domingo 9  de  marzo 2025
CASA BLANCA

El magistral plan económico y geopolítico de Trump para "la era de oro"

La plataforma del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, se fundamenta en cuatro pilares: Los aranceles, el oro, el dólar y las reservas de criptomonedas

Por Leonardo Morales

MIAMI- Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, reitera que “la era de oro” recién comienza, lo dice con plena certeza de que su plan económico magistral tiene escasas probabilidades de fallar.

El gran proyecto económico de Trump -en su segundo mandato- es mucho más sofisticado y meticulosamente estudiado de lo que imaginan economistas y analistas no cercanos al mandatario.

Este sábado el mundo amaneció con la noticia de que China imponía aranceles a Canadá, un defensor a ultranza del régimen comunista chino- de entre el 25% y el 100% a muchas de sus importaciones canadienses como el aceite vegetal de colza y derivados del guisante, así como un gravamen del 25% a productos del mar y a la carne de cerdo.

Durante su discurso de toma de posesión, el mantadario estadounidense se refirió a la pérdida que causa Canadá a EEUU por más de 200.000 millones de dólares cada año. No obstante, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se mostró desafiante ante el anuncio de aranceles del 25% de la Casa Blanca. Ahora China le aplica el 100%.

China pone a Canadá contra la pared

Las medidas entran en vigor el 20 de marzo, según el Ministerio chino de relaciones exteriores.

La decisión llega después de que China presentara a principios de octubre del año pasado una queja ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) por el "unilateralismo" y las "prácticas proteccionistas comerciales de Canadá", refiriéndose a los aranceles del 100% que es país impuso a los vehículos eléctricos de batería (BEV) importados de China.

Además de este arancel a los BEV chinos, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció un arancel del 25% a los productos de aluminio y acero provenientes del gigante asiático como medida para proteger a los fabricantes de su país.

La reacción de China es el efecto dominó que quiere Washington para tomar ventaja en el comercio internacional y forzar a los gobiernos a poner en práctica medidas que a corto y mediano plazo benefician a EEUU.

Si entramos en acuerdos justos, negociamos los aranceles; si buscas sacar partido a las concesiones tradicionales de EEUU a otros países, ya eso terminó aquí bajo el gobierno de Trump. Con esta filosofía de reciprocidad comercial, el gran proyecto económico de la Casa Blanca -a pesar del pánico y las críticas de los enemigos internos y externos- es el plan más ambicioso y proamericano en la historia de la primera potencia económica del planeta.

Y, además, implica [una transformación] del comercio mundial, que consolida a EEUU como eje central y no China, como pretenden las élites globalistas y antioccidentales.

Por cierto, Pekín informó también que dejará de comprar madera y soja a tres empresas estadounidenses bajo el pretexto de riesgos para la seguridad ecolológica, como si a China le hubiese importado alguna vez la protección del medio ambiente; tampoco es ejemplo de regulador de normas internacionales. Es el principal contaminador del planeta junto con la India.

El plan maestro de Trump para EEUU

El gigante asiático dejó de exportar a EEUU galio, germanio, antimonio y otros materiales como respuesta a Washington por las limitaciones a sus exportaciones y compras por parte de EEUU de semiconductores. Estas medidas sobre seguridad nacional y contra el espionaje económico y militar de China fueron aprobadas de forma bipartidista en el Congreso en Washington a finales del mandato de Biden.

La plataforma económica ahora de Trump se fundamenta en cuatro elementos centrales: Los aranceles , (como presión para nuevas negociaciones de comercio y el retorno de las empresas estadounidenses al país); el oro, el dólar y reservas de criptomonedas.

No es casualidad que después de 70 años, el líder republicano quiera asegurarse de que en Fort Knox están las 147 millones de onzas de oro sólido de la Reserva Federal de la nación. Tampoco es coincidencia que el valor del oro ronda los 3.000 dólares la onza, un alza de más de un 30%.

Y detrás de este movimiento se encuentra Trump.

