REDACCIÓN
De acuerdo con algunas fuentes consultadas, Harriet liberó a miles de esclavos en 10 años y apareció en volantes que daban 40.000 dólares por su captura
REDACCIÓN
Nacida en épocas de esclavitud, en el condado de Dorchester, Maryland, en una plantación de esclavos, Harriet Tubman, la mujer cuya imagen aparecerá en los billetes de 20 dólares de los EEUU, llegó a convertirse en una luchadora incansable por la libertad de los afroamericanos durante la guerra civil estadounidense.
Durante su niñez fue apaleada en más de una ocasión y recibió el golpe del látigo de mano de varios de sus propietarios. Uno de ellos le causó una herida en la cabeza cuando, siendo aún una adolescente, la alcanzó con un objeto de hierro que le había lanzado a otro esclavo.
Ya de adulta tuvo que ser sometida a una cirugía cerebral para aliviar los dolores de cabeza que padecía como consecuencia de las golpizas recibidas en su infancia.
Con 27 años pudo escapar a Pensilvania, un estado “libre” y desde allí regresó varias veces a Maryland a rescatar a familiares y a otros esclavos.
Murió a los 91 años, luego de convertirse en una líder abolicionista antes de la Guerra Civil, y luego, en defensora del derecho de las mujeres al sufragio.
DIARIO LAS AMÉRICAS reproduce cuatro frases que inmortalizara Harriet Tubman y que dejan ver rasgos de su carácter y de su vocación.
“Cada gran sueño comienza con un soñador. Recuerde siempre, usted tiene en su interior la fuerza, la paciencia y la pasión para alcanzar las estrellas para cambiar el mundo”.
“Había cruzado la línea. Era libre, pero no había nadie para darme la bienvenida a la tierra de la libertad. Yo era un extraño en una tierra extraña”.
"Vi mis manos para asegurarme de que era la misma persona; ahora era libre. Todo era glorioso. Sentí que estaba en el cielo".
De acuerdo con algunas fuentes consultadas, Harriet liberó a miles de esclavos en 10 años y apareció en volantes que daban 40.000 dólares por su captura. A Tubman se le reconoce especialmente por haber impulsado la red antiesclavista conocida como ferrocarril subterráneo, una vía de escape clandestino que permitió a los del sur el acceso a los “estados libres” del norte.
Harriet Tumban dijo: “Yo he liberado a miles de esclavos y habría liberado miles más, tan solo si ellos hubieran sabido que lo eran”.