lunes 10  de  febrero 2025
ECONOMíA

Aranceles: La efectiva estrategia de un Trump negociador por excelencia

El presidente de Estados Unidos Donald J. Trump impone su poder, crea una tormenta y la soluciona después de la forma más diplomática y cordial como el más avezado estratega político

Por Leonardo Morales

El presidente de Estados Unidos Donald J. Trump se sentó en la Oficiana Oval con muchas interrogantes de lo que podrían hacer México, Canadá y China por la seguridad y el beneficio de los estadounidenses.

Tomando como punto de referencia el tráfico de personas en la emigración descontrolada e incentivada por la irresponsable política de “Puertas Abiertas” y el tráfico de drogas sintéticas por la frontera sur, entre otros asuntos, el mandatario estadounidense quería resultados efectivos rápidos.

Con el antecedente de negociaciones con México durante el último año preelectoral del gobierno de Joe Biden y con muy escasos resultados sobre la mesa, el nuevo Presidente dio rienda suelta a lo que ya había pensado con detenimiento y anunciado durante su campaña como una estrategia de presión: los aranceles a los productos importados provenientes de estos tres países.

Sin aviso oficial previo, la Casa Blanca dio a conocer que EEUU imponía aranceles del 25% a México y Canadá y del 10% a China.

Lo anterior desató las reacciones de los tres gobiernos involucrados y de organismos internacionales como la Organización Mundial de Comercio y la Comunidad Europea, entre otros.

Respuestas inmediatas

Horas después del anuncio Trump recibía las llamadas de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum y del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

Ambos mandatarios tuvieron una comunicación “muy cordial con Trump”, de acuerdo con declaraciones de la mandataria mexicana y su homólogo canadiense.

Las tres partes involucradas decidieron pausar la imposición de aranceles por un mes para llegar a acuerdos beneficiosos en las direcciones que ha solicitado Trump.

Entre las peticiones del nuevo inquilino de la Casa Blanca estuvo el reforzamiento real de la frontera sur de EEUU del lado mexicano, la frontera canadiense y el freno verdadero al tráfico de personas y estupefacientes, entre otros asuntos particulares.

En sólo horas, Sheinbaum envió de forma permanente los primeros 1.500 soldados a la zona fronteriza, de los 10.000 que le prometió a Trump.

Por su parte, Trudeau anunció un acuerdo que contempla el refuerzo de la seguridad en la frontera y una moratoria de 30 días en los aranceles del 25% impuestos por Washington.

"Acabo de tener una buena conversación con el presidente Trump. Canadá implementará un plan fronterizo de 1.300 millones de dólares para fortalecer la vigilancia con más helicópteros, tecnología y personal, además de mejorar la coordinación con las autoridades estadounidenses y asignar más recursos para frenar el tráfico de fentanilo", declaró Trudeau en la red social X.

El pacto de urgencia incluye el despliegue de casi 10.000 nuevos agentes para la protección fronteriza. Además, Canadá se compromete a designar un "zar del fentanilo" y a incluir a los cárteles de la droga en su lista de organizaciones terroristas.

"Nos aseguraremos de que haya vigilancia constante en la frontera y crearemos una Fuerza Conjunta EEUU- Canadá para combatir el crimen organizado, el tráfico de fentanilo y el blanqueo de dinero", añadió el mandatario.

Asimismo, Trudeau firmó una nueva directriz de inteligencia sobre el crimen organizado y el tráfico de fentanilo, con un financiamiento de 200 millones de dólares.

Los aranceles permanecerán suspendidos por al menos 30 días mientras ambos países trabajan en conjunto.

Los alardes de China

China respondió con cierta “agresividad”, que no estremeció los mercados bursátiles debido a que los inversores y expertos consideraron que la reacción del régimen comunista fue más bien moderada y débil en cuanto a su posible impacto en el comercio bilateral.

La potencia asiática respondió con aranceles del 15% para el carbón y el gas natural licuado de Estados Unidos, y del 10% sobre el crudo, la maquinaria agrícola, los vehículos de gran cilindrada y las camionetas.

Pekín también anunció una investigación contra Google por supuestamente vulnerar las leyes antimonopolio y la inclusión en una lista de "entidades no fiables" de dos empresas estadounidenses, entre ellas la propietaria de marcas de moda como Tommy Hilfiger y Calvin Klein.

Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China urgió al diálogo con EEUU para resolver las tensiones comerciales entre ambas potencias económicas.

Y aún queda pendiente el escabroso tema sobre la prohibición de TikTok, a la que Trump dio un plazo de 70 días para hallar una salida adecuada tanto para la empresa como para los intereses del país.

De su lado, el Servicio Postal de EEUU también informó que dejaría de aceptar paquetes provenientes de China y Hong Kong, lo que generó también la protesta del régimen asiático.

La entrada en vigor de la medida, que se encuentra en análisis, afectaría directamente a gigantes del comercio por internet como Temu y Shein.

La maligna ofensiva asiática

Los correos estadounidenses también habían anunciado la exención de aranceles para los paquetes de bajo valor, en línea con la promesa del presidente Trump.

Esta exención permite que bienes valorados en menos de 800 dólares (767 euros) entren en Estados Unidos sin pagar aranceles ni otros impuestos.

Según Washington, la exención de derechos de aduana para paquetes de bajo valor vigente hasta ahora ha beneficiado en gran medida a las plataformas de comercio en internet fundadas en China.

En un comunicado la semana pasada, la agencia de aduanas y protección fronteriza de Estados Unidos indicó que el valor de los paquetes que se benefician de esta exención ascendió a más de 1.360 millones de dólares en 2024.

Washington considera que esta exención dificultó la aplicación en EEUU de requisitos en materia de salud, seguridad y propiedad intelectual, lo cual condujo al anuncio que puso nuevamente a temblar a los chinos.

La cancelación de esta exención podría asestar un golpe a plataformas tan populares como Shein o Temu, que venden productos casi a precio de costo, y penalizar todavía más el comercio exterior chino, uno de los motores de su economía a falta de consumo interno.

Jeff Bezos, el fundador de Amazon, se encuentra entre los empresarios estadounidenses que se quejan de las afectaciones causadas por estas empresas china, que se enfocan en los volúmenes de ventas mediante costos irrisorios de los productos debido a la explotación de la fuerza laboral dentro del régimen comunista.

La expansión en los últimos cuatro años ha sido brutal, con un impacto negativo para la competencia de empresas y fabricantes estadounidenses, un tema que Trump ha tomado con mucha seriedad porque que se relaciona de forma directa con sus objetivos de impulsar la economía estadounidense como nunca antes, mediante el desarrollo de la manufactura y la industria dentro de EEUU.

China intentó imponer su resistencia en el 2019 cuando Trump presionó durante su primer mandato y durante año y medio para un acuerdo bilateral justo sobre aranceles, que terminó con la histórica firma en enero de 2020.

Aranceles: política efectiva de Trump

Con la carta en sus manos de mayor consumidor del planeta, el Presidente conoce bien el efecto positivo de los aranceles para concretar reclamos comerciales y políticos a nivel internacional. Si le funcionó con China en el 2019, funcionará mucho más rápido con los demás en esta ocasión.

Las respuestas inmediatas y las acciones concretas de los países a los que Trump les ha prometido mayores aranceles demuestra la efectividad de su política económica en menos de un mes de su mandato.

La aparente “bravuconería” de Trump obliga de forma rápida a los adversarios o aliados a sentarse a dialogar sobre una salida negociada en la que se impone el poder de EEUU.

Hasta ahora, el mandatario estadounidense demuestra una vez que sus estrategias o fórmulas funcionan mediante el liderazgo de quien no le tiembla la mano cuando se trata de defender a EEUU, por encima de cualquier obstáculo.

Con sólo tres meses de reducción en la entrada de productos chinos a EEUU, el impacto sería bien fuerte para ambas potencias, pero el régimen comunista -con serios problemas económicos agudizados en los últimos tres años- se llevaría la peor parte con el cierre de miles de fábricas y la falta de productos vitales y de tecnología estadounidense para hacer funcionar sus industrias.

La llamada “guerra comercial de los aranceles” sobre la que exageran los medios de prensa de izquierda con toda intención, contraria a la gestión de Trump, no es más que un vehículo de presión muy eficaz para revertir las enormes ventajas otorgadas por EEUU a los competidores extranjeros, a costa de las generosas ayudas y las bondades injustificadas de los anteriores gobiernos en Washington.

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FUENTE: Con información de AFP y otras fuentes.

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