Coin Prices Fores Forecast pronostica que el precio del oro alcanzará los 3.270 dólares la onza a mediados de 2026 y 3.586 para finales de ese año.

Skilling.com predice por su parte prevé que en el 2040, el valor del mineral llegaría a los 7.000 dólares.

La demanda de oro como activo de refugio seguro ha aumentado en los últimos cinco años, pero se ha disparado en los últimos ocho meses, antes y después del demoledor triunfo de Trump y los conservadores en las elecciones del 5 de noviembre de 2024.

A pesar de que los grandes medios de comunicación de izquierda en EEUU y sus sondeos realzaban la figura de la vicepresidente Kamala Harris como posible nueva inquilina de la Casa Blanca, las informaciones reales dentro de las élites financieras del planeta mantenían lejos esta posibilidad, sobre todo con el hombre más poderoso del mundo en el bando conservador y como primer aliado de Trump, Elon Musk, quien también se encargó de sumar a Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (Meta) y Larry Page (Google).

¿Un dólar fuerte?

El descalabro económico, político y de liderazgo de Joe Biden, junto a la incapacidad de Harris, enviaron un mensaje directo a los Bancos Centrales, mercados y asociaciones financieras.

Los mercados y los inversionistas creen que el plan de aranceles de Trump se dirige a fortalecer el dólar como moneda hegemónica de cambio. [Totalmente Falso].

Lo que busca en estos momentos Washington es [debilitar el valor del dólar], como la mejor herramienta para reducir la inflación, el déficit comercial, la gigantesca deuda norteamericana de 36 billones (trillions), y para mantenerlo como reserva principal en el mundo frente a movimientos y alianzas de desdolarización.

El BRICS, el grupo de países emergentes con políticas socialistas, antiamericanas y anticapitalismo occidental, es el mejor ejemplo.

El principal objetivo de este grupo, en el que se incluyen China, Rusia, India, Brasil y Sudáfrica, es eliminar o al menos reducir al máximo el uso del dólar como activo universal de liquidez y reserva. En síntesis: busca la desdolarización de gran parte del mundo.

Y su plan, aunque lejos de materializarse, tampoco es descabellado. Los países miembros representan el 33% del Producto Interno Bruto (PBI) del planeta, extraen alrededor del 44% del petróleo crudo del globo terráqueo y generan el 45% de los productos agrícolas.

Su intención es crear un sistema paralelo de intercambio comercial multilateral que desafíe la hegemonía de EEUU con China a la cabeza. Por tal razón, crearon en el 2015 el Nuevo Banco de Desarrollo, una alternativa al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, ambos controlados por Norteamérica.

La acumulación o acaparamiento de dólares

A pesar de que el dominio del dólar ha permitido a EEUU mantener un déficit sin consecuencias inmediatas, también ha traído un declive de la industria estadounidense, en especial la automotriz, por dos factores elementales: el éxodo masivo de empresas y transnacionales hacia Asia y Europa y la acumulación de reservas de dólares en los Bancos Centrales.

La agudización del desajuste de la industria estadounidense la protagonizó la administración Biden, una extensión de la de Obama, quien se encargó de comenzar la caída de la actividad manufacturera.

El gobierno de Biden-Obama [o viceversa] llevó a la industria norteamericana a una contracción de casi tres años, un hecho sin predecentes en la historia de la nación.

La acumulación de liquidez de dólar por parte de los bancos centrales y sistemas financieros globales, junto a los efectos inmediatos de la calificada “Plandemia” china condujo a que el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal se vieran obligados a imprimir billetes ante la falta de liquidez y los descomunales gastos en paquetes de estímulo económico que superaron los 8 billones (trillions), mientras el Banco Central compraba bonos del Tesoro para balancear el sistema financiero, el valor del dólar y evitar una hiperinflación. Además, garantizar la confianza de los inversores.

Fue entonces cuando bajo el gobierno de Joe Biden se imprimió el 40% de toda la liquidez de la moneda estadounidense hasta la actualidad, algo que quiere evitar ahora el presidente Trump frente al déficit que le regaló su predecesor.

