“Estados Unidos está de vuelta”, así comenzó el presidente Donald J. Trump su primer discurso a la nación, después de conquistar la Casa Blanca el 20 de enero.
A sólo seis semanas de mandato, el presidente Donald J. Trump expuso resultados concretos durante su primer discurso a la nación, tras conquistar la Casa Blanca
“Estados Unidos está de vuelta”, así comenzó el presidente Donald J. Trump su primer discurso a la nación, después de conquistar la Casa Blanca el 20 de enero.
Después de una hora y 40 minutos en hemiciclo del Congreso, Trump hizo un recorrido de 180 grados sobre los logros de su administración en poco más de un mes.
Durante todo el discurso, Trump ofreció sentido común y resultados: dos géneros; frontera segura en días, cuando los demócratas inventaron todo tipo de excusas para mantenerla en un caos por cuatro años. Auditorías para terminar con el descontrol, el fraude y el desfalco en el gobierno federal; perspectivas reales de paz con honor en Ucrania.
El líder republicano enumeró las promesas cumplidas y las que están en camino; hizo bromas, causó conmoción entre los asistentes (no los demócratas, claro está); generó seguridad, y confianza en sus planes y les retorció el hígados a sus adversarios más rencorosos de la ultraizquierda (varios abandonaron la sala), en décadas atrás apenas un puñado, ahora en cifras bastante notables.
Volvió a saludar con firmeza la bandera de la paz, no de la guerra. En resumen, Trump le habló a todo el país y se regocijó de lo que ha conquistado para la nación en sólo días y le aseguró que está al mando; el liderazgo que casi 80 millones de votantes pidieron el 5 de noviembre.
Pero el entusiasmo por Trump radica, entre otras cosas, en que su incesante trabajo, perseverancia y experiencia en vencer obstáculos ponen los sueños casi a la mano, y no en el inalcanzable horizonte del populismo izquierdista.
"Nunca más nuestro sistema judicial se utilizará para perseguir y condenar a oponentes políticos como hicieron conmigo. Volveremos a tener un sistema judicial digno de respeto, confianza y apegado al cumplimiento de las leyes, y no bajo intereses partidistas. Esto no volverá a ocurrir", señaló Trump entre aplausos y la mayoría de los asistentes de pie.
Estableció un récord como el discurso presidencial más largo de la historia ante el Congreso, pero sin un sólo momento de tedio en medio de tanta información.
Momentos como el del joven superviviente de cáncer D.J. Daniel, que se enteró de que acababan de convertirlo en agente honorario del Servicio Secreto, o el del estudiante de secundaria Jason Hartley, que se enteró de que lo habían aceptado en West Point, imprimieron sensibilidad y humanismo.
Trump fue recibido con una ovación de varios minutos en el hemiciclo del Congreso en Washington.
"No vamos a permitir que nada malo le ocurra a nuestro país. Nos toca ahora tomar el destino de EEUU. Vamos a llevar a esta nación a grandes alturas y vamos a crear la mejor calidad de vida para los estadoundienses. Tendremos las mejores comunidades del mundo y conquistaremos los confines de la ciencia", manifestó el mandatario.
"Vamos a renovar la promesa del sueño americano y el país que merece nuestro pueblo. La era de oro de EEUU apenas está comenzando", recalcó.
"Hace seis semanas proclamé el comienzo de la "Era de Oro de EEUU". Desde ese momento hemos logrado en 43 días lo que muchos presidentes han hecho en cuatro u ocho años de gobierno; y apenas estamos comenzando, señaló eufórico Trump.
He regresado para reportar que el ímpetu se ha recuperado y nuestra confianza se ha recuperado y la confianza en el "Sueño Americano" se ha recuperado y es indetenible. Nuestra nación está en una recuperación que quizás no vuelvan a ver jamás.
El optimismo entre los dueños de pequeños negocios registró en febrero el mayor repunte en un mes en los últimos cuatro años.
"He firmado casi 100 órdenes ejecutivas y he tomado más de 400 acciones para retomar el orden y la esperanza en nuestro país. Me eligieron para hacer este trabajo y lo estoy haciendo".
"Algunos estudios afirman que el primer mes de nuestra Presidencia ha sido el más exitoso en la historia de la nación".
