursátil (lo de rusa no va con segundas, o sí).

Invito por ejemplo a los tres congresistas hispanos republicanos del sur de la Florida a que reflexionen sobre esto y pongan al menos en la balanza de sus prioridades a sus votantes frente la ciega lealtad al líder que también se lleva en países que no destacan por su amor al capitalismo.

Otra pirueta de los señores Díaz Balart y Giménez y la señora Salazar es la defensa de los intereses de la comunidad cubana y venezolana, mientras desde la Casa Blanca se dictan normas migratorias que perjudican a estos colectivos. Otra vez, el interés de tus votantes frente a la lealtad al líder. Todos estamos de acuerdo en que deportar delincuentes y miembros del Tren de Aragua es una buena decisión, pero revocar parones humanitarios y no prolongar el TPS es algo muy diferente.

Lo peor es que los tres congresistas nos alardean de su influencia sobre la Casa Blanca cuando todos sabemos que es al revés. Es la Casa Blanca quien toma cada una de las decisiones que afectan a la comunidad que ellos representan, sin que ellos no hagan ninguna matización pública a estas políticas. Si que corrió María Elvira Salazar a ponerse la medalla de la renovación de la licencia de Chevron para explotar petróleo en Venezuela. Cree María Elvira que esa decisión es un torpedo en la línea de flotación del régimen, pero muchos expertos nos están diciendo lo contrario.

No sabemos el daño real que esta medida le hará a Maduro internamente, pero ya sabemos la demagogia que está desplegando el régimen para “satanizar"a los Estados Unidos y culpabilizarlo de los efectos negativos que tendrá en los propios venezolanos que se verán aún más golpeados con la situación económica.

Según los datos más recientes de Datanálisis, el 75,9% de los venezolanos evalúa negativamente la situación del país (amplificado por el ruido generado por las amenazas de sanción). El 44,7% ha considerado emigrar (aunque no hayan concretado una acción inmediata). El propio presidente de Datanálisis, Luis Vicente León nos alerta además que "si la crisis se agrava, más de 10 millones de personas podrían verse impulsadas a abandonar el país (obviamente la mayoría no podría concretarlo, pero el desapego y la frustración es monumental). Está claro que esto reactivaría una bomba migratoria que desestabilizaría no solo a Venezuela, sino a toda la región. En contraste, si la economía mejorara, solo 2,2% mantendría su intención de migrar, lo que demuestra cuán sensibles son estos flujos al entorno económico".

Mientras, al igual que con los aranceles y los países amigos, ponemos a la dictadura venezolana en disposición de echarse en brazos de chinos y rusos. Ya se habla de buques fantasmas sacando petróleo de Venezuela rumbo a no se sabe dónde mientras la vicepresidenta Delcy Rodríguez viajaba la semana pasada a China a mostrarle sus respetos al dictador chino Xi Jinping.

Es hora de que los políticos republicanos que componen el poder legislativo den un paso al frente y empiecen a exigir una política coherente en el ámbito económico que sea beneficiosa para las empresas estadounidenses y para los propios ciudadanos. No se trata de criticarlo todo porque hay decisiones de la administración Trump que sí son coherentes con el ideario conservador que se prometió en campaña pero aunque hay que volver a la "Plaza Sésamo”de nuestra infancia, es necesario tomar decisiones que no perjudiquen a los ciudadanos de a pie mientras los señores Putin Xi Jinping se aprovechan de un nuevo orden mundial a la medida de la izquierda totalitaria

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