El dominicano Agustín Ramírez está dando mucho de qué hablar tras su espectacular inicio en las Grandes Ligas con los Marlins de Miami.
Desde su ascenso el lunes pasado, Ramírez, considerado el cuarto mejor prospecto de la organización, ha demostrado que no solo llegó por necesidad, sino también para marcar diferencia.
En apenas sus primeros tres partidos, el joven receptor bateó para un impresionante .700 de promedio, con un OPS de 2.150. Además, registró siete hits, incluyendo cuatro dobles y su primer jonrón, convirtiéndose en el primer jugador en al menos 125 años en conseguir siete imparables y cinco extrabases en sus primeros tres encuentros en la MLB.
Mánager de los Marlins no duda de su gran revelación
Su impacto ha sido tan inmediato que el manager Clayton McCullough lo posicionó rápidamente como cuarto bate, una responsabilidad histórica que pocos novatos han recibido en la franquicia. Su calidad en el plato, la potencia de sus batazos (con velocidades de salida superiores a 100 mph) y su madurez mental han sorprendido positivamente tanto al cuerpo técnico como a sus compañeros de equipo.
"La calidad del contacto, la calidad del turno al bate, la calma, la presencia en la caja de bateo -- no parece que el escenario sea demasiado grande para él", destacó McCullough. Sobre su primer jonrón en Grandes Ligas, añadió: "Dar jonrón por allá, al jardín izquierdo-central aquí, eso es territorio de tipos grandes".
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Por su parte, Ramírez también explicó su mentalidad al batear: "Creo que la parte más importante es ir [al plato] con un plan, y continuar planificando con el cuerpo técnico", dijo el dominicano. "Y tienes que ejecutar, simplemente seguir ese plan en el juego".
Para los Marlins, Ramírez representa una pieza fundamental de cara al futuro. No solo por su capacidad ofensiva, sino también por su solidez detrás del plato como receptor, una posición clave para cualquier equipo competitivo. Su velocidad promedio de salida de 94.5 mph lo coloca entre los mejores bateadores de la liga en este rubro, destacándose incluso sobre otros novatos.
Miami está entusiasmado con el crecimiento de Agustín Ramírez, quien, si mantiene este nivel, podría convertirse en uno de los pilares de la franquicia en los próximos años. Con su combinación de poder, disciplina y temple, el dominicano promete ser mucho más que una sensación pasajera: puede ser la próxima gran estrella de los Marlins.