Los demócratas se mostraron irremediablemente groseros, desde el discurso indecoroso del representante Al Green antes de su expulsión hasta los patéticos carteles de protesta redondos que levantaron durante todo el discurso y su insistencia en quedarse de brazos cruzados incluso en los momentos más alentadores.
La repulsión de los demócratas (dominados por la izquierda radical) hacia Trump se hizo visible una vez más. Al punto de que Trump se dirigió directamente a ellos.
"Cinco veces he estado en esto podio frente a ustedes y no hay absolutamente nada que pueda decir o hacer y que ustedes sientan la más mínima satisfacción ni siquiera aceptación. Es muy triste. No debería ser así, cuando todos tenemos la responsabilidad de defender y desarrollar nuestro país".
"Por el bien de nuestra nación les pido una vez más que trabajemos juntos y juntos devolvamos la grandeza a EEUU". Pero los legisladores demócratas ni se inmutaron.
El Partido Demócrata sigue tomado por la el radicalismo de izquierda, el wokismo y las políticas globalistas que lo han llevado a donde están ahora. No demuestran ninguna reacción de cambio, ni de aprendizaje de la contundente derrota el 5 de enero por el candidato republicano y expresidente más atacado y ultrajado en la historia del país.
El nuevo inquilino de la Casa Blanca se refirió a la retirada de EEUU de organizaciones, tratados y entidades internacionales que nada aportan al desarrollo de la nación ni a los intereses del pueblo estadounidense como el llamado Acuerdo de París, la corrupta Organización Mundial de la Salud y de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
También se refirió a la entrada de más de 12 millones de emigrantes ilegales por las terribles políticas del gobierno de Joe Biden sobre "Puertas Abiertas", por las que entraron decenas de miles de delincuentes, narcotraficantes, pandilleros y asesinos.
"Por eso una de mis primeras medidas fue declarar una emergencia de seguridad nacional y así comenzar el arresto y deportación de todos esos delincuentes que han envenenado nuestras comunidadades".
Trump citó la censura de la que fueron víctimas millones de estadounidenses, entre ellos él siendo aún el presidente de la nación en su primer mandato. Dijo que su gobierno restableció la libertad de expresión.
"Denominé el Golfo de México como el Golfo de América. Y le pusimos fin a la tiranía de diversidad e inclusión dentro de la sociedad, en el gobierno federal y en las fuerzas armadas". "Nuestro país se va a apartar definitivamente de ese sistema de mutismo y discriminación. Todos deben ser contratos por su destreza, voluntad, capacidad y sus méritos, no por el color de su piel, sexualidad u origen".
"Hemos retirado el veneno de las llamadas teorías críticas de la raza, que atacan la naturaleza humana de dos géneros: masculino y femenino. Eliminamos la participación de hombres en deportes femeninos".
De ahora en adelante, las escuelas e instituciones que no acaten esta legislación dejarán inmediatamente de recibir fondos federales. Y citó el caso de una joven voleibolista que fue golpeada salvajemente por un transexual causádole severos daños físicos y psicológicos.
Esto es solo una parte de la revolución del sentido común frente a los lunáticos del wokismo. Nunca más daremos marcha atrás. Heredamos una catástrofe económica del gobierno anterior, la peor inflación en los últimos cincuenta años y otros indicadores terribles, pero saldremos de este hoyo cuanto antes. El plan de los "aranceles recíprocos" nos ayudará a acelerar este proceso.
Meses antes de asumir el poder en Washington, el presidente Donald J. Trump habló de todos los planes que había en su segundo mandato para Hacer Grande a América Otra Vez. No dio detalles, sólo sonreía y se refería a lo maravilloso que sería todo: “Esta será la época de oro de EEUU”.
Muchos, sobre todo la élite globalista y sus seguidores, pensaron que era demagogia y populismo de campaña electoral. Confiaban, incluso, en que Trump causara una debacle dentro y fuera de EEUU para declararlo incompetente.
Pero a menos de dos meses, los planes de Trump se revelan uno detrás de otro como la secuencia perfecta de proyectos bien pensados, planificados y calculados. Nada de lo que dice el mandatario es al azar, sino una plataforma estructurada por varias fases. Resulta evidente una preparación de años detrás de cada acción que anuncia el Presidente.
