domingo 27  de  abril 2025
HOMENAJE

Ruth Sánchez Laviera, la peluquera de Celia Cruz

Ruth fue la estilista personal de Celia Cruz durante más de 40 años, creando los legendarios peinados que caracterizaron a la Reina de la Salsa

Por ROSA MARQUETTI

MIAMI.- La estilista puertorriqueña Ruth Sánchez Laviera, estilista de la cantante Celia Cruz, falleció este 27 de abril. La noticia fue confirmada por Omer Pardillo, albacea de la Reina de la Salsa, quien compartió en redes sociales un sentido mensaje en el que resaltó su talento, su aporte a la trayectoria de la artista, y agradeció su amistad y lealtad.

Sánchez Laviera tuvo una importancia crucial en la vida artística de Celia Cruz, al diseñar, realizar y afianzar la imagen pop que, a través de sus increíbles pelucas y atrevidos diseños, caracterizó a La Guarachera de Cuba en el último y más universal segmento de su carrera.

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Nacida en Santurce, Puerto Rico, el 25 de abril de 1942, desde la niñez mostró su vocación por el estilismo, enfrentándose al destino que su padre había previsto para ella, la única mujer, donde le tocaría ser médico, en una familia de profesionales. Uno de sus tres hermanos es Jesús Abraham Tato Laviera (Santurce 1950 – Nueva York, 2013), considerado entre los escritores y poetas más reconocidos e influyentes de la diáspora puertorriqueña en Nueva York.

Pero la vocación pudo más: para ganar independencia logró irse a Nueva York. Comenzó a trabajar en Lourdes Beauty Salon, en la Avenida 6 en el Lower East Side, que frecuentaba Cicely Tyson, la primera artista afrocamericana, de cuyos cabellos Ruthie se hizo responsable. Desde allí se abrieron las puertas a la revista Essence, fichada por Susan L. Tayor, su jefa editorial y una de las periodistas negras más influyentes en uno de los medios más importantes para la comunidad y la cultura negra en Estados Unidos. Su nombre comenzó a ser conocido; como mujer negra y puertorriqueña hizo historia en Essence, ocupándose de los estilismos en portadas y reportajes con grandes estrellas afroamericanas de ambos sexos, como Diana Ross, Donna Summers, Vanessa Williams, Billy Eckstine y muchos otros.

Celia Cruz y Ruth Sánchez Laviera
Celia Cruz, Ruth Sánchez Laviera y Olga Gillot, bolerista cubana fallecida.

Celia Cruz, Ruth Sánchez Laviera y Olga Gillot, bolerista cubana fallecida.

Con 25 años cumplidos, abrió en el Upper West Side su primer salón: El Yunque Obá, que pronto se convirtió en un referente del estilismo. Ruthie también fue peluquera y muchas veces estilista general de algunos de los grandes nombres de Fania en su época de esplendor: Johnny Pacheco, Tito Puente Roberto Roena, Pete El Conde Rodríguez, y otros.

Ruthie comenzó como estilista de Celia en 1982, cuando Ralph Mercado la contrató para realizar los estilismos de La Guarachera del Mundo en el magno homenaje que se le tributara en el Madison Square Garden. Celia quedó tan complacida que la retuvo para siempre.

“Siempre he estado rodeada de música, en especial de la música cubana. A Celia la conocía como artista, la admiraba mucho, pero no la había peinado nunca. Recuerdo que un día voy a verla cantar al Madison Square Garden y decidí, como tenía pase de acceso, pararme cerca del escenario. Mientras la miraba cantar y disfrutaba, de manera automática estaba en mi cabeza diseñándole una imagen, a pesar de que estaba muy bien, y era muy adecuado su look esa noche, pero yo creaba en mente algo diferente. Cuando empiezo a trabajar con ella, me dice que tenía que aprender mejor el español y ella el inglés, para entendernos mejor. Pero no fue necesario–comentó Ruthie en entrevista con la autora.

