“Los objetivos del primer ministro Benjamín Netanyahu son devolver a los rehenes y eliminar a Hamás del gobierno y quizá esa idea es una forma de poner al mundo árabe y a Hamás, en particular, a la defensiva para que acepten irse de Gaza y no vuelva a ocurrir un hecho como el del 7 de octubre”, según el académico.
El analista político Ricardo Israel considera, por su parte, que Trump busca plantear con esta propuesta “algo totalmente novedoso y crear una nueva realidad política global con el poder y la influencia que tiene EEUU”.
Sin embargo, ambos expertos coinciden en que el planteamiento expuesto por Trump el 4 de febrero, durante la rueda de prensa con Netanyahu, en la Casa Blanca, es “complejo” y pone en riesgo las negociaciones en la segunda fase del acuerdo entre Israel y Hamás, que procura el fin de la guerra y la reconstrucción de la Franja de Gaza, entre otros puntos.
No ayuda a la paz, aseguran.
Tras el inmediato rechazo del movimiento islamista y de Arabia Saudita, también países europeos condenaron el plan, al considerar que provocaría un “desplazamiento forzoso” de población en Gaza y complicaría la pretendida solución entre israelíes y palestinos. Una nueva controversia con la que Trump perfila su estilo de gobierno, tras la ocurrida con los aranceles y el canal de Panamá.
La propuesta en la Franja de Gaza
Trump lanzó su plan de afirmar la presencia estadounidense en la Franja de Gaza “a largo plazo” y de su control para “acabar con la destrucción”, luego de la reunión de 40 minutos con Netanyahu, lo que hizo al primer ministro israelí asegurar que “Trump lo está llevando a un nivel superior”.
“EEUU se hará cargo de la Franja de Gaza (...) Lo poseeremos y seremos responsables de desmantelar todas las bombas peligrosas sin detonar y otras armas que haya en el lugar (…) crear un desarrollo económico que proporcione una cantidad ilimitada de empleos y viviendas para la gente de la zona, hacer un trabajo real”, declaró Trump.
Luego, habló de “una posición de propiedad a largo plazo” para dar “estabilidad” a la Franja de Gaza a la que denominó “un símbolo de muerte y de destrucción durante décadas”, ubicada entre Israel, Egipto y el mar Mediterráneo y en la que habitan más de 2 millones de personas.
La particularidad de la visita de Netanyahu a la Casa Blanca, la primera que recibe el nuevo presidente de EEUU de un líder extranjero, y también la primera salida que hace el alto funcionario israelí de su país, “desafiando” la orden de captura de la Corte Penal Internacional, quedó relegada ante la controversial propuesta.
Complejo plan de Trump
Fleischman afirma que el plan, que ha generado críticas, reservas y hasta interpretaciones libres en EEUU y en el ámbito internacional, “no es fácilmente implementable”. Y enumera las razones.
“En primer lugar, ¿cómo va EEUU a controlar la Franja de Gaza, cómo se hará el proceso de deportación o migración de los locales? Segundo, ¿quiénes están interesados en invertir allí? Los árabes rechazaron la propuesta y no van a invertir; ¿los americanos privados están dispuestos a invertir?”.
Añade que si se plantea la inversión del gobierno federal será complicado, pues en este momento se habla de cortes en las partidas de ayuda exterior y a todo nivel, dice: “Y entonces, ¿va a haber dinero para invertir en la reconstrucción de Gaza? Eso no lo veo implementable”, afirma.
Israel, por su parte, sostiene que, aunque la propuesta “es una idea bienvenida”, “Trump aquí se equivocó”, pues no ha recibido apoyo alguno, pero sí rechazo de los aliados naturales del mundo árabe a la propuesta de buscar el desplazamiento de los habitantes de Gaza con la presencia estadounidense, según explica.
Un socio para la paz
“Esto es imposible hacerlo sin tener un socio árabe, el natural que es Arabia Saudita ya lo rechazó. Además, el plan no ayuda, porque el problema en Medio Oriente es que habido muchas iniciativas, incluso norteamericanas en Camp Davis, pero nunca han tenido el apoyo de los palestinos”.
“Ha habido ocho guerras en Medio Oriente e Israel las ha ganado todas, pero nunca ha ganado la paz porque le ha faltado un socio para la paz. Es imposible hacerlo sin los palestinos porque esa es la condición que pone Arabia Saudita y muchos otros países e incluso Egipto cuando firmó el pacto con Israel, pero nunca la quisieron seguir adelante”, indica.
A estas consideraciones, el académico suma “lo contradictorio” del plan con el propósito de Trump de querer alejar a EEUU de los conflictos. “Ahora lo lleva inmediatamente a un conflicto, minuto que ponga pie un soldado americano va a ser atacado, como ocurre con las tropas en varios países árabes”.
Riesgos en la Franja de Gaza
Fleischman destaca en su análisis, sobre todo, cómo afectaría el plan de EEUU y el riesgo que implica para las negociaciones sobre el acuerdo con propósito definitivo entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza.
“Todavía quedan rehenes, hay 82 rehenes en manos de Hamás y, en este momento, estamos en medio de la negociación. Israel quiere liberar a esos rehenes y los otros quieren que se liberen asesinos que están en cárceles israelíes”.
Refiere la preocupación y el temor de los familiares de los rehenes ante las declaraciones de Trump. “Veo este plan como algo riesgoso y complejo, no de cuán lejos va a ir ese plan”.
Y puede pasar “cualquier cosa”, según advierte. “Puede haber resultados que sean todo lo contrario o puede ser un incentivo para que Hamas y todo el liderazgo, incluyendo el de la Franja de Gaza, acepte pasar a Turquía o a Catar, o puede desbaratar toda la negociación y las principales víctimas aquí van a ser los rehenes”.
En este contexto, Israel asegura que la propuesta de Trump sobre la Franja de Gaza no le extraña, a pesar de lo “sorpresiva” que resultó en principio para él, como para el ámbito internacional.
“Yo había escuchado al presidente decir, como candidato, en algunas entrevistas, sobre cuán valioso era ese terreno desde el punto de vista turístico, por estar frente al mar, y pensé que estaba hablando el empresario inmobiliario, pero nunca pensé que se transformaría en un planteamiento que ha sorprendido a todo el mundo”.
Asegura que el plan no fue discutido ni con sus asesores, ni con el Pentágono, ni con el Departamento de Estado, “porque esto va en contra de todo lo que ha sostenido EEUU sobre el Medio Oriente”.
Y menciona que detrás del plan también puede estar el objetivo de Netanyahu de “sobrevivir lo más que pueda”.
“El día que Netanyahu anuncie que hay otra alternativa a Hamás, porque este fue derrotado, él tendría que presentar la renuncia y, en medio de la comisión investigadora y de otras tantas cosas, probablemente se convocarían nuevas elecciones en Israel, como ocurre en democracia. Él está pasando por un momento demasiado bueno, el sueño dorado en la Casa Blanca, y no creo que esté pensando en renunciar. Todo lo contrario, este viaje fue para evitar la renuncia”, señala.
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FUENTE: Entrevistas con Luis Fleischman, especialista en Medio Oriente; y Ricardo Israel, analista político