MIAMI- Millones de estadounidenses que anhelaban comprar una vivienda durante la administración de Kamala Harris y Joe Biden vieron su sueño totalmente truncado.
Uno de los sectores más impactados por las erradas políticas de la actual administración en Washington ha sido el mercado inmobiliario
MIAMI- Millones de estadounidenses que anhelaban comprar una vivienda durante la administración de Kamala Harris y Joe Biden vieron su sueño totalmente truncado.
La inflación fomentada por Biden-Harris desde el primer mes en la Casa Blanca hicieron que millones de compradores perdieran la elegibilidad para compra su hogar durante tres años de precios descomunales junto a los peores intereses en los últimos 22 años.
Durante casi 32 meses las ventas de viviendas en Estados Unidos sufren caídas sin precedentes.
En 2022, el descenso de las ventas fue de 18%, el mayor desplome en 14 años y en 2023, un 19% y llegaron a su nivel más bajo en 30 años.
La tendencia continuó en los tres primeros trimestres de este año.
Una de las consecuencias del lamentable legado de la administración de Kamala Harris y Joe Biden es la salida del mercado de millones de compradores, que no califican para adquirir una propiedad.
Las ventas de viviendas usadas volvieron a bajar en septiembre en Estados Unidos y ya son casi tres años de descenso sostenible e insostenible para quienes desean una propiedad.
Por su parte, la Federación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR) sigue montada sobre un inusual optimismo, pesar de la continuidad del desplome en la compraventa.
Para tener una idea de la crisis inmobiliaria en EEUU, en el 2019, bajo el gobierno de Donald Trump, el 90% de los estadounidenses podía comprar una vivienda.
Tras casi cuatro años del actual gobierno, en el 89% de los condados del país el precio sobrepasa en 70.000 dólares lo que un comprador puede pagar; es decir, para la gran mayoría de los norteamericanos resulta casi imposible adquirir una vivienda en estos momentos.
Este es parte del legado de Joe Biden y Kamala Harris al pueblo estadounidense.
En septiembre, 3,84 millones de viviendas cambiaron de manos en proyección anual (las ventas proyectadas a 12 meses de continuar las condiciones al momento de la medición, según datos de la NAR.
La cifra representa una caída de 2% sobre agosto, y de 3,5% sobre septiembre de 2023.
"Tal vez algunos consumidores dudan de hacer un gasto importante como la compra de una vivienda antes de las próximas elecciones", reflexionó Lawrence Yun, economista jefe de la NAR.
La aseveración de Yun se aleja de la situación de crisis que envuelve a este sector de la economía por más de 30 meses. Sólo en meses muy escasos el sector ha recuperado algún terreno perdido.
La situación de crisis financiera para los estadounidenses los ha obligado a pensar en sobrevivir y no en comprar una vivienda para su mayor estabilidad y confort, una realidad totalmente opuesta a cuatro años antes, incluso en 2020 cuando ocurrió la peor pandemia en los últimos 100 años.
Ya en agosto la reventa de viviendas había caído un 4,2% respecto a julio, otro mes igual de descenso, lo que revela la misma tendencia de picada que se mantiene desde hace casi tres años de forma invariable.
Con "el crecimiento de los salarios por encima de la apreciación de la vivienda, el acceso mejorará", manifiesta la Asociación de Agentes Inmobiliarios.
Esta visión triunfalista tiene en ascuas a la mayoría de los compradores, a la expectativa y convencidos de que nada mejorará por el momento. Los vaticinios de los expertos más avezados y honestos indican que la situación se mantendrá o empeorará, si no llega un nuevo gobierno a la Casa Blanca.
Por ahora, las políticas de Biden y Harris han sido un fracaso en todos los frentes, desde el caos en inmigración, la retirada de Afganistán, la gran inflación por cuatro años, los gastos federales excesivos, las guerras, las constantes regalías a gobiernos y entidades internacionales, la gigantesca deuda de EEUU casi en los 36 billones (trillions) de dólares, la crisis bancaria, las cifras récord de déficit fiscal y comercial, la crisis hipotecaria, la contracción por ya más de dos años de la industria estadounidense hasta la agudizada división política en el Congreso en Washington.
Sin embargo, el desplome de ventas en casi tres años ha dejado un beneficio para los potenciales compradores a pesar de los precios y de que los intereses -según los expertos- no bajarán con la velocidad que subieron durante más de un año.
La cifra de viviendas en venta activa creció en julio de 2024 un 36,6%, en comparación con igual período del año anterior.
Por su parte, el inventario de casas, condominios y apartamentos subió un 0,8% o 1,33 millones de unidades. Es decir, la oferta aumentó un 19,8 respecto al 2023.
No ocurre lo mismo con las propiedades nuevas debido a que el ritmo de construcción ha mermado frente a las condiciones actuales de pocas ventas.
Basado en estos datos y otras estadísticas, los urbanizadores en Florida, donde el mercado continúa siendo muy suigéneris, se inclinan por nuevas estrategias.
Con el enfriamiento del sector multifamiliar, los desarrolladores recurren cada vez más a las conversiones de condominios para enfrentar la escasez de inventario.
En este sentido, transforman edificios de apartamentos más nuevos y modernos, adquieren complejos multifamiliares casi completos o transforman proyectos de alquiler en construcción en viviendas para la venta.
La ventaja de esta tendencia es que resulta más rentable y rápida que la construcción de nuevos edificios.
La inmobiliaria de lujo ISG World, que comercializa varias conversiones de condominios en el sur de Florida, prevé un aumento a más de una docena en 2025.
La demanda de nuevos inventarios ha crecido debido al interés de los compradores por edificios modernos, donde los seguros son menos costosos y la propiedad ofrece mayores amenidades y servicios.
En cambio, las edificaciones más antiguas exigen mayores reparaciones y se enfrentan ahora a regulaciones más estrictas que entrarán en vigor a finales de año, tras el colapso de la torre en Surfside.
El último informe de ISG sobre Miami revela que apenas hay 2.500 unidades nuevas disponibles en el sur de Florida, frente a las 20.000 habituales, lo que ha provocado que los precios de las unidades modernas hayan subido entre un 7% y un 9% en seis meses.
Ejemplos recientes de conversión de condominios o apartamentos incluyen Circ Residences en Hollywood Circle y Atlantica en Dania Beach, con proyectos similares emergentes en Pompano Beach y Palm Beach County.
Hace dos años, PMG transformó un proyecto en construcción para rentas en The Elser Hotel & Residences en Miami, impulsado por la demanda de apartamentos.
FUENTE: Con información de AFP, AP y otras fuentes.