El programa, con muchas modificaciones, es en esencia el mismo que esperaba cumplir en su segundo mandato consecutivo, y que no pudo suceder en 2020.
Trump tuvo cuatro años más para prepararse y organizar mejor sus conceptos y ahora se entiende que Trump se dirige a una América Nueva dentro y fuera del país.
Las noticias no podían ser mejores antes de su histórico discurso de este martes.
La solución a dos objetivos fundamentales en política exterior es inminente: el control de China en el Canal de Panamá y la guerra en Ucrania.
En el ámbito nacional, la frontera se encuentra segura después de cuatro años de pleno desastre. La orden ejecutiva de emergencia de seguridad nacional permitió enviar tropas del ejército a reforzar la frontera sur del país.
Trump citó que febrero fue el mes de menos cruce en la frontera sur en décadas, quizás las cifras más bajas de toda la historia del país.
La entrada ilegal de migrantes prácticamente ha concluido, también los fondos para respaldar a estados y ciudades “Santuario”.
Bajo el ultimátum de Trump, la firma CK Hutchison Holdings -con sede en Hong Kong- venderá el 90% de sus acciones en Panama Ports Company (PPC) al gigante gestor estadounidense de activos BlackRock para las operaciones del Canal de Panamá y otras instalaciones portuarias, lo que garantiza la salida de China de la vía interoceánica.
Pero la noticia va más allá del canal. De acuerdo con The Wall Street Journal, BlackRock cerró un acuerdo de 23.000 millones de dólares que incluye decenas de otros puertos en todo el mundo.
Desde que asumió el poder el 20 de enero, Trump denunció en su primer discurso la firme disposición de retomar el control del Canal de Panamá, casi en manos del régimen de China.
En su discurso del martes, el presidente recalcó que EEUU retomará lo antes posible el Canal de Panamá y fue el momento cuando citó a su secretario de Estado Marco Rubio, el exsenador cubanoamericano por Florida.
Trump destacó la labor de Rubio y dijo que estaba "haciendo un fantástico trabajo y que todos lo respetan y admiran en Washington". "Todos estamos muy contentos con tu trabajo, te deseo mucha suerte", le dijo Trump con visible satisfacción.
Sobre la inflación expresó que Biden eliminó el 95% de las concesiones de la industria petrolera, por eso declaré una emergencia energética nacional. Y la política ahora es perfora. Trabajamos en un gran oleoducto en Alaska y ordenaré la explotación de tierras raras y materiales críticos aquí en EEUU.
En su alocución al país, Trump leyó varios párrafos de una carta que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski le envió en la que afirma sentirse listo para firmar el acuerdo sobre la explotación de minerales en Ucrania por parte de EEUU.
El viernes el mandatario ucraniano protagonizó una escena de descontrol emocional bastante inapropiada como invitado a la Casa Blanca.
El gran fiasco de Zelenski ocurrió horas después de que viniera a Washington a exigir más dinero, tropas en Ucrania y otras prerrogativas no negociadas con anterioridad con el objetivo de continuar la guerra, contrario a lo que había prometido al secretario de Estado Marco Rubio.
El aterrizaje de Zelenski concluyó con la orden de Trump de pausar toda la ayuda militar en camino y en tierra en EEUU para Ucrania.
A Zelenski se le nubló la mente en una reunión con demócratas de la extrema izquierda horas antes de sentarse en la Oficina Oval el viernes frente a Trump. No le dijeron que había un nuevo SHERIFF en Washington y, por el contrario, le siguieron inflando el ego de "héroe ucraniano".
La famosa recién "cumbre" en Europa en "apoyo" a Ucrania y planes para continuar la guerra se quedó en apretones de mano, sonrisas y comida. Nada de planes, nada de armas y mucho menos promesas de los suculentos envíos de dinero en sustitución a los desembolsos de Joe Biden a Kiev.
No obstante, como un envidiable cirujano experto en negociaciones, Trump convocó a Zelenski a reflexionar con mente fría, luego de su intransigente postura durante el intercambio verbal en la Casa Blanca. Le dijo en un comunicado que podía regresar cuando estuviera verdaderamente listo para buscar la paz definitiva para su país.
