WASHINGTON — La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, aseguró este lunes que el Tribunal Supremo "intervendrá" en el caso de la deportación de 300 migrantes irregulares a El Salvador, acusados de pertenecer a la temible banda venezolana el Tren de Aragua, una medida llevada a cabo por la administración del presidente Donald Trump.
El juez federal emitió una orden que bloqueaba las deportaciones durante al menos dos semanas, pero el vuelo ya había partido y se encontraba en espacio internacional, según las declaraciones de la administración Trump.
"El Tribunal Supremo intervendrá (...) Este juez federal está fuera de control y trata de controlar toda nuestra política exterior, y no puede hacerlo", manifestó Bondi durante una entrevista para la cadena Fox News.
Juez no "tiene potestad"
Bondi insistió en que el magistrado "absolutamente no" tiene potestad para condicionar la seguridad nacional de Estados Unidos, y aseguró que la Administración apelará a la Justicia convencida de que se impondrá en la causa. "Ganaremos, prevaleceremos", aseveró la fiscal. Se trata del juez principal James Boasberg, quien el lunes se negó a anular la orden que emitió antes de una audiencia de apelación para el caso.
Boasberg dictaminó que los inmigrantes que enfrentan la deportación deben tener la oportunidad de impugnar sus designaciones como presuntos miembros de la banda Tren de Aragua. Declaró que hay “un fuerte interés público en prevenir la deportación errónea de personas basándose en categorías que no tienen derecho a impugnar”, lo que pone en duda la labor de las autoridades policiales, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional.
Tanto la fiscal Bondi como el propio Trump y otros miembros del gobierno han criticado en los últimos días a Boasberg, para quien piden un juicio político por inmiscuirse en cuestiones de la administración. Sin embargo, el presidente del Supremo, John Roberts, en una maniobra poco habitual, salió al paso para defender al juez.
Juez participó en conferencia anti-Trump
Trump publicó un mensaje en las redes sociales pidiendo que se inhabilitara al juez principal James Boasberg. Trump compartió un artículo sobre la asistencia de Boasberg a una conferencia legal que supuestamente contó con “oradores anti-Trump”.
El magistrado, nombrado por el demócrata expresidente Barack Obama, ordenó a mediados de marzo ponerle fin a los vuelos de deportación de migrantes venezolanos que, según la Casa Blanca, eran miembros de la pandilla Tren de Aragua. Boasberg dictó que los aviones no salieran de Estados Unidos o que regresaran si ya habían despegado, si bien el avión terminó aterrizando en El Salvador.
La administración argumentó entonces que el juez no podía interferir en la política exterior y de seguridad de Estados Unidos, y que los aviones ya se encontraban fuera del territorio estadounidense en el momento de la emisión de la orden. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, afín a Trump, bromeó con que el juez estadounidense había llegado "demasiado tarde" para frenar la deportación.
La administración Trump ha transferido a cientos de inmigrantes venezolanos a El Salvador bajo una ley de guerra del siglo XVIII que no se había invocado desde la Segunda Guerra Mundial.
FUENTE: Con informaciòn de AFP