WASHINGTON.- El Senado en Washington aprobó a Robert Kennedy Jr. como secretario de Salud de Estados Unidos, a pesar de la oposición de los demócratas como se esperaba desde un principio, en un partido dominado por la ultraizquierda y las posturas radicales.
El sobrino del presidente asesinado John F. Kennedy e hijo del senador también asesinado Robert, consiguió los 51 votos necesarios para la confirmación, convirtiéndose en la más reciente incorporación al gabinete del presidente Donald Trump.
Durante los debates en el Senado, Kennedy enfrentó preguntas incisivas sobre sus criterios respecto a algunas vacunas y el aborto, como parte de la descabellada agenda del nuevo izquierdismo en EEUU.
Un firme crítico
Dentro de los republicanos, sólo el senador Mitch McConnell votó en contra igual que lo ha hecho con otros designados por Trump. Al parecer, a McConnell le ha afectado con severidad su estado de salud o desea demostrar su rechazo rotundo al presidente electo Trump, a pesar de ser republicano.
Kennedy, un crítico firme de la industria farmacéutica y los alimentos procesados, ha prometido reorientar las agencias de salud federales hacia la prevención de enfermedades crónicas y la reducción de la influencia de las grandes empresas farmacéuticas. Su plataforma, "Make America Healthy Again" (MAHA), ha ganado el apoyo de muchas madres preocupadas por los aditivos y los colorantes en los alimentos, entre muchos otros productos dañinos para la salud.
Cuando el presidente Donald Trump nombró a Robert F. Kennedy Jr. como su futuro secretario de salud dijo:
Bajo su dirección, el ministerio "jugará un gran papel para asegurar que todos estén protegidos de los productos químicos, los contaminantes, los pesticidas, los productos farmacéuticos y los aditivos alimentarios peligrosos que han contribuido a la enorme crisis de salud en este país", escribió Trump en un comunicado en su red Truth Social.
Kennedy renunció en agosto a ser candidato independiente a la presidencia para apoyar a Trump, luego de ser marginado en su propio partido por denunciar la corrupción y los verdaderos problemas que afectan a los estadounidenses.
Fármacos y alimentación
Kennedy ha argumentado en entrevistas, libros y en artículos de prensa el daño que ha causado y está causando la industria farmacéutica y de alimentos en EEUU a los humanos y en especial a los niños, con inventos que solucionan algún problema de salud y crean decenas mucho más graves. En múltiples ocasiones con la aprobación de la FDA, la agencia reguladora de Fármacos y Alimentos en el país.
En cuanto a los alimentos, cada vez más se cierra el espectro para un alimentación saludable, altamente costosa para la mayoría de los estadounidenses, en particular cuando se trata de los infantes.
Kennedy advirtió durante la campaña que recomendará eliminar el flúor del suministro de agua, que más que beneficio causa daños a la salud a largo plazo, entre otras importantes medidas para volver a ser que los estadounidenses gocen de salud, como en décadas atrás cuando los inventos científicos eran estrictamente controlados, vigilados y comprobados durante extensos períodos de prueba.
La confirmación allanó el camino para que prestara juramento el jueves 13 de febrero al frente del enorme Departamento de Salud y Servicios Humanos, supervisando múltiples agencias de alto perfil, como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Kennedy dirigirá un departamento con más de 80.000 empleados y un presupuesto de 1,7 billones de dólares, pero plagado de errores, burocracia y altísimos costos por seguros desorbitantes en ese sector.
El opulento negocio y la salud humana
Una simple aspirina en un hospital supera los 10 dólares, mientras que cirugías y medicamentos de alto riesgo tienen un precio casi impagable.
La guerra entre los seguros y los centros de atención de salud ha pasado en los últimos años a niveles insospechados y todo el costo revertido en los pacientes, que son los que pagan al final el enorme gasto de la ineficiencia y el enriquecimiento de las farmacéuticas, los seguros de salud y las entidades de servicios.
La medicina preventiva en EEUU se ha convertido en un negocio petrolero, sin importar casi la ética ni el paciente. Mientras más pruebas innecesarias se les haga a las personas, mejor serán las probabilidades de ganar dinero y sobrevivir en esta guerra de precios y costos en la industria médica.
Después de que Kennedy preste juramento, Trump firmará una orden ejecutiva para establecer la comisión MAHA, llamada así por el movimiento "Make America Healthy Again, "para investigar la crisis crónica de salud que afecta a nuestro país", informó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, a Fox News.
Kennedy, de 71 años, es un abogado ambientalista, pero ha tenido que lidiar personalmente con sus problemas de salud y los de sus familiares más cercanos, y ha experimentado de primera mano sus experiencias con médicos, investigadores y personal de salud a todas las instancias.
Kennedy ha sido un fuerte crítico de las vacunas aceleradas en laboratorios sin el rigor necesario ni el tiempo de prueba suficientes para conocer a fondo sus reacciones adversas en el organismo humano.
Ha sido un gran abanderado de la lucha contra las grandes farmacéuticas y los problemas graves en la atención sanitaria en EEUU.
El nuevo secretario de Salud también estará a cargo de la supervisión de los programas Medicare y Medicaid, que brindan seguro médico a más de 140 millones de estadounidenses y los Institutos Nacionales de Salud.
El camino de Kennedy hacia la confirmación fue complicado y no siempre pareció contar con los votos necesarios, pero finalmente convenció en su audiencia con sus argumentos y sus estrategias para comenzar a reformar un ministerio con serias deficiencias y errados conceptos que repercuten en la población.
Kennedy tuvo enfrentarse a los enemigos de su anterior partido, que como un bloque monolítico votan a favor de políticas “progresistas” o radicales de izquierda. De ahí que desentonara completamente como un verdadero demócrata que desea el bien para el país.
Los republicanos del Senado cerraron filas, como lo han hecho hasta ahora con cada elección del gabinete de Trump, y le dieron el voto a Kennedy para ejercer su cargo.
FUENTE: Con información de AFP