Roma.- Los países reunidos en Roma para concluir la gran conferencia de Naciones Unidas sobre la biodiversidad adoptaron el jueves un plan de última hora para financiar la conservación de la naturaleza, el último escollo de unas conversaciones consideradas un test para la cooperación internacional.
Cuatro meses después de su fracaso en Colombia, los países ricos y en desarrollo acordaron compromisos mutuos para adoptar un plan de trabajo de cinco años, destinado a desbloquear los miles de millones necesarios para detener la destrucción de la naturaleza y distribuir mejor el dinero a los países pobres.
Un larga ovación de los delegados de los cerca de 150 países puso fin a una reunión cargada de emoción tras alcanzar in extremis decisiones clave en el tercer y último día de las negociaciones.
La 16a conferencia del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) se había reanudado el martes en la sede en Roma de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"El aplauso es para todos ustedes. Han hecho un gran trabajo", declaró la presidenta de la COP16, la ministra colombiana de Medioambiente Susana Muhamad.
"Nuestros esfuerzos muestran que el multilateralismo puede traer esperanza en un periodo de incertidumbre geopolítica", declaró el ministro canadiense de Medioambiente, Steven Guilbeault.
La decisión marca el camino a seguir en materia de financiación, dos años después de un acuerdo histórico para detener la destrucción de la naturaleza en esta década y proteger los ecosistemas y la fauna de los que dependen los seres humanos para su alimentación, la regulación del clima y la prosperidad económica.
También establece dos caminos de actuación para los próximos años: encontrar miles de millones de dólares de financiación adicional para la biodiversidad y decidir las instituciones que aportarán ese dinero.
Los países adoptaron también reglas e indicadores fiables que deben medir y verificar los esfuerzos de la humanidad para salvar la naturaleza de aquí a la COP17 en 2026, en Armenia.
"Anuncio que hemos dado brazos, piernas y músculos" al acuerdo de Kunming-Montreal, en virtud de la cual los países se comprometieron en 2022 a alcanzar 23 objetivos para detener la destrucción de la naturaleza antes de 2030.
Evitar un nuevo fiasco
El más emblemático de estos objetivos prevé colocar el 30% de las tierras y mares en áreas protegidas (frente al 17% y 8% actual, según la ONU).
Otro objetivo es aumentar el gasto en protección de la naturaleza a 200.000 millones de dólares anuales para 2030, incluidos 30.000 millones de ayuda de los países desarrollados a los países pobres (frente a unos 15.000 millones en 2022).
El acuerdo alcanzado en Roma aplaza hasta 2028, durante la COP18, la decisión sobre si crear un nuevo fondo específico bajo la autoridad de la CBD, como lo reclaman los países africanos, o si reformar los instrumentos existentes, como el Fondo Mundial para el Medioambiente, para ser más accesibles para los países en desarrollo.
Los participantes de la COP16 tenían la misión de evitar un nuevo fiasco para la diplomacia ambiental, debilitada por el estancamiento de las negociaciones sobre la contaminación plástica, las tensiones Norte-Sur sobre la financiación climática y el retraso en el abandono de los combustibles fósiles.
El jueves, un nuevo texto impulsado por Brasil en nombre de los BRICS -- el bloque de economías emergentes que incluye a Rusia, India y China -- proporcionó la base para una última declaración.
"Es el multilateralismo lo que está en juego", dijo a AFP un alto funcionario europeo, citando las limitaciones económicas y el "panorama geopolítico fundamentalmente cambiado".
Las negociaciones tuvieron lugar en un contexto marcado por las tensiones aduaneras, las crisis presupuestarias de países ricos como Francia y Alemania, y el peso de la deuda de los países pobres.
Estados Unidos, que es un contribuyente financiero importante, no participó en la reunión de Roma.
FUENTE: AFP