La introducción de la inteligencia artificial en el ámbito laboral generó una revolución silenciosa en la forma en que las empresas gestionan sus recursos humanos. Este cambio se enfrenta a un desafío significativo: mantener la confianza y estabilidad emocional de los empleados mientras se avanza hacia un futuro donde la automatización desempeñará un papel protagónico.
Una de las estrategias más comunes es proyectar una imagen de crecimiento continuo, incluso cuando sus intenciones a largo plazo impliquen una reducción del personal. Para ello, se recurre a tácticas como la publicación constante de ofertas de trabajo, muchas de las cuales no tienen la intención real de contratar. Estas “ofertas fantasmas”, como se las denomina, permiten a las organizaciones transmitir la sensación de que generan nuevas oportunidades, lo cual evita que los empleados actuales se sientan amenazados por la inminente adopción de tecnologías para reemplazarlos.
Otra táctica consiste en la contratación de nuevos empleados en áreas no críticas, dando la impresión de que la empresa invierte en capital humano. Sin embargo, esto tiene un doble propósito: mantener la moral alta entre los trabajadores existentes y prepararse para una transición gradual donde la inteligencia artificial absorba las tareas más repetitivas y automatizables. Mientras tanto, los nuevos empleados suelen ocupar posiciones temporales o roles que serán eliminados cuando la tecnología esté completamente integrada.
El discurso interno también juega un papel crucial en este proceso. Algunas empresas implementan campañas de comunicación interna orientadas a destacar los beneficios de la inteligencia artificial, como la eliminación de tareas tediosas y la oportunidad de que los empleados se enfoquen en labores más estratégicas. Aunque estas afirmaciones son parcialmente ciertas, el objetivo principal es mitigar cualquier temor al desempleo masivo mientras se gana tiempo para completar la transición tecnológica.
En este contexto, es importante señalar que el uso de empleos fantasma y la contratación estratégica no son actos aislados, sino una tendencia cada vez más común en las organizaciones en las fases iniciales de la implementación de inteligencia artificial. Este enfoque permite a las empresas evitar una fuga temprana de talento mientras trabajan en la adopción de sistemas automatizados que reducirán su dependencia en la fuerza laboral humana.
La implementación de inteligencia artificial en las empresas sigue una hoja de ruta cuidadosamente diseñada para mantener a los empleados en sus puestos hasta que la tecnología esté lista para reemplazarlos. Estas tácticas, aunque efectivas en el corto plazo, plantean interrogantes sobre su sostenibilidad a largo plazo y sobre el impacto que tendrán en la confianza en los empleadores. Este fenómeno, que ya aparece a gran escala, ilustra cómo las organizaciones navegan la delgada línea entre la modernización tecnológica y la gestión del capital humano.
Las cosas como son.
Mookie Tenembaum aborda temas de tecnología como este todas las semanas junto a Claudio Zuchovicki en su podcast La Inteligencia Artificial, Perspectivas Financieras, disponible en Spotify, Apple, YouTube y todas las plataformas.