Entre octubre y diciembre de 2023 el déficit fiscal de EEUU llegó a la astronómica cifra récord de 510.000 millones de dólares.

Trump, en primer lugar quiere balancear el presupuesto federal en busca de un superávit y reducir lo posible la deuda de la nación. Sólo en el pago anual de los intereses, la cifra escala casi al billón (trillion) de dólares

¿Cómo se ejecutará el mega plan?

Las políticas de extrema izquierda en los últimos cuatro años y los dos mandatos de Barack Obama agudizaron el declive de la manufactura estadounidense, ofreciendo a China e India la oportunidad de que se acercaran cada vez más al trono estadounidense.

El gobierno de Biden-Obama [o viceversa] llevó a la industria norteamericana a una contracción de casi tres años, un hecho sin predecentes en la historia de la nación.

También en remesas (dinero de escape), EEUU deja de retener cientos de miles de millones de dólares por año. Solo hacia México en el 2024 se enviaron 62.529 millones de dólares, el 97% del total de remesas que recibe ese país. El 98% se hizo mediante transferencias electrónicas.

El freno llegó mediante la plataforma económica de Trump en su primer período (2017-2021), momento en fortaleció el dólar y la manufactura al mismo tiempo, porque no existía inflación, tampoco guerras. El líder republicano se encargó de no fomentar ningún conflicto militar de gran escala.

Luego, el gobierno Biden-Obama, echó por tierra ese avance y puso la actividad manufacturera en una contracción histórica de casi tres años.

¿Cómo llevará hacia adelante Trump su mega plan económico? A través de los llamados “aranceles recíprocos” que le permitirían la compra de gran parte de la deuda estadounidense y balancear el déficit fiscal del gobierno por primera vez en 24 años, como anunció en su discurso ante el Congreso tras asumir la Presidencia.

“A partir de ahora, lo que le cobren de aranceles a EEUU, Washington responderá con la misma tarifa”, explicó.

La estrategia de Trump incluye una combinación de aranceles, que aunque no reduzcan el déficit comercial por sí mismos, presionan directamente a los bancos centrales del mundo a reducir los tipos de interés. Otro de los objetivos clave del republicano.

Comienzo del fin de la dependencia de China

Un dólar barato mejora el déficit comercial estadounidense, atrae grandes inversitones, hace disminuir las tasas de interés y con la exportación de materiales y productos a EEUU, la inflación está destinada a caer.

Trump busca, además, frenar el llamado Nuevo Orden Mundial, las políticas globalistas antiestadounidenses. Su proyecto no sólo radica en mantener el liderazgo de EEUU en lo ideológico, geopolítico, militar y económico, sino hacer crecer esa hegemonía y distanciarse de China como segundo competidor.

A Trump no le cabe ninguna duda de que China ha incrementado en los últimos años sus acciones y posee planes concretos para destruir a EEUU, así que los tiempos de ayudar al gigante asiático a salir de la hambruna y sus problemas económicos terminaron.

El "accidental" vuelo de un globo espía chino sobre casi todo el territorio estadounidense a principios de 2023, incluidas bases militares, es la evidencia irrefutable de hasta dónde ha llegado el Partido Comunista de China, en especial cuando la falta de liderazgo en la Casa Blanca abre las alternativas de "guerra fría" o "guerra abierta" contra Washington.

El globo forma parte de una amplia flotilla lanzada durante años sobre importantes regiones del mundo con alto interés para Pekín, también como parte de sus sistema de espionaje económico y militar.

En este análisis también entra el Canal de Panamá y el control por parte de China, que se ha topado ahora con la muralla de la nueva administración.

Bajo el ultimátum de Trump, la firma CK Hutchison Holdings -con sede en Hong Kong- venderá el 90% de sus acciones en Panama Ports Company (PPC) al gigante gestor estadounidense de activos BlackRock para las operaciones del Canal de Panamá y otras instalaciones portuarias, lo que garantiza la salida de China de la vía interoceánica.