Ruthie hacía arte, con toda la minuciosidad de un orfebre, al punto que valdría la pena preguntarle qué la inspiraba a ella a ese delicado y espectacular trabajo con la imagen de una mujer que ya no era joven:

“Me inspiraba su espíritu, su atrevimiento, su decisión de estar y avanzar con los tiempos. Le explicaba lo que quería hacerle, cómo quería peinarla. Le traía mis ideas, las analizábamos y discutíamos y de ahí salía la decisión final. Siempre respetaba su criterio, su mirada de sí misma, cómo quería verse. No le traía dibujos, ni nada de eso, simplemente, le contaba qué era lo quería hacerle. Y así salieron looks maravillosos, como sus famosas pelucas en las ceremonias de los Grammy y otros eventos".

Ruth Sánchez Laviera y Omer Pardillo Cid.
Jorge Plasencia, Gladys Rodríguez Dod, Nora Bulnes, Ruth Sánchez Laviera y Omer Pardillo Cid.

Jorge Plasencia, Gladys Rodríguez Dod, Nora Bulnes, Ruth Sánchez Laviera y Omer Pardillo Cid.

“Celia fue atrevida. Lo único que no le gustaba eran los vestidos con grandes escotes, aunque sí le gustaba destacar su cuerpo y mostrar sus piernas y sus manos, que eran lindas. En cuanto a las pelucas y la imagen en general, el atrevimiento era una de sus características. Siempre andaba yo comprando muchos ganchos y presillas, porque eran fundamentales para experimentar con su pelo y sus pelucas. Pero ella siempre se dejaba hacer. Nunca tuvimos problemas. ¡El respeto fue tan mutuo y tan lindo! ”- afirmó Ruth Sánchez. Ese respeto marcó algunos límites que hoy podrían parecer inconcebibles, pero que nacía de una profunda admiración por la cantante cubana:

“Ella era bien cómica –contó Ruthie a la autora-.Me insistía: ¿Por qué no puedes tratarme de tú, a ver, si tú tratas a todo el mundo de tú? –me decía. Pero yo jamás pude tutearla, siempre la traté de “usted”. Nunca pude, a pesar de que ella quería. Celia era algo muy grande. Por lo que me contaba, supe que ella era famosa en Cuba antes de emigrar, me contaba por todo lo triste que pasó, y también de su familia, de la que estaba siempre pendiente. Me acuerdo que cuando íbamos a España, aprovechaba para buscar personalmente medicinas que necesitaba su familia en Cuba. Ella trabajaba para su familia. ¡Era una mujer de un corazón tan grande…! Siempre he dicho que después de ella, botaron el molde. Esa concentración que lograba para las cosas, esa sabiduría… porque ella era sabia, inteligente, sumamente inteligente. «¡Te voy a enseñar español para que lo hables bien!» –me decía-, porque ella era maestra graduada, y de verdad que hablaba y pronunciaba muy bien.

“Son muchas las anécdotas que hablan de la calidad humana de Celia. En las giras, se preocupaba personalmente por que mi habitación estuviera bien. Cuando hubo un problema que no pudo resolverse una habitación, Celia y Pedro mandaron a poner en su suite una cama para que yo durmiera allí".

Durante cerca de 25 años, Ruthie se ocupó de la imagen escénica y cotidiana de Celia y sus resultados fueron encomiables. Uno de los elementos importantes del éxito de la gran guarachera, más allá de su voz, repertorio y desempeño escénico, fue su imagen en constante renovación a partir del momento en que Ruthie comienza a trabajar con ella, y hace del estilismo de sus pelucas, una suerte de marca personal, su sello indeleble, que convertirá a Celia en un ícono reconocible y admirado de la cultura pop. Nunca mejor aplicado el refrán: en el caso de Celia, el buen hacer de Ruthie hizo de la necesidad, una virtud, cuando puso en valor ese rasgo rupturista y de apego a la modernidad que siempre caracterizó a Celia en el escenario, al tiempo que perfeccionó la elegancia de sus estilismos dentro y fuera de los escenarios.

Celia Cruz y Ruth Sánchez Laviera.
Celia Cruz junto a Ruth Sánchez Laviera.

Celia Cruz junto a Ruth Sánchez Laviera.

Lealtad

“Cuando Celia enferma, iba a verla a su casa todos los días y también cuando estuvo en el hospital, para que nunca la vieran fea, ni mal peinada. Llegaba muy temprano al hospital, antes de la visita de los médicos, y le peinaba sus pelucas y la arreglaba, como sabía que a ella le gustaba verse”- contó Ruthie.

