domingo 27  de  abril 2025
VATICANO

Papa Francisco, el reformador de la Iglesia que rompió con el secreto sobre abuso sexual

El primer pontífice latinoamericano fallecido el 21 de abril impulsó reforma que despertó críticas y que será reto para nuevo Papa, según teólogo Rafael Luciani

Por Olgalinda Pimentel

MIAMI.- En los 12 años y 39 días que estuvo al frente al Vaticano, el Papa Francisco hizo ciertas las sospechas sobre su estilo diferenciador y propósito reformador de la Iglesia Católica, que despertó con cierta resistencia en 2013, cuando siendo el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio fue elegido pontífice, el primero de Latinoamérica.

Y fue casi un milagro. En medio de polémicas dentro de la Iglesia, emprendió acciones que distinguieron su pontificado y que le permitieron avanzar en reformas que se plantearon desde el Concilio Vaticano II, que él luego “maduró”, según explica el teólogo Rafael Luciani, Perito del Sínodo y del Consejo Episcopal Latinoamericano, y acucioso investigador.

Francisco rompió esquemas milenarios de una iglesia sumida en crisis institucional, y también la cultura eclesial del secreto que cubrió cientos de casos de abuso sexual, económico, y de poder de la iglesia, que hicieron tambalear la milenaria institución clerical.

Fue un Papa propio de estos tiempos, señala Luciani.

“La importancia que tiene Francisco es que no solo rompe con un modelo de Iglesia determinado, sino también con todo un sistema heredado del segundo milenio, y quiso cambiar la cultura eclesial”.

Por eso, con la muerte de Francisco, el 21 de abril pasado, “se pierde una voz profética no solo para la iglesia sino para el mundo en este contexto geopolítico actual”.

Papa Francisco y sus diferencias

La primera vez que el Papa Francisco habló de renovar la Iglesia Católica fue durante la primera semana de su pontificado, durante una misa en Santa Marta, edificio donde escogió residir – a diferencia del Papado- y que fue construido al lado de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, en 1996. Desde entonces sus llamados a la transformación de la Iglesia “burocrática” y distanciada de la realidad global no pararon, según Luciani.

Francisco, ungido a los 76 años, nueve años más que la edad promedio de los electos desde el año 1900 (67 años), tampoco mostró gran apego al simbolismo papal, lo que asomó el nuevo enfoque religioso sin dejar de ser conservador.

Luciani, estudioso de la obra del pontífice fallecido, menciona dos hechos relevantes.

En primer lugar, Francisco fue el primer Papa que no participó en el Concilio, como sí lo hicieron todos sus antecesores, y llevó adelante la Sinodalidad que se había planteado por aquella junta del Vaticano.

“Este fue el aporte más importante que hizo durante su pontificado en busca de reformas, en una doble vertiente: la social y la estructural-institucional”, indica el profesor.

Sinodalidad de la Iglesia Católica

La sinodalidad, explica, que surgió durante el primer milenio de la Iglesia, implica la participación de todos al igual que los altos jerarcas eclesiásticos en procesos como la elección de los obispos.

Pero este modelo de Iglesia que se ajustó en cada realidad sociocultural de los sectores y que se caracterizó por la celebración de sínodos (asambleas integradas por toda la comunidad) se convirtió en otro vertical, en el segundo milenio. La reforma Gregoriana y el Concilio de Trento convirtieron al Papa en la autoridad suprema sobre todos los demás.

En el tercer milenio con el Concilio, Francisco promovió la sinodalidad como comunión, participación y misión, según sus lineamientos

El otro hecho relevante es que el Papa Francisco “tuvo la audacia de leer los signos de los tiempos actuales”, dice Luciani. Entre ellos, el fenómeno migratorio, el de los autoritarismos políticos y el intraeclesial que refiere la cultura eclesial autoritaria.

“Para Francisco toda esa cantidad de signos que supo leer representaron un cambio de época y esta es la gran diferencia con otros pontificados. Él decía ‘no es que cambia algo en la época, sino que cambia la época’, y eso supone una visión completamente distinta que fue construyendo a lo largo de los 12 años”, asegura el profesor.

Papa Francisco_Cortesía Rafael Luciani.jpg

Reforma desde el Vaticano

A la luz de estos hechos, el Papa adelantó controvertidas reformas de la Iglesia Católica, que fueron recibidas con rechazo, algunas; y otras con gran aceptación.

Una de las más significativas fue la supresión de “la cultura del secreto eclesial” con la que se ocultó durante años los abusos en la que participaron curas y prelados.

“Francisco abrió a la luz pública todo lo que se sabía pero se escondía por el Papado anterior. Le faltó mucho más por hacer, pero rompió el secreto eclesial en esos temas de abuso”, afirma Luciani.

En el ámbito social, el mayor aporte del pontífice, fue el Laudato sí, título de la segunda encíclica (2015), en la que habla sobre la ecología, “la Casa Común”, y que toca grupos económicos de minerías, de extracción de petróleo, y el cambio climático.

En el plano socio político y público, Francisco dedicó su tercera encíclica, Fratelli tutti (2020), a fijar su posición de rechazo a las dictaduras, apunta Luciani. Sus alusiones a la de Nicaragua recogieron la desaprobación a las de Cuba y Venezuela.

“En sus mensajes en Cuba y Paraguay dijo que todas las dictaduras terminan mal, terminan asfixiando los pueblos y los pueblos terminan siendo serviles a las dictaduras”.

Mujeres en la Santa Sede

También, con la segunda exhortación apostólica postsinodal, Amoris laetitia (2016) el Papa Francisco permitió que una pareja divorciada y vuelta a casar puede comulgar, algo vedado hasta entonces por la Iglesia y que generó críticas en sectores conservadores.

“Allí lo interesante es que Francisco gira hacia una moral de casos, una visión pastoral que hace que cada uno de los casos deba ser discernido sin reglas iguales”, explica.

No obstante, Luciani destaca como la reforma de mayor alcance a nivel interclesial la apertura del Vaticano a la gobernanza de la mujer, a la que se le da el mismo nivel de un obispo o de un cardenal.

Así, Sor Simona Brambilla, de 59 años de edad, es la primera prefecto o ministro del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, organismo de la Santa Sede que se encarga de la vida religiosa de todas las congregaciones.

También la monja Raffaella Petrini es la primera mujer en ocupar el cargo del Governatorato del Vaticano, que se dedica a la gestión interna de la Santa Sede.

La novedad de Francisco es que institucionalizó el ingreso de la mujer a altos cargos. En 2022 había ya más religiosas mujeres que sacerdotes y diáconos. Las casi 600.000 mujeres religiosas profesas –o monjas– superaron en casi un 47% al número de sacerdotes en todo el mundo, según un anuario publicado por el Vaticano.

Reto para el próximo pontífice

Tras la partida del Papa Francisco, la interrogante es si su aporte a la cultura eclesial se mantendrá con el nuevo pontífice que el Colegio Cardenalicio elegirá en mayo.

“En este momento, poco más de 80% de los cardenales electores son nombrados por Francisco, los otros grupos conservadores de derecha que regresarían a las prácticas antes del Concilio Vaticano II, no llega al 20%”.

Sin embargo, en la Iglesia cualquier pontífice puede hacer los cambios que considere, según Luciani.

Lo hizo así Francisco que salió de un Colegio de cardenales que había sido nombrado por Benedicto que era un papa conservador, según refiere, pero cree que el legado para el próximo Papa será “muy comprometedor”.

“El próximo Papa verá qué hace”, apunta Luciani. Si vivirá en el apartamento pequeño en Santa Marta, donde Francisco residió, y no en el Palacio Apostólico, o si usará los zapatos negros corrientes o los zapatos rojos que usaban los Papas, serán señales.

Papa Francisco viernes despedida_AFP Alberto Pizzoli.jpg

[email protected]

FUENTE: Entrevista al teóloro Rafael Luciani, con información del Observatorio Latinoamericano de la Sinodalidad

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar