Díaz, quien desde finales de los años 70 trabajó como realizador para el Noticiero ICAIC Latinoamericano, saltó a la fama en 1984 con su película Los pájaros tirándole a la escopeta, que obtuvo numerosos premios y dejó una huella en la historia del cine cubano. Asimismo, en 1996 fue nominado a los Premios Goya por su corto documental El largo viaje de Rústico.
Díaz ha dirigido cintas como Melodrama, Si me comprendieras, Actrices, actores, exilio, Los caminos de Aissa, Dossier de ausencias, y Una elefanta sobre la tela de una araña.
“Queremos que Adiós, Cuba llegue al corazón de los cubanos y de todos los que viven el drama del exilio. Es un honor presentar la película en Miami”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS el productor, guionista y director de cine. “Queremos que Adiós, Cuba llegue al corazón de los cubanos y de todos los que viven el drama del exilio. Es un honor presentar la película en Miami”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS el productor, guionista y director de cine.
Los actores Yuliet Cruz, Frank Moreno, Betiza Bismarck y Grisell Monzón destacan en la cinta que aborda con varios testimonios la más reciente ola migratoria de alrededor de 600.000 cubanos.
Cruz interpreta a Caridad, una teatrista cubana exiliada en Valencia y que lucha por llevar adelante un montaje teatral en una nave industrial. La metáfora de la nave como espacio crudo, elemental, se combina con esa embarcación precaria que los actores/personajes construyen con sus historias. Como parte del proceso de investigación para la pieza teatral Caridad recoge testimonios sobre el éxodo. Regla, Fátima y Lázaro (nombres que, junto a Caridad, evocan a esas vírgenes y santos tan venerados en el imaginario cubano, sobre todo en momentos de tribulación), entregan desgarradores relatos personales que aportan a la cinta elementos del cine documental.
La obra de teatro, además de una necesidad creativa, es un impulso de resistencia del exiliado, y una aguda reflexión sobre las condiciones en las que los cubanos salen de la isla, la represión y las penurias que experimentan.
“Quien tiene amigos tiene un central”
En una especie de teatro dentro del cine, con tintes documentales, la obra teatral que realizan con pocos recursos pero mucha entrega es un reflejo del propio rodaje de la cinta, que no contó con los fondos que requiere este tipo de trabajo, pero sí con la voluntad de un equipo cohesionado, integrado por cineastas con nutridas trayectorias, como Fernando Pérez, Miguel Coyula, Jorge Soliño, entre otros.
El resultado es un trabajo de equipo nacido del amor al séptimo arte: “Quien tiene amigos tiene un central, dice un viejo refrán cubano. En realidad tiré de grandes amigos, entre ellos Lesnay Vázquez, en Miami, y su marido, que también nos está ayudando muchísimo”.
“Es una película que se ha hecho con muchísimo esfuerzo. Suerte que el productor, Gerardo Carreras, es un canario que me entendía perfectamente y me tenía aprecio. Pero otros productores españoles con los que he hablado, creo que todavía no se enteran muy bien de cómo pude rodar una película cubana aquí en Valencia”.
La pasión del equipo fue determinante en la logística: “Todo el mundo estaba muy involucrado. Eso fue una gran alegría para trabajar. Esta película costó más de un millón porque, cómo uno coordina equipo en tres países diferentes, gestiona a los actores, el equipamiento, todo lo que tuvimos que poner a disposición de la película”.
“Estoy muy feliz porque la película quedó como yo quería. Trabajé con cubanos muy jóvenes que han llegado a España prácticamente hace dos, tres años. Y también algunos jóvenes que no son cubanos, que son canarios o argentinos. La gente joven tiene muchísima capacidad de entrega”. “Estoy muy feliz porque la película quedó como yo quería. Trabajé con cubanos muy jóvenes que han llegado a España prácticamente hace dos, tres años. Y también algunos jóvenes que no son cubanos, que son canarios o argentinos. La gente joven tiene muchísima capacidad de entrega”.
