MIAMI— El 24 de febrero de 1996 fueron derribadas por fuerzas aéreas cubanas dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate que volaban sobre aguas internacionales al norte de la Isla, informa CubaNet.
MIAMI— El 24 de febrero de 1996 fueron derribadas por fuerzas aéreas cubanas dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate que volaban sobre aguas internacionales al norte de la Isla, informa CubaNet.
Dicha organización humanitaria había sido creada cinco años antes, en Miami, por el cubanoamericano José Basulto, exiliado cubano y veterano de Bahía de Cochinos, y estaba conformada por un grupo de pilotos civiles que solía vigilar el estrecho de la Florida para detectar a balseros cubanos que huían de la isla en embarcaciones precarias y asistirlos en medio del mar.
Aquel día de febrero de 1996 fallecieron los pilotos Armando Alejandre Jr., Carlos Costa, Mario de la Peña y Pablo Morales. Los misiles disparados por los cazas de la Fuerza Aérea cubana trituraron sus naves en pleno vuelo.
Una tercera avioneta, la Seagull One, pudo escapar de una persecución aérea que se extendió por más de una hora. Sobrevivieron el propio José Basulto, Arnaldo Iglesias y el matrimonio de Andrés y Silvia Iriondo, cuyos testimonios resultaron sumamente útiles en la reconstrucción de los hechos.
Han pasado 27 años, y los reclamos de “verdad y justicia” no cesan, como explica la escritora y editora Lily Prellezo, quien escribió, junto a Basulto, el libro Seagull One. La asombrosa y verdadera historia de los Hermanos al Rescate. El material compendia testimonios de más de un centenar de personas involucradas con los hechos que sacudieron al exilio cubano en 1996.
La dictadura se ha defendido siempre con el argumento de que el derribo de las avionetas ocurrió dentro del espacio aéreo cubano; pero aun así el incidente fue repudiado por la Unión Europea, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales.
Una minuciosa investigación realizada por la Organización de Aviación Civil Internacional concluyó que las dos naves de Hermanos al Rescate fueron derribadas en aguas internacionales y que las autoridades cubanas incumplieron los protocolos de aviso establecidos. La intención, desde un inicio, fue derribar las avionetas.
Así lo reconoció Raúl Castro, sobre quien recae la responsabilidad del crimen en tanto jefe de las Fuerzas Armadas.
Desde que ocurrió la tragedia, tanto los familiares de las víctimas como la comunidad cubana en el exilio han exigido que los responsables sean llevados ante la justicia. El crimen continúa impune, como tantos otros cometidos por el castrismo.
Un trabajo del periodista, cineasta y escritor Luis Leonel León, publicado en el anuario de la Academia de Historia de Cuba, AHCE, describe que cuando las aeronaves estaban al norte del paralelo 24, “la Fuerza Aérea de Cuba ordenó el despegue de dos aviones militares, un MIG-29 y un MIG-23, operando bajo el control de la estación militar de tierra cubana. Los MIG portaban piezas de artillería, misiles de corto alcance, bombas y cohetes, y estaban piloteados por miembros de la Fuerza Aérea Cubana”.
“La CIDH, en su informe sobre el caso, publicó extractos de las comunicaciones radiales intercambiadas entre el MIG-29 (que persiguió las avionetas hasta derribarlas) y la Torre de Control Militar de La Habana, que evidencian la violación de todos los protocolos internacionales y la impunidad con que el Estado cubano cometió el crimen”, añade el informe.
En datos del libro de Prellezo, una investigación de la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO, por sus siglas en inglés), dio un parte de la salida de las tres aeronaves Cessna 337. Las mismas se identificaban con las matrículas N2456S, con Pablo Morales y Carlos Costa a bordo, N5485S, donde iban Mario De La Peña y Armando Alejandre Jr.; y N2506, con la pareja de Andrés y Sylvia Iriondo, Arnaldo Iglesias y José Basulto. Tras cuatro meses de análisis, la ICAO “había llegado a la conclusión de que el derribo de Hermanos al Rescate había tenido lugar en aguas internacionales”.
Se reportaron diversos intentos de parte del régimen de La Habana para justificar el derribo, aludiendo a frecuentes supuestas “provocaciones” y a que las avionetas de HAR estaban en el espacio aéreo de Cuba. Sin embargo, la decisión de Cuba fue condenada a instancias internacionales por instituciones como Naciones Unidas y la Unión Europea.
“Un panel de aviación de las Naciones Unidas dictaminó el año pasado [1996] que los aviones fueron derribados en aguas internacionales y Cuba violó el derecho internacional”, detalla un reporte de 1997, en el que el juez de distrito de los EEUU James Lawrence King declaró a Cuba culpable de planificar el derribo. Además, determinó que había habido tiempo suficiente para emitir advertencias a los aviones de Hermanos al Rescate si hubieran sido necesarias.
FUENTE: REDACCIÓN / Con información de CubaNet