PARÍS.- El pie and mash, un plato clásico de la cocina británica consistente en un pastel de carne y puré de patatas, es protagonista de una campaña para convertirlo en una denominación de origen protegida, al mismo nivel que el champán o el parmesano.
En un pie and mash shop, en el este de Londres, los pedidos se suceden y son todos iguales, ya que no hay menú, sino solo un plato. Un pastel de carne acompañado de puré de patatas.
El restaurante G Kelly atiende durante todo el día a clientes que buscan una comida sencilla y barata, por unas cinco libras (poco más de seis dólares).
Este plato, originario de los muelles de Londres, en el este de la capital, y que antiguamente era popular entre los trabajadores del mismo, se ha convertido en un plato típico de las mesas británicas.
Tanto es así que un diputado conservador, Richard Holden, quiere que tenga una denominación de origen protegida. A finales de 2024 se presentó en el Parlamento un proyecto de ley en este sentido, que recibió el apoyo de una decena de diputados.
"¡Ya era hora!", dijo entusiasmado Daniel Terrance mientras come un pie and mash, el tercero esta semana para el estómago de este electricista de 39 años, quien afirmó que nunca se cansa del plato.
"Patrimonio"
Aunque la cocina inglesa no goza de gran reputación, sobre todo entre los franceses, los defensores del pie and mash, cuyo origen se remonta al siglo XIX, creen firmemente en sus posibilidades de obtener esta denominación.
El próximo paso es conseguir que el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA) apruebe la receta del plato para obtener la etiqueta de Especialidad Tradicional Garantizada (ETG).
Esta etiqueta protege legalmente las recetas tradicionales, pero se diferencia de los label que se dan a alimentos como el jamón de Parma porque permite que se produzcan fuera de una zona geográfica específica.
Neil Vening, propietario de G Kelly, espera que la etiqueta impida que los grandes distribuidores produzcan y vendan platos de calidad inferior.
"Es una afrenta a nuestro gran patrimonio", declaró a la AFP Vening, de 33 años, mientras mostraba fotografías en blanco y negro de familiares y empleados en el comercio que debe su nombre a su fundador en 1939, George Kelly.
"Nostalgia"
Los grandes distribuidores no son el único peligro.
La gentrificación del este de Londres ha afectado al pie and mash y algunos recién llegados prefieren platos alternativos, por lo que varias empresas han tenido que cerrar sus puertas.
Pero para los clientes habituales, la nostalgia es importante.
"A mí me gustan los cambios, pero no ocurre eso en todas las personas", dijo Leanne Black, quien trabaja en G Kelly desde hace 14 años.
Esta mujer de 45 años, del este de Londres, aseguró que a muchos clientes les gusta el lugar porque se sienten cómodos.
"No es solo la comida. Algunas personas tienen la sensación de que el mundo exterior ha cambiado mucho y cuando vienen aquí es como si retrocedieran en el tiempo", explicó.
"Es el olor, las mesas, el mármol frío, los azulejos", añadió.
Neil Vening aseveró que su restaurante está registrando una mayor afluencia, impulsada por los recién llegados al barrio y los turistas.
Al mismo tiempo, los antiguos habitantes del este de Londres que se mudaron se llevaron el plato con ellos y eso dio como resultado que últimamente están apareciendo docenas de comercios de pie and mash en las afueras de Londres.
FUENTE: AFP