Pero la noticia va más allá del canal. De acuerdo con The Wall Street Journal, BlackRock cerró un acuerdo de 23.000 millones de dólares que incluye decenas de otros puertos en todo el mundo.

Negociaciones directas

El otro recurso que está utilizando el presidente estadounidense es negociar directamente con cada país y no de forma multilateral. Esa negociación cara a cara le permite usar el poderío de Washington en ofrecer concesiones que a corto plazo se transforman en grandes ventajas para la nación americana. Su interlocutor siempre estará en desventaja ante el arsenal de EEUU.

Así vemos los casos de Canadá y México y luego vendrán otros a su debido tiempo. Ya anunció también un posible acuerdo comercial con Argentina. Y muy probable después le siga Brasil con el litio, el aluminio y otros recursos necesarios para el avance de la tecnología moderna.

Si la estrategia de Trump funciona como está concebida, y que por ahora avanza a escasas semanas de su mandato, podría conducir a una [nueva era de relaciones internacionales] y de comercio con la consolidación del liderazgo mundial de EEUU, de acuerdo con expertos.

A diferencia de algunos prominentes economistas estadounidenses, anclados en el pasado, y que el presidente los ha calificado como anquilosados en una economía de consumo y no de productividad y eficiencia, Trump considera que el estatus del dólar -considerado por muchos como un privilegio- es en realidad en estos momentos una carga que contribuye al declive de la manufactura estadounidense. Y sobre ese pilar gira todo los demás.

Es decir, el Master plan del mandatario norteamericano contradice el considerado eje central de la economía americana: el consumo, que equivale al 70%.

Economistas conservadores llevan años advirtiendo que el consumo es un camino equivocado para EEUU, mientras China avanzaba hacia la hegemonía universal. Hoy, Trump reconoce ha llegado el momento para revertir ese rumbo desafortunado., con graves consecuencias durante años para la industria y la clase media estadounidenses.

Trump quiere devolver la esperanza del llamado Sueño Americano y el camino pudiera dar inicio esta vez con el plan económico y geopolítico del líder republicano, que cuenta con mayoría en ambas Cámaras del Congreso.

Asesores cercanos a Trump le han aconsejado que este el momento resulta propicio para comenzar la erradicación cancerígena de la dependencia de China y de otros países, que ha conllevado en las últimas cinco décadas a un estancamiento o retroceso fatal del desarrollo productivo y de las exportaciones estadounidenses. De ahí, el nivel récord anual en los últimos años del déficit comercial, cercano al billón (trillion) de dólares.

Este punto de vista desafía las narrativas convencionales sobre la economía global.

Desde su primer período presidencial, Trump dio vital importancia a la pequeña y mediana empresa como verdaderos protagonistas del desarrollo económico. Ahora, esta prerrogativa la confirma con más convencimiento aún.

Con los aranceles, Trump persigue reajustar o corregir el valor del dólar frente a la acumulación o acaparamiento por parte de los bancos extranjeros. Esto se convierte en un gran obstáculo para la recuperación.

Ola de inversiones

¿Qué quiere Trump? Que los bancos centrales [muevan los dólares] de la acumulación y lancen una ofensiva de inversiones con las ventajas de un dólar debilitado y tasas de interés reducidas.

¿Qué están haciendo los bancos centrales en estos momentos con sus grandes reservas de dólares?

Frente a los “peligros” de la desdolarización, el pánico incrementado en Europa, América y Asia por el arribo de Trump a la Casa Blanca y posibles “rumores estratégicos” de miembros del BRICS y de otros grupos antidólar, los bancos centrales en los últimos meses se han dedicado a vender sus dólares excedentes mediante la compra de oro.

¿Quién está empujando ese movimiento? …Trump.