A Trump le urge cerrar cuanto antes el tema Ucrania, con un acuerdo de paz definitorio. Lo mismo en Israel con el conflicto armado entre Tel Aviv y los terroristas de Hamás en la Franja de Gaza.
Los dirigentes árabes adoptaron este martes un plan para la reconstrucción de la Franja de Gaza y el retorno de la Autoridad Palestina, presentado como alternativa a la propuesta de la Casa Blanca, que prevé que Estados Unidos asuma la reconstrucción y el control temporal de la Franja de Gaza, devastada por la guerra.
Reunidos en El Cairo, los líderes de los países de la Liga Árabe se opusieron al desplazamiento de los gazatíes y pidieron unificar a los palestinos bajo la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), con la exclusión de los terroristas de Hamás.
Así, acordaron crear un fondo destinado a financiar la reconstrucción de Gaza, destruida por 15 meses de conflicto entre Israel y Hamás, y pidieron que la comunidad internacional contribuya.
El plan probablemente se tope con la oposición de Israel, que prometió eliminar a Hamás y descartó cualquier eventual papel en Gaza de la Autoridad Palestina, que no tuvo antes el papel conciliador que exigió Tel Aviv durante varias décadas.
Este miércoles, Trump envió un mensaje directo a los terroristas de Hamás: "Estoy enviando a Israel todo lo que necesita para terminar el trabajo, ni un solo miembro de Hamás estará a salvo si no hacen lo que digo", escribió el republicano en su red Truth Social.
"¡Este es su último aviso! Para los jefes, ahora es el momento de abandonar Gaza, mientras tengan la oportunidad".
En cuanto a Venezuela, la Casa Blanca dio de plazo hasta el 3 de abril a la petrolera Chevron para "la liquidación" de sus operaciones en Venezuela. Esto representa un fuerte golpe para el narco régimen de Nicolás Maduro.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) ordenó el "cierre de actividades" de Chevron en el país caribeño, que trabaja de forma conjunta con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) o de cualquier compañía en la que esta última posea "una participación del 50%".
Con esta finalidad, el Departamento del Tesoro estadounidense creó la licencia 41A, que entró en vigor este martes y revoca la emitida en noviembre de 2022 por el gobierno del expresidente Joe Biden.
La nueva licencia impone a Chevron, la única petrolera estadounidense que opera en Venezuela, una serie de restricciones que afectan al régimen de Maduro.
Chevron no podrá pagar "impuestos o regalías al gobierno de Venezuela", ni dividendos a PDVSA, ni a ninguna compañía en la que esta posea, "directa o indirectamente, una participación igual o superior al 50%".
Los aranceles del 25% a las importaciones de Canadá y México comenzaron a aplicarse, después de que la Casa Blanca no viera una voluntad real de controlar la frontera ni de frenar el tráfico de estupefacientes hacia EEUU.
Ambos países tomaron algunas medidas respecto a las sugerencias de Trump, pero sólo tuvieron la intención de complacer para evitar los aranceles y no de buscar soluciones radicales a corto y largo plazo.
No obstante, Trump reconoció la histórica extradición a EEUU -por parte de México- de 29 capos de la droga y el crimen organizado para ser procesados y condenados en Norteamérica.
A seis semanas de gobierno, el Presidente exhibió resultados sorprendentes en materia de economía, inmigración, política exterior, inversiones, seguiridad nacional y recortes federales.
El comienzo de las deportaciones masivas y el cierre de la frontera destacan como promesas hechas por el mandatario durante su campaña, junto al freno del derroche y el descontrol en Washington.
Con 20 altos funcionarios ya confirmados por el Senado de los 22 conque cuenta su gabinte, el presidente funciona a toda máquina en la reestructuración o cierre de agencias federales como Agencia para el Manejo de Emergencias (FEMA), la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), el Servicio de Rentas Internas (IRS) y el Seguro Social con todos sus programas (SS), además de los departamentos de educación, defensa, agricultura, Justicia, comercio y salud.
En este sentido también felicitó la labor del Departamento de Eficiencia Gubernamental con Elon Musk al frente, al que elogió más de una vez por el gran trabajo que ha hecho hasta ahora y dijo que la gran mayoría de los estadounidenses están muy agradecidos.
"Hasta los del bando de acá (los demócratas) que tampoco aplauden ahora también lo agradecen, a pesar de que no lo quieran demostrar", dijo Trump.
El jefe de la Casa Blanca enumeró los gastos ridículos y fraudulentos que Musk ha encontrado en sus auditorías dentro del gobierno federal, con su equipo de 100 jóvenes cerebros en tecnología e informática.
"Todos estos fraudes han quedado expuestos y los hemos eliminado gracias a Elon. Estamos recuperando esos fondos para combatir la inflación y pagar nuestra deuda".
Trump citó una larga lista de gastos inauditos de las agencias USAID, FEMA y del Seguro Social.
Otros de los grandes éxitos del Presidente han sido las inversiones de cientos de miles de millones en EEUU. Primero el grupo inversionista japonés Softbank con 100.000 millones de dólares y en días recientes la opulenta cifra de Apple: 500.000 millones de dólares en los próximos cuatro años.
Trump afirmó que a menos de dos meses de gobierno, las inversiones suman más de un billón (trillion) de dólares en diferentes sectores de la economía.
"Eliminando el fraude y el desfalco vamos a proteger a nuestros ancianos y vamos a poner más dinero en el bolsillo de las familias estadounidenses".
"En el futuro cercano quiero hacer algo que no se ha hecho en 24 años: balancear el presupuesto federal", dijo tras una ovación de los presentes.
Trump ha firmado más de 90 órdenes ejecutivas en asuntos puntuales como la definición de sexo masculino y femenino, la prohibición de la participación de personas transexuales en deportes femeninos, la publicación del idioma inglés como lengua oficial, la eliminación de estatus de protección a fiscales y agentes y exagentes de inteligencia vinculados a delitos graves de traición o encubrimiento de acciones anticonstitucionales o de seguridad nacional.
"Hemos elaborado la tarjeta dorada. Todo el que venga con 5 millones de dólares o más para invertir y genere empleos y paguen impuestos serán recibidos en nuestro país.
A diferencia del gobierno de Joe Biden que permitió la entrada de delincuentes y criminales con las nefastas políticas de "Puertas Abiertas", ahora nosotros vamos a traer gente buena, innovadora, empresarios exitosos y trabajadores.
“Estamos drenando el pantano, los días de burócratas enriqueciéndose a costa del pueblo se acabaron. Nuestra política será de recortes fiscales para todos”. "Espero que los llamados demócratas voten por eso y les estoy advirtiendo desde ahora, ayudándolos a que no se hundan más en sus políticas”.
Trabajamos en la reducción de los intereses en la compra de vehículos y que sean deducibles de impuestos si son fabricados en EEUU. Queremos desarrollar la industria automotriz tradicional que fue relegada por mi predecesor en su disparate de forzar a los estadounidenses a comprar vehículos eléctricos.
Sobre los aranceles, el líder republicano explicó:
"Muchos países han utilizado los aranceles contra nosotros y llegó la hora de que eso termine. India y China nos cobran el 100% y Corea del Sur lo hace con el doble, países a los que hemos ayudado siempre.
"A partir del 2 de abril, impondremos los aranceles recíprocos: lo que nos cobren a nosotros, se los cobraremos a ellos por igual".
"No nos dejan entrar en muchos mercados, nosotros haremos lo mismo. Durante décadas muchos países se han aprovechado de nosotros. Ya eso terminó" (aplausos).
Trump exhortó a los productores agrícolas a que comiencen a producir grandes cantidades de alimentos porque los aranceles frenarán la importación de productos de otros países, que durante décadas han afectado a los estadoundienses. Queremos reducir en lo posible las importaciones.
"Tienen ahora la gran oportunidad de crecer y vender el triple de sus producciones en EEUU", indicó el mandatario.
EEUU gasta anualmente más de 200.000 millones de dólares en productos agrícolas.
He puesto el 25% de aranceles a las importaciones de acero, aluminio, madera y otros productos.
Los aranceles protegerán el alma de nuestro país, y le devolverán la riqueza a nuestro país. En un principio puede que haya un cierto período de desbalance en algunos suministros, pero se corregirá pronto y en sentido general será para el bien duradero de los estadounidenses.
FUENTE: Con información de AFP y otras fuentes.