MIAMI.- Cynthia Bowles lleva la historia de Hialeah en su voz y en cada rincón de la franquicia de Chick-fil-A que lidera.
Cynthia Bowles, primera mujer de raíces cubanas en dirigir una franquicia de Chick-fil-A en el mundo, comparte su experiencia
MIAMI.- Cynthia Bowles lleva la historia de Hialeah en su voz y en cada rincón de la franquicia de Chick-fil-A que lidera.
Su voz es como un eco de resiliencia que alcanza a cada cliente que cruza las puertas de su acogedor restaurante ubicado en la icónica calle 49 del West de Hialeah.
En esta ciudad, donde creció viendo a sus padres -hijos del éxodo del Mariel- abrir su camino entre sueños y sudor, Cynthia reconoce que aprendió a caminar sin temores.
“Mis padres [Orlando y Maritza Gay] no tenían nada cuando llegaron a este país, solo dos tías que los ampararon. Así que lo primero que hicieron en Miami fue trabajar, y en esta misma calle donde ahora se ubica el Chick-fil-A que yo dirijo, ellos vendían frutas…”, dijo Cynthia Bowles a DIARIO LAS AMÉRICAS, visiblemente emocionada.
Su padre, aquel hombre indomable que vendía frutas en la misma calle donde hoy se erige su restaurante, le enseñó el arte de sembrar con esfuerzo y cosechar con dignidad. Él desafió al destino, esquivó el yugo del servicio militar en Cuba, y cruzó el mar con el sueño de forjar una nueva vida en tierras que prometían libertad.
“Nací y crecí en esta ciudad, en Hialeah, viendo a mis padres trabajar y abrirse camino con sus propias manos. Verlos a ellos me impulsó a emprender y a aprovechar al máximo las oportunidades que se nos brindan como inmigrantes. Sin duda, la historia de superación de mis padres ha sido mi mayor inspiración y motor impulsor”, agregó.
La historia del hogar donde nació se entrelaza con la de la propia familia que está forjando: trabajar juntos, construir desde cero y aprovechar cada oportunidad que Estados Unidos ofrece a quienes se atreven a soñar. Es por eso por lo que, inspirada en sus padres, quienes siempre fueron un equipo, decidió junto a su esposo José Bowles abrir caminos como la primera y única mujer cubanoamericana dueña de una franquicia de Chick-fil-A en Estados Unidos y en el mundo.
Una misión con la que han sido capaces de transformar no solo una calle, sino una comunidad entera que la observan como ejemplo de lo que significa luchar y triunfar.
“Después de ver a mis padres ser vendedores ambulantes y posteriormente propietarios de su propio restaurante de mariscos y pescados, entendí el valor de servir a las personas. Por eso luego de estudiar Finanzas y graduarme de la universidad, comencé a trabajar desarrollando negocios para organizaciones sin fines de lucro. Lo hice porque quería hacer algo con propósito, sobre todo por las personas discapacitadas”, comentó.
“Mi hermano, cinco años menor, padece Síndrome de Down, y él también ha sido una inspiración en mi vida”, confesó.
Después de varios años dedicados a organizaciones no gubernamentales, decidió probar suerte en Chick-fil-A.
“Mi esposo conoció a un operador de Chick-fil-A y me dijo: ‘Cynthia, esta marca es para ti’”.
Recordó que, tras un exhaustivo proceso de selección, fue escogida para liderar una franquicia en la ciudad que la vio nacer, Hialeah.
Cabe destacar que Chick-fil-A no permite comprar franquicias, ya que es la propia marca la que selecciona a los futuros propietarios y líderes de sus restaurantes. En 2018, más de 100.000 personas de todo Estados Unidos solicitaron obtener una franquicia de la marca, pero solo 75 fueron escogidas en todo el país, y una de ellas fue Cynthia Bowles.
“Asumí este desafío porque lo estamos trabajando en familia, tal como me enseñaron mis padres. La oportunidad llegó y nos arriesgamos. El proceso de selección y entrevistas tardó dos años, periodo de tiempo en el que nació Benjamín, nuestro hijo, y aquí estamos, felices y agradecidos de la fidelidad y el cariño del público que diariamente nos visita”, dijo la empresaria.
“Mi historia es la de nuestros residentes y de la gran mayoría de los inmigrantes. Estoy feliz y orgullosa de representar esa historia, y de recordarles a todos que el sueño americano sigue más vivo que nunca”.