Las cosas han salido muy lejos de lo que se esperaba para el Heat de Miami en la presente temporada. El adiós del estelar Jimmy Butler hace algunas semanas no puso fin a la tortura para los aficionados del sur de la Florida, que este pasado domingo recibieron otro golpe doloroso con la fractura de mano que sufrió el serbio Nikola Jovic en el desafío contra los Bucks de Milwaukee.
Jovic, de 21 años de edad, salió como titular en los primeros ocho juegos del Heat antes de ser movido a la banca el 10 de noviembre y de sufrir una ruptura de nariz ante los Pistons de Detroit el 12 de ese mismo mes. Sin embargo, entre el 23 de diciembre y el 5 de febrero, bien podría decirse que el europeo tuvo la mejor racha de su carrera hasta ahora, con un promedio de 13.6 puntos en el 48.2% de los tiros desde la cancha y al acertar el 42.1% de sus intentos desde la línea de tres.
Asimismo, Jovic agregó 4.4 rebotes y 4.3 asistencias en ese período de 23 juegos, que incluyeron 17 jornadas con doble dígito en puntos anotados y cuatro faenas de 20 unidades. En ese lapso de tiempo, el Heat registró un balance de 12-11.
Desafortunadamente, el desempeño de Jovic bajó de nivel desde ese entonces y Miami llegó al descanso por el Juego de Estrellas en medio de una cadena de cuatro derrotas. En los primeros dos choques desde la reanudación del calendario de la ronda regular, el Heat había divido honores.
Impacto interno
De cualquier forma y a pesar de sus irregularidades, en el seno de la organización saben de la importancia que tiene el jugador y lo mucho que van a extrañarlo tras este percance físico.
"Lo lamento por Niko. Sé cuánto le ha puesto a esto", comentó el entrenador Erik Spoelstra en declaraciones recogidas por The Athletic. "Ha tenido un par de lesiones previas. Esta no tiene nada que ver con eso. Me sorprendió el pronóstico, pero veremos cuánto tiempo va a tomar. En el interín, otros muchachos tendrán que dar un paso al frente. En verdad lo lamento por Niko", agregó.