Además del efecto de subir el valor del oro, que ahora Trump quiere asegurarse que está todo en Fort Knox, favorece que la industria europea entre en masa a EEUU para evitar aranceles, y en el mismo plano, que las compañías estadounidenses comiencen su retorno definitivo al país, lo que causará que la industria se fortalezca como nunca antes, crezcan las inversiones y las exportaciones.

De esta forma, el desarrollo industrial será acelerado y eficaz con el incremento sustancial del consumo de productos estadounidenses, a la vez que se reducen las importaciones desde China y otros países, como ocurría hace seis o siete décadas atrás. ¡Un verdadero PLAN MAESTRO!

Pero las cosas no terminan ahí. Tampoco es casualidad que Trump reitere que EEUU será la capital mundial de las criptomonedas, ni que durante el mandato de Biden economistas expusieran la necesidad de un dólar digital, una propuesta rechazada por el presidente del Banco Central o Reserva Federal (Fed), Jerome Powell.

Bajo la administración anterior, varias grandes y medianas empresas, proclives al mundo de las criptomonedas salieron de EEUU luego de la intensa obstrucción practicada por los reguladores federales de Biden. Los ataque fueron directos contra grandes plataformas de activos digitales como Coinbase, Binance y FTX del denominado "Crypto King", Sam Bankman-Fried, condenado por un gran esquema de fraude financiero.

Una reserva estratégica de criptomonedas

El mercado de criptomonedas subió el primer fin de semana de marzo después de que el presidente Donald J. Trump anunciara sus planes de crear una reserva estratégica de criptomonedas e insinuara detalles sobre el tan esperado proyecto.

El Bitcoin subió de casi $85,000 a $94,000 el domingo 2 de marzo en las horas posteriores al anuncio de Trump en Truth Social.

"Mi Orden Ejecutiva sobre Activos Digitales instruyó al Grupo de Trabajo Presidencial avanzar en una Reserva Estratégica de Criptomonedas que incluye XRP, SOL y ADA", continuó el presidente. "Me aseguraré de que Estados Unidos sea la Capital Cripto del Mundo. ¡ESTAMOS HACIENDO A AMÉRICA GRANDE OTRA VEZ!"

“Y, obviamente, BTC y ETH, como otras criptomonedas valiosas, estarán en el corazón de la Reserva”, dijo en una publicación posterior. “¡También Bitcoin y Ethereum!”.

Varias de las otras criptomonedas mencionadas por Trump experimentaron saltos similares en el mercado.

Ether subió alrededor de un 13% a poco menos de $2,300 el lunes 3 de marzo, mientras que XRP ascendía más del 15%, cotizándose a $2,57 durante el mismo período.

Así como ha puntualizado sobre la enorme cantidad de recursos naturales fósiles bajo nuestros pies, entre ellos el petróleo, y la necesidad de explotarlos, Trump quiere reservas digitales al mismo nivel en un mundo que se dirige con celeridad al desarrollo de las tecnologías de punta como la Inteligencia Artificial.

Trump podría definirse en estos momentos como un "lobo de las inversiones tecnológicas". El “Plan Económico Maestro” incluye a las grandes tecnológicas estadounidenses con un papel decisivo en la era actual, como instrumentos transformadores de la industria tradicional en el país.

Por eso, durante la toma de posesión el 20 de enero, junto a personalidades políticas en primera fila, estaban también los dueños de grandes tecnológicas estadounidenses como Amazon, Google, Meta y Apple, que anunció inversiones por más de 500.000 millones en los próximos cuatro años.

En su reciente discurso ante el congreso el martes 4 de marzo, el Presidente informó que a menos de dos meses de regreso a Washington, los fondos para inversión sólo en el sector tecnológico superan ya el billón (trillion) de dólares.

A la misma vez, Trump le ha declarado la guerra al descontrol, fraude y corrupción en el gobierno federal para recuperar fondos de excesivos gastos. Es decir, tanto dentro de EEUU como en el exterior, el proyecto magistral del líder republicano avanza hacia su prometida "época de oro para EEUU".

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FUENTE: Con información de AFP, The Wall Street Journal y otras fuentes.

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