Uno de los aspectos más emotivos de Adiós, Cuba es la banda sonora, compuesta por el músico cubano Edesio Alejandro, quien falleció recientemente tras luchar contra el cáncer. Rolando Díaz recuerda a Alejandro con cariño: “Edesio hizo el tema principal de la película y estuvo cerca de nosotros a pesar de su enfermedad. Se tuvo que asistir con otras personas, ya que él no podía, sinceramente. Incluso, y esto es algo bondadoso que tenía, me pidió que le diera créditos de música a todo el que había participado. El hijo de Edesio también estuvo con nosotros apoyando y haciendo los coros. Y hay una persona clave aquí también, Marisol, la joven que nos hizo todas las mezclas sonoras, el diseño de sonido. Esta película es en cierta medida un homenaje a su legado, porque él fue una parte fundamental de este proyecto, y es la última música que hizo para cine”.
Sobre el trabajo con los actores, detalló: “El personaje de Yuliet, Caridad, es un alter ego mío, en el sentido de la voluntad de llevar adelante a toda costa los proyectos”.
Regla, interpretada por Betiza, “es como Cuba, como la nación, con esa simpatía, esa gracia, ese sentido del ritmo y del saber estar y de, a su vez, tirarlo todo a chanza, a broma”. El personaje de Lázaro (Frank Moreno) “lleva más de 10 años en España y es un tipo un poco más serio. Incluso tiene un acento ya que ha asumido más o menos; no es que hable como un valenciano, pero tampoco habla como un cubano de Cuba”.
“Fátima, el personaje que hace Grisell, está más recién llegada, trabaja en una cafetería, está poco establecida, a pesar de ser periodista. Y se siente feliz de poder ayudar con su periodismo”, subrayó.
Rodaje en Miami
En charla con DIARIO LAS AMÉRICAS, el realizador Jorge Soliño recordó el rodaje que se llevó a cabo en Miami, en conexión con España y Cuba:
“Rolando necesitaba que grabaran esos testimonios al estilo de una videollamada. Los testimonios son de personas reales que se escaparon de Cuba. Uno de ellos era muy sui generis porque fue una muchacha que vino a EEUU, estuvo 15 años y regresó a vivir a Cuba”.
Otro de los testimonios, que no describió más para no hacer spoiler, “fue tan violento, tan surreal, que terminé llorando en la filmación”.
Por su parte, la talentosa actriz Yuliet Cruz confesó a DIARIO LAS AMÉRICAS que uno de los elementos que le hizo aceptar este papel protagónico “era el hecho de que Caridad fuera una directora de teatro”.
“Para mí el teatro es un espacio de un valor tremendo, no solamente por esa maravilla que tiene de que uno puede pulir las habilidades que tenemos los teatristas, sino que también es un espacio donde acontece una libertad creativa muy espectacular. Estoy muy agradecida por todo lo que experimenté en mi vida en el teatro. Y también sé el dolor tan grande de los teatristas que ponen mucho empeño en hacer su obra, y se dicen mensajes muy poderosos a través del teatro”, amplió Cruz.
Le atrajo “el tema de la emigración, el desarraigo, la tristeza de haber abandonado Cuba. Hay muchos puntos de la película que me parecieron sumamente interesantes. La historia me cautivó”.
“Con este personaje he movido resortes personales, y he descubierto otras cosas, Caridad se mueve en un registro que no tiene que ver conmigo en algunos puntos; es una mujer endurecida, más seca, con un dolor muy grande por dentro. Y eso me pareció interesante como actriz, explorar esos lugares”, indicó la actriz, que tuvo “la oportunidad de conocer el mundo de nuestros cubanos en España, he conocido en el elenco de actores increíbles, con un talento impresionante”.
“Siento que es un regalo tremendo servir al cine para que esta historia se cuente. Espero que el público la disfrute y nos haga abrazarnos con un poco más de empatía porque el dolor de la emigración es muy grande. Decir adiós duele mucho, para los que se quedan y para los que se van”, acotó.
Estreno mundial en Miami
Sobre la presentación en Miami, Rolando Díaz escribió: “Varias películas cubanas más, realizadas entre esfuerzos, sacrificios y grandes dificultades, serán exhibidas también en el Festival. La selección, rastreada y conseguida por la perseverancia de Alejandro Ríos, debe ser reconocida por todos. A día de hoy el único Festival de Cine que sin distingos exhibe el cