MIAMI.- Aviones israelíes bombardearon varios edificios al sur de Beirut, la capital libanesa, donde afirman se encontraba la sede central subterránea de la milicia terrorista Hezbolá.
Varios informes de Israel indican que el máximo líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, entre otros líderes, podría haber estado allí, por lo que la operación militar lo tuvo como objetivo principal.
Según las primeras estimaciones, unas 300 personas murieron en el ataque.
Amos Yadlin, exjefe de inteligencia del Ejército de Israel, afirmó que el ataque no habría sido aprobado sin la “certeza absoluta” de que el líder de Hezbolá se encontraba en el lugar.
De cualquier manera, el ataque israelí en Beirut genera informaciones sin confirmar sobre la suerte de Nasrallah.
El Canal 12 de noticias de Israel informó que Israel cree que el jefe de Hezbolá murió en el ataque.
Un titular en pantalla dice: “La evaluación en Israel: Nasrallah está eliminado”.
Otra importante televisora israelí, el Canal 13, es un poco más cautelosa y señaló: “Optimismo cauteloso en Israel: el ataque a Nasrallah tuvo éxito”.
Por otra parte, una fuente vinculada a Hezbolá declaró que Nasralá está vivo, mientras que la agencia de noticias iraní Tasnim informó que está a salvo.
No obstante, un alto funcionario de seguridad iraní también señaló que Irán trata de verificar su suerte.
Los ataques aéreos se produjeron poco después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pronunciara un fuerte discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, defendiendo la gestión militar de Israel en Gaza y Líbano como “única solución a la supervivencia” del país hebreo, en el que anunció que el Ejército seguirá luchando a pesar de los llamamientos internacionales a un alto el fuego.
“Israel está cruzando las líneas rojas de Teherán y la situación se está volviendo grave”, declaró Ali Larijani, asesor del líder supremo de Irán, Ali Khamenei, a la televisión estatal iraní IRIB.
Las "muertes no resolverán el problema de Israel. Con muerte de los líderes de la ‘resistencia’, otros ocuparán su lugar", añadió.
En una publicación en redes sociales, la embajada iraní en el Líbano calificó el ataque como "un crimen reprensible y un comportamiento imprudente" que constituyen "una peligrosa escalada que cambia las reglas del juego".
Un par de horas antes, el ejército israelí envió advertencias a la gente que se encontraba en la zona, advirtiendo que se encontraban en “un área de objetivos de Hezbolá”.
Horas después, una cifra aún indeterminada de proyectiles fue disparada desde Líbano hacia el norte de Israel, algunos, según reportes de prensa, alcanzaron las cercanías de la milenaria ciudad israelí de Sefad.
Entretanto, Irán solicita una reunión “urgente” del Consejo de Seguridad de la ONU.
Mojtaba Amani, embajador de Irán en el Líbano, que tenía un bíper de Hezbolá, resultó levemente herido la semana pasada cuando explotaron miles de dispositivos inalámbricos pertenecientes a miembros de Hezbolá.
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