MIAMI.- Un cubano recién llegado a Estados Unidos fue arrestado en Jacksonville, al norte de Miami, acusado de asesinar a su pareja a puñaladas, según reportaron las autoridades de esa ciudad de Florida.
El crimen, ocurrido apenas dos semanas después de que el sospechoso llegara al país, causó conmoción en la comunidad y reaviva el debate sobre la violencia doméstica en contextos de vulnerabilidad.
Detalles del caso
Carlos Yordanis Aldana, de 38 años, enfrenta cargos de homicidio en primer grado tras ser señalado como el responsable del asesinato de Yannelis De La Caridad Casales Antón, de 30 años.
El supuesto feminicidio ocurrió el domingo en un apartamento del área de Arlington, donde la pareja residía desde la llegada de Aldana a Estados Unidos a principios de mes.
Según el informe de la Oficina del Sheriff de Jacksonville (JSO), los agentes hallaron el cuerpo sin vida de Casales en el domicilio que compartían, luego de seguir un rastro de sangre que los condujo al lugar.
La víctima presentaba múltiples heridas de arma blanca y fue declarada muerta en la escena.
Aldana, quien también tenía lesiones menores en una mano y una pierna, fue trasladado a un hospital antes de ser arrestado y enviado a la cárcel del condado de Duval.
Desconcierto
El caso generó indignación en redes sociales, donde se han multiplicado mensajes exigiendo justicia para los familiares de la víctima.
Imágenes publicadas días antes del crimen mostraban a Casales cuando fue a recibir a Aldana en el aeropuerto con globos.
Las autoridades no han revelado detalles sobre el móvil del crimen ni si existían antecedentes de abuso en la relación.
Situación del sospechoso
Aldana permanece bajo custodia mientras aguarda su primera comparecencia ante el tribunal.
De ser declarado culpable, podría enfrentar cadena perpetua o incluso la pena de muerte bajo las leyes del estado de Florida.
Piden justicia
Mientras tanto, familiares y amigos de Yannelis Casales exigen justicia para honrar su memoria y prevenir futuros actos de violencia contra mujeres migrantes.
El caso reabre el debate sobre la violencia doméstica en comunidades migrantes y las dificultades que enfrentan las víctimas para acceder a recursos de apoyo.
Organizaciones comunitarias han hecho un llamado para fortalecer los programas de prevención y asistencia dirigidos a mujeres en situación vulnerable, especialmente aquellas que enfrentan barreras lingüísticas o temen represalias legales al denunciar abusos.
