Los demócratas, alineados ya dentro del mismo partido en el ultraizquierdismo, intentan por todos los medios contener las auditorías de Elon Musk y su equipo, que han revelado el despilfarro de dinero, el descontrol y la corrupción en Washington
El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, y su asesor princial Elon Musk en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
JIM WATSON/ AFPNo les preocupa el despilfarro de dinero de los contribuyentes y menos la quiebra de Estados Unidos, tampoco el descontrol y la malversación de fondos donde se ha robado y se pudiera continuar robando a manos llenas con total impunidad, como hasta ahora, de no crear las herramientas y la supervisión requeridas.
Nada de lo anterior les interesa a los congresistas de izquierda y a los exejecutivos de las agencias federales, mucho menos reconocer la importancia y el valor de reestructurar el gobierno, reducir el déficit fiscal, evitar la quiebra de EEUU y hacerlo verdaderamente funcional a favor de los intereses de la nación y al servicio del pueblo estadounidense.
A la ultraizquierda sólo le preocupa frenar las reveladoras auditorías de Elon Musk, sembrar cizañas entre el Presidente y su principal asesor de eficiencia, y sobre todo desviar la atención de todo lo que ha salido y falta por salir a la luz pública acerca del robo y desfalco del dinero de los impuestos en EEUU.
El derroche, el descontrol, la ineficiencia y el abuso de poder de gobiernos anteriores durante décadas es indignante y a la vez espeluznante.
El nuevo inquilino de la Casa Blanca cuenta con más de un 70% de aprobación en su gestión presidencial, según los sondeos más recientes de las cadenas CNN y CBS.
La desesperación y el enfoque de la izquierda se concentra, como es lógico y como se esperaba, en cómo frenar al presidente Donald Trump y a su asesor Elon Musk en las auditorías al gobierno federal, las que han servido para destapar el mayor escándalo de corrupción en la historia de Estados Unidos. De hecho, con la corrección de lo que ha salido hasta el momento, el ahorro ya supera los 104.000 millones de dólares.
Los últimos datos sogre el seguro social indican el descontrol de proporciones gigantescas en Washington. Personas de más de 150 y 160 años que "cobran" el pago del seguro social. Alguien lo cobra o rebota, pero se continúa con estos envíos.
"Tenemos sospechas de que decenas de millones de personas fallecidas reciben en este momento los pagos de seguro social cada mes", declaró la portavoz de la Casa Blanca, Caroline Levitt.
La población de EEUU es de 334 millones de habitantes. La información del seguro social indica que varios millones por encima de esa cifra reciben pagos del seguro social. Es decir, todos en EEUU "recibimos un pago del seguro social", más otros millones de personas que no existen. Entre ellas, una cifra superior a los 17 millones supera la edad de 100 años. ¡Increíble!
Entre 130 y 139 años, casi cuatro millones (3.936.311) "siguen recibiendo" el pago del seguro social. 150 años y 159 años de edad, casi un millón y medio de personas "es beneficiaria" de un pago mensual enviado por el Departamento de Seguridad Social en EEUU. Entre 160 y 169 años de edad: 121.807 siguen "recibiendo" pagos mensuales.
La comisionada interina del Departamento de Seguro Social en EEUU, Michelle King, renunció el fin de semana tras el escándalo de datos encontrados por el equipo que dirige Elon Musk en la Comisión de Eficiencia Gubernamental, creada por el presidente Donald Trump para reformas radicales dentro del gobierno federal.
Trump ha nominado a una persona altamente calificada en administración y estadísticas para sustituir a King. Se trata de Frank Bisignano, quien debe ser confirmado por el Senado para dirigir la Administración del Seguro Social. Bisingano es presidente y director ejecutivo de Fiserv y exdirector ejecutivo de Firs Data y exdirector de operaciones de JPMorgan Chase.
La salida de esta mujer se suma a otros altos funcionarios en Washington, después de estallar el mayor escándalo de corrupción y descontrol de las agencias gubernamentales federales en EEUU.
El próximo objetivo de Musk es el Servicio de Rentas Internas (IRS) y las reservas de oro en el llamado Fort Knox, luego el Departamento de Educación, entre otros.
Musk no necesita ser confirmado por el Senado, porque no es un alto cargo en el gobierno federal, sino un asesor como es la jefa de gabinete de Trump Susie Wiles.
Musk fue seleccionado por el presidente Trump como parte de su equipo de expertos, no como funcionario del gobierno. Ni el Congreso ni las leyes federales impiden al Presidente escoger a cualquiera de sus asesores en cualquier sector y para cualquier proyecto o planes.
Musk no gana un centavo del gobierno federal y utiliza su tiempo como existoso empresario privado, porque así lo decidió en su afán de ayudar a Trump a encarrilar el futuro y el destino del país.
Más que trabajo, Musk presta un servicio meritorio a favor de todos los estadounidenses y muchos decenas de millones están muy agradecidos con lo que hace en estos momentos. Los inconformes son los corruptos que no desean ir a la cárcel, los demócratas que ven afectados directamente sus ingresos para proseguir con su agenda globalista y destructiva de género, puertas abiertas en inmigración, cambio climático, guerras y gastos desorbitantes en políticas de ultraizquierda, "progresistas" o socialistas.
El multimillonario Elon Musk no dirige oficialmente el Departamento de eficiencia gubernamental (DOGE) de Estados Unidos, sino que trabaja como asesor del presidente Donald Trump, declaró un funcionario de la Casa Blanca.
Joshua Fisher, director de la Oficina de Administración de la Casa Blanca, indicó que Musk "es un empleado de la Casa Blanca", un "empleado especial del gobierno, no funcionario de carrera ni electo. No tiene que serlo. Es uno de los asesores principales del Presidente".
"Al igual que otros asesores de alto rango de la Casa Blanca, Musk no toma decisiones gubernamentales por sí mismo y sólo . asesora al presidente y le brinda información", recalcó Fisher en un documento.
Creada por un decreto presidencial de Trump el 20 de enero, el día de su investidura, la misión del DOGE es "modernizar la tecnología y el software federal para maximizar la eficiencia y la productividad del gobierno", además de detectar la fuga de fondos, descontrol y despilfarro del dinero de los contribuyentes, puntualiza el texto.
Fisher hizo esta declaración en el marco de una demanda, que no va a ninguna parte y hecha para dar imagen de una violación constitucional y supuesto abuso de poder (lo que sí hizo en múltiples ocasiones Joe Biden en su mandato) presentada el 13 de febrero contra Musk, Trump y DOGE por 14 estados, que "consideran" que Musk ejerce un papel más allá de sus funciones oficiales.
Dado que "su nominación no ha sido confirmada por el Senado", sus acciones "son inconstitucionales", argumentan en un documento. Una afirmación que carece de todo tipo de proceder constitucional y que ha sido inventado por los demócratas con fines netamente políticos y de desinformación.
En una entrevista por Fox News, Trump defiendió una vez más su estrecha relación con Musk y se rió ante la pregunta de los comentarios que afirman que el hombre más rico del mundo maneja los hilos del poder estadounidense.
En un extracto de la entrevista con Musk, el presidente denuncia a sus adversarios por querer sembrar la discordia entre ellos.
Lo que sí tiene retorcida a la izquierda y la ultraizquierda es el apoyo y la estrecha relación de igual línea de pensamiento del rey de la tecnología y el empresario más poderoso del mundo con el actual presidente conservador de Estados Unidos. Pero el dolor de cabeza recién comienza para ellos y durará por los proximos cuatro años de mandato de Trump.
FUENTE: Con información de AFP y otras fuentes.
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