En medio de esta aparente tormenta, el recién asumido recaudador de impuestos de Miami-Dade, Dariel Fernández, reconoció las irregularidades y prometió cambios radicales.
El laberinto de las licencias
La investigación de DLA comenzó en la oficina del Mall de las Américas, en donde se apreciaba un hervidero de personas desde tempranas horas. Sin embargo, antes de las 9:00 am, un guardia informó que el acceso estaba cerrado.
“Hay que ‘marcar’ [tomar una posición en la fila] desde la noche”, sentenció, dejando a varios ciudadanos sin la oportunidad de realizar su trámite.
Entre ellos, una mujer, Yusleidy, recordaba con frustración que “el año pasado me pasó lo mismo”. Su licencia, obtenida tras una larga espera, está por vencer y allí estaba, bajo el sol implacable de la mañana, en la misma situación de antes. El calor sofocante del pavimento parecía acrecentar la frustración que se leía en su rostro.
Al avanzar entre la multitud, recogimos las quejas de ‘Marco’, otro usuario que venía “de la oficina de la 7 [del noroeste, frente al Casino Miami]. Allí la gente estaba muy molesta”. Aseguró que la tensión llegó a tal punto que “tuvo que llegar la policía”.
Otro usuario, quien prefirió el anonimato, confirmó la dificultad para acceder a una cita: “Me tardé unos 30 minutos llenando el formulario en línea, pero la cita me la dieron para dentro de tres meses. Esto es absurdo”.
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Bajo un inclemente sol, numerosas personas realizan una fila en las inmediaciones de la oficina de licencias de manejo en Miami Gardens.
D. CASTROPÉ
La escena se repetía en Miami Gardens, aunque con matices diferentes. Una señora colombiana, con la mirada cargada de desesperanza, comentó: “Vengo de la oficina de Pembroke Pines y nos dijeron que volviéramos en unos tres días. Aquí me dijeron que posiblemente mañana. No sé qué hacer ni a quién creerle”.
Otra, también de origen colombiano, buscaba información para realizar su trámite. "Tengo una licencia colombiana, se me vence pronto y quiero sacar la licencia de Florida. Tendré que presentar la I-94 [documento que entrega Inmigración al ingresar al país], la licencia colombiana, el pasaporte y dos facturas de servicios”.
Pero se lamentó: “El grave problema es que no consigo citas para pronto en la web. En enero, febrero o marzo ya no hay cupos”. La fila, que ya había sido “desarmada”, había provocado que la gente sin cita tuviese que regresar el sábado, tal como se los informaron, lo que sembraba más incertidumbre en el ya complejo panorama.
En la oficina frente al Casino Miami, en el sector de Flagami, hasta donde también llegó DLA, estaba el venezolano Franklin Rangel. Este usuario, con un tono sereno, trataba de comprender el funcionamiento del sistema.
“Lo que he visto hasta el momento, ha sido fluido en algunas cosas, y otras que hay que hacer sus citas en medio gran incertidumbre. Anteriormente, había la opción de llegar antes de las 7:00 am y dejaban pasar a una cierta cantidad de personas, pero lo que escuché es que no lo están permitiendo”.
Su testimonio daba cuenta del constante cambio de las normas, que dejan a los ciudadanos desorientados y sin una referencia clara a la que atenerse. Al preguntarle sobre los tiempos para conseguir una cita, Rangel confesó que “tendría que meterme a la página para ver qué tanto tiempo tendré que dedicarle a eso”.
Otro testimonio recogido en el Mall de las Américas mostró la dificultad que experimentan los usuarios para sacar citas: “Intenté y la pude coger para dentro de dos meses. Esto es como una lotería”.
Reconocimiento y acción
En medio de este caos, la figura del recaudador de impuestos, Dariel Fernández, emerge. En una entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS, Fernández no solo reconoció la crisis, sino que también se mostró indignado ante las irregularidades que han llegado a sus oídos en las pocas semanas que lleva en el cargo.
“Estoy completamente en desacuerdo y mi mensaje para todas aquellas personas que vienen con la mente de tratar de crear caos en la comunidad o tratar de aprovecharse vendiendo estos tickets o estas citas, es que tienen que saber que no lo pueden hacer y que es algo ilegal”, expresó con vehemencia.
Fernández aseguró que “el peso de la ley le va a caer arriba” a aquellos que lucren con la necesidad de los ciudadanos.
Su plan, ambicioso y necesario, pasa por una transformación del sistema: "Las oficinas de licencias [del estado de la Florida] pasarán a ser oficinas del recaudador de impuestos". Este paso, explicó, es parte de “una empleomanía que tenemos que entrenar”.
El objetivo, según Fernández, es garantizar que “todas aquellas personas que hoy no tienen una licencia de conducir entiendan que este documento es un privilegio en Florida y el país”.
El funcionario también se mostró consciente de la problemática de las citas en línea, que pueden demorar “un mes o dos meses”, y luego obligan a los usuarios a “estar en estas largas filas”.
Para acabar con esta situación, de acuerdo con sus palabras, la oficina a su cargo está implementando “un sistema donde las personas, antes de tener que ir a una de estas oficinas de licencias de conducir, van a tener una revisión previa de sus documentos en línea y así obtener sus citas”.
Cambios en camino
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Dariel Fernández, recaudador de impuestos de Miami-Dade.
CORTESÍA: OFICINA D.F.
Fernández anunció que ya están trabajando “para poder contratar más personas”, y “comenzar la transición” para ofrecer un servicio de mayor calidad a los ciudadanos.
La primera oficina bajo su gestión se ubicará en el North Dade Justice Center, en colaboración con el secretario de las cortes de Miami-Dade, Juan Fernández Barquín y el Condado.
Además, aclaró que “esta transición implicará la adecuación de la infraestructura, la implementación de nuevos sistemas informáticos y la capacitación de personal para garantizar el cumplimiento de los requisitos del Departamento de Seguridad Vial y Vehículos Motorizados de Florida (FLHSMV)”.
Reconoció que el proceso será gradual, pero su objetivo es que, en el futuro, se anuncie la apertura de nuevos centros de servicios que permitan a los ciudadanos realizar estos trámites con mayor facilidad, agilidad y comodidad.
También señaló que se está trabajando con cada una de las 34 municipalidades del condado para comenzar a crear oficinas en estas ciudades, en busca de un modelo que simplifique y centralice los servicios.
Decepción y esperanza
Mientras todo esto se concreta, a la ya larga lista de ciudadanos afectados por la crisis de las licencias de conducir en Miami-Dade, se suma la historia de Julio González, un cubano que lleva ocho años en el condado.
Con la esperanza de renovar su licencia, el hombre originario de la provincia de Matanzas madrugó y llegó a la oficina del Mall de las Américas antes del amanecer. Sin embargo, su esfuerzo fue en vano. Tras varias horas de espera en una fila que se extendía por la acera, un guardia le informó que no había más acceso.
“Me dijeron que ya no estaban dejando entrar a nadie más”, relató con frustración Julio, quien tuvo que marcharse con las manos vacías y la incertidumbre de cuándo podrá resolver su problema.
De tal manera, este señor, al igual que muchos otros residentes, se preguntaba cómo es posible que un trámite tan esencial se haya convertido en algo más parecido a una carrera de obstáculos.