“Aunque ya no está físicamente, respeto mucho todo lo que tiene que ver con ella, sus palabras, sus decisiones, su actitud hacia mí y mi familia: lo más grande fue lo que ella y Pedro hicieron cuando la gravedad de mi hijo Alexis: Celia pidió a Ralphy [Mercado] que le detuviera su agenda y suspendiera sus compromisos –algo que normalmente no se hacía-; se montaron en un avión y se aparecieron en el hospital de Los Angeles donde yo cuidaba de mi hijo, abocado a la muerte. Celia estuvo a mi lado todos esos días dolorosos, y salió conmigo del hospital una semana después solo cuando le dieron de alta a mi hijo. Desde que la conocí, sabía que ella era una mujer de buena voluntad, sabía que sus valores eran altos y únicos, pero ese gesto, esa prueba tremenda de amistad, de hermandad es una muestra insuperable de su grandeza humana. Por eso cada vez que tengo la oportunidad de honrarla, lo hago. Es mi deber”.

Ruth Sánchez Laviera
Ruth Sánchez Laviera durante el nombramiento de una calle de Nueva York en honor a Celia Cruz.

Ruth Sánchez Laviera durante el nombramiento de una calle de Nueva York en honor a Celia Cruz.

Durante los años en que Ruth Sánchez trabajó con Celia Cruz, ambas mujeres afrocaribeñas, exitosas y empoderadas, supieron bordar, más que construIr, una amistad que siguió el trazo de la lealtad y que ha resistido la prueba del tiempo, expresada en momentos fulgurantes y tristes de las vidas de ambas: temerosa siempre de la muerte, Ruthie supo cumplir con su jefa y amiga: la peino, maquilló y vistió para que luciera como siempre, regia y elegante, en el postrer encuentro con su público.

La muerte de Celia el 16 de julio de 2003 no puso fin a ese vínculo entre ellas: Ruthie continúa honrando su memoria, recordando a la artista extraordinaria y a la mujer de excepcionales valores, de la cual, dice, mucho aprendió. En las fotos y paredes, en el altar de sus íconos religiosos y personales, en la luz que penetra por el balcón interminable, ahí estuvo siempre para ella La Reina de la Salsa.

Según Omer Pardillo-Cid, último manager de Celia, su albacea testamentario, presidente de la Celia Cruz Foundation y Ejecutor del Celia Cruz Estate, Ruth Sánchez puso a disposición de Celia todo su conocimiento y todo suprestigio en el mundo del estilismo de las grandes revistas newyorkinas, donde ella se movía como pez en el agua. Gracias a ella, Celia tuvo los maquillistas más espectaculares, que complementaron el trabajo de Ruthie y las ideas de Celia para crear la imagen espectacular y tan personal que la distinguió y con la que ha pasado a la eternidad. Para Omer, “Ruth Sánchez es la creadora de esa imagen moderna de Celia, principalmente con sus pelucas únicas e exuberantes. Ella hizo que Celia estuviese siempre al frente con una imagen muy pop, especialmente en los años 90. Aparte de peluquera fue su fiel amiga y acompañante en sus momentos de gloria, pero también supo ser amiga de Celia durante su enfermedad, algo por lo que siempre estaré agradecido de Ruthy, como le llamamos cariñosamente”.

Ruth Sánchez Laviera y Omer Pardillo Cid.
Ruth Sánchez Laviera y Omer Pardillo Cid.

Ruth Sánchez Laviera y Omer Pardillo Cid.

Como resumen de sus recuerdos, y de lo que creó para perpetuar la memoria de Celia y su obra, Ruth Sánchez Laviera afirmó a la autora: “Siempre agradeceré haber tenido el privilegio de peinar a Celia Cruz. Era una mujer digna, sencilla, cariñosa. Todo el mundo para ella era bueno, todo el mundo era bonito. Lo que pasé y compartí con Celia jamás en la vida se me va a olvidar. Por eso he creado un lugar dentro de la comunidad boricua y latina de Nueva York para honrarla cada día, para agradecerle por la música que nos dejó y por el gran ser humano que fue".

FUENTE: Rosa Marquetti Torres

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