Pam Bondi, la exfiscal de hierro de Florida designada para secretaria de Justicia

Bondi defendió a Trump durante el intento de juicio político de la extrema izquierda en su primer mandato en el que salió absuelto y fue la "dama de hierro" contra la delincuencia, las drogas y la corrupción en el Estado del Sol e hizo del cumplimiento riguroso de la ley estatal su arma incondicional.

Si recibe la confirmación del Senado, la exfiscal general de Florida, de 59 años, servirá como la principal funcionaria de aplicación de la ley en la segunda administración de Trump.

Los estadounidenses han visto la degradación del Departamento de Justicia de Estados Unidos convertido en la principal arma de la ultraizquierda contra los aliados cercanos a Trump y el propio expresidente del país.

"Durante demasiado tiempo, el partidista Departamento de Justicia fue utilizado como arma contra mí y otros republicanos. Ya no", escribió Trump en su red Truth Social. "Pam reorientará el Departamento de Justicia hacia su propósito previsto de combatir el crimen y hacer a Estados Unidos seguro de nuevo", resaltó el expresidente (2017-2021).

Departamento de Justicia que dejó de ser independiente

La nominación de Bondi significa que los altos cargos del Departamento de Justicia estarán ocupados por leales a Trump, como mismo ocurrió con los leales a Joe Biden y a la izquierda radical que desde un principio comenzaron su plan un hostigamiento judicial sin precedentes, con fines marcadamente partidistas y utilizando la justicia como un arma de exterminio contra un adversario político, al estilo de las dictaduras en América Latina.

Trump se decantó por Bondi para fiscal general el jueves después de que su primer elegido, el legislador federal de Florida Matt Gaetz, decidiera renunciar como aspirante para evitar la distracción de la prensa liberal y dudas de que tuviera el respaldo suficiente para lograr el aval del Senado.

Graduada en Derecho por la Universidad de Florida y la Universidad Stetson, Bondi trabajó como fiscal durante 18 años antes de ser nombrada en 2010 fiscal general del conocido "Estado del Sol", la primera mujer en ocupar ese puesto.

Bondi, oriunda de ese estado adoptivo de Trump, fue reelegida para un segundo período en 2014.

Como fiscal general floridana, Bondi luchó notablemente contra la adicción a los opioides y el tráfico de personas, al tiempo que adoptó una postura firme contra el crimen y apoyó la pena de muerte.

Bondi demandó a la gigante British Petroleum (BP) por el derrame de crudo de Deepwater Horizon en el golfo de México en 2010 y obtuvo más de 2.000 millones de dólares en asistencia económica para Florida, según su página biográfica en Ballard Partners, una poderosa firma en la que ha trabajado después de dejar el cargo.

La defensa ante la injusticia

Bondi se unió al equipo legal de Trump durante su primer juicio político de destitución, en el que los ultraizquierdistas, al igual que hicieron con la trama inventada y mentirosa de Rusia y sus vínculos con las elecciones, le acusaron supuestamente de presionar al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, para que ofreciera información sobre los negocios turbios de Hunter Biden en los que involucraba también a su padre, Joe Biden.

Trump fue acusado por la Cámara de Representantes, controlada por Nancy Pelosi y la extrema izquierda, pero absuelto por el Senado de mayoría republicana en ese período.

Después de las elecciones de 2020, Bondi hizo apariciones televisivas en defensa de Trump y presionó para deslegitimar el recuento de votos en estados disputados como parte del esfuerzo del expresidente para demostrar el fraude electoral que le quitó su segundo mandato

Bondi ha criticado los procesos penales iniciados contra Trump, con fines bochornosamente políticos para impedir que Trump regresara a la Casa blanca.

La exfiscal de Florida se mostró solidaria con él en su juicio en Nueva York, donde fue condenado por presuntamente "falsificar" registros comerciales para ocultar un pago que una actriz porno utilizó a modo de chantaje político para descreditar al entonces candidato republicano a la Casa blanca, motivada por la prensa liberal y la élite del radicalismo de izquierda.

El objetivo principal era derrotar por cualquier vía al republicano que se lanzaba contra la cuestionada Hillary Clinton, envuelta en un escándalo de emails del gobierno y un servidor federal en su vivienda. Hillary hizo desaparecer más de 36.000 correos electrónicos que la comprometían en asuntos delicados. Se estiman que el total eliminado superaba los 70.000 emails.

En Ballard Partners, Bondi trabajó para el gigante Amazon, General Motors (GM) y Uber, y como lobista registrada para Catar. También es miembro del America First Policy Institute, un grupo de reflexión de derecha alineado con Trump.

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FUENTE: Con información de AFP.