WASHINGTON- El mercado inmobiliario en EEUU no sale de la crisis de ventas y lleva en esta situación casi tres años. El silencio cómplice de la gran prensa de extrema izquierda con el gobierno y las agencias federales es en extremo lamentable.
La cifra de ventas de nuevas propiedades confirma el estancamiento en el que se encuentra el sector de bienes raíces desde hace casi tres años
WASHINGTON- El mercado inmobiliario en EEUU no sale de la crisis de ventas y lleva en esta situación casi tres años. El silencio cómplice de la gran prensa de extrema izquierda con el gobierno y las agencias federales es en extremo lamentable.
La venta de viviendas nuevas en Estados Unidos en octubre estuvo muy lejos de las expectativas de los analistas, alcanzando la tasa más baja desde mediados de 2022, según datos oficiales, al tiempo que las tasas hipotecarias volvieron a aumentar durante ese mes.
El mes pasado se vendieron 610.000 casas y apartamentos nuevos sobre una base anualizada, según datos del Departamento de Comercio, un 17,3% menos que en septiembre.
La tasa de septiembre fue algo más alta con 738.000 propiedades, mientras los analistas esperaban un enfriamiento menor del mercado con 718.000, según Briefing.com.
A pesar de lo que ha dicho la Reserva Federal, la inflación sigue en niveles muy altos que no concuerdan con las cifras actuales que da el gobierno. Los consumidores no ven esa gran reducción de la que habla el Banco Central y mucho menos lo han percibido en las viviendas, los alimentos y productos de primera necesidad.
Sin tomar en cuenta los intereses de las tarjetas de crédito, que se han convertido en el degollador por excelencia de los estadounidenses con valores entre el 26% y el 33%. Y cuando una deuda pasa de los 2.000 dólares resulta ya casi impagable para los clientes, en medio del altísimo costo de vida.
Las asociaciones de realtors siguen ofreciendo una imagen de "confort empresarial" y "salud" que no existen
El mercado inmobiliario se encuentra en un sensible estancamiento y condicionado a múltiples factores, entre ellos los cambios en las tasas de interés de referencia y se vio afectado después de que la Reserva Federal (Fed, banco central) aumentara rápidamente la tasas en 2022 para acabar con la histórica inflación.
Sin embargo, las fallidas políticas económicas del gobierno de Jeo Biden y Kamala Harris han causado el deterioro de un sector que fue uno de los motores fundamentales durante la pandemia de COVID-19. Ahora mismo se encuentra en una contracción espeluznante, igual que la actividad manufacturera del país.
La única noticia beneficiosa hasta el momento es que sigue en aumento el inventario de propiedades, lo que mejora en parte las opciones para los compradores, pero ante el freno y la incertidumbre fomentada por el actual gobierno los vendedores y compradores siguen a un mercado que continúa con altísimos precios, un volumen de venta muy reducido y tasas hipotecarias altas.
Aunque el inventario es mayor que en 2021, 2022 y 2023, sigue siendo insuficiente y la oferta-precio no estimula la compraventa. Los valores de las propiedades siguen demasiado inflados para un comprador inteligente y astuto. Adquirir una vivienda en estos momentos es ganarse un grave problema desde el primer momento que entra a la casa, con un valor ficticio de más de un 300% repecto a lo que sería el valor real.
Como los propietarios se muestran reacios a vender sus propiedades, las ventas de viviendas nuevas recibieron un ligero impulso de la demanda indirecta.
La cifra de octubre fue la más baja desde finales de 2022 y se da en momentos en que la popular hipoteca a tasa fija a 30 años subía ligeramente en el mes.
Por su parte, el precio de venta promedio de las viviendas nuevas volvió a aumentar en octubre hasta los 437.300 dólares, indicó el Departamento de Comercio.
FUENTE: Con información de AFP y otras fuentes.