Las estafas en línea alcanzaron un nivel de sofisticación sin precedentes. Ya no se trata de correos con errores ortográficos prometiendo fortunas inesperadas, sino de páginas web casi indistinguibles de las reales, voces clonadas que suenan idénticas a las de familiares y ejecutivos, e incluso videollamadas falsas en las que un rostro generado por inteligencia artificial (IA) pide transferencias urgentes. Pero lo que los estafadores no esperaban es que la misma IA que usan para engañar se haya convertido en la herramienta perfecta para desenmascararlos.
Hace unos meses, un inversor británico estuvo a punto de perder 150,000 libras esterlinas (unos 190,366 dólares al cambio) en un fondo de inversión fraudulento. Todo parecía legítimo: tenía un sitio web profesional, documentos financieros detallados y hasta un ejecutivo de atención al cliente que respondía llamadas con total naturalidad. Antes de realizar la transferencia, decidió hacer una prueba. Copió un fragmento de la oferta y lo pegó en ChatGPT con una simple pregunta: “¿Esto parece una inversión legítima?”. En segundos, la IA analizó la información y encontró coincidencias con otros fraudes reportados. Le advirtió que el lenguaje usado era idéntico al de esquemas Ponzi anteriores y que la empresa no aparecía en ningún registro oficial. Se salvó de perderlo todo con un solo clic.
Algo similar ocurrió en España con un ejecutivo de una empresa de tecnología. Una mañana recibió un correo del presidente de la empresa pidiéndole que transfiriera fondos a una cuenta en Hong Kong. No le pareció extraño; la empresa tenía negocios en Asia y el tono del mensaje era idéntico al de su jefe. Pero por costumbre, decidió hacer una prueba: pegó el correo en ChatGPT y le pidió que analizara si el texto tenía alguna característica sospechosa. El modelo detectó que la estructura del mensaje coincidía con intentos previos de fraude del “jefe falso”, una estafa en la que delincuentes suplantan a altos ejecutivos usando IA. En lugar de hacer la transferencia, llamó directamente a su jefe y confirmó que el correo era falso.
Las videollamadas falsas son el siguiente nivel de esta guerra tecnológica. Un caso alarmante ocurrió en Alemania, donde un empleado de una multinacional transfirió millones de euros tras recibir órdenes en una reunión por Zoom… con su director financiero. Solo que no era realmente él. Los estafadores habían recreado su rostro y su voz con IA, logrando que pareciera una videoconferencia auténtica. Casos como este llevaron a que las empresas adopten ChatGPT como una capa adicional de verificación. Algunos empleados emplean la IA para analizar patrones en audios y videos sospechosos, verificando si hay desincronización en los labios, parpadeos irregulares o frases genéricas que un deepfake (ultrafalso) podría generar.
Pero los fraudes no solo afectan a empresas y ejecutivos. Un jubilado en Italia recibió un mensaje de su “nieto” en WhatsApp pidiéndole ayuda urgente. Había perdido su billetera y necesitaba dinero para pagar un hotel. El tono del mensaje era correcto, la foto de perfil era la misma de siempre y el joven incluso respondía con detalles familiares. Antes de hacer la transferencia, el hombre tuvo una corazonada y copió el mensaje en ChatGPT preguntándole si ese tipo de texto coincidía con fraudes comunes. La IA detectó inmediatamente que el mensaje seguía patrones de la estafa conocida como “el nieto en apuros”. En lugar de responder, llamó directamente a su nieto, quien estaba en su casa sin problemas.
Entre tanto, el fraude online dejó de ser un problema que se resuelve con desconfianza o sentido común.
Los estafadores usan IA, pero ahora cualquier persona tiene acceso a la misma tecnología para defenderse. Lo que antes requería una investigación minuciosa o la intervención de expertos, hoy se puede resolver con una simple consulta. ChatGPT se convirtió en una herramienta esencial en la lucha contra el fraude, capaz de analizar textos, audios, imágenes y patrones en cuestión de segundos. En un mundo donde lo falso parece cada vez más real, la mejor defensa no es solo dudar, sino preguntar.
Las cosas como son.
Mookie Tenembaum aborda temas de tecnología como este todas las semanas junto a Claudio Zuchovicki en su podcast La Inteligencia Artificial, Perspectivas Financieras, disponible en Spotify, Apple, YouTube y todas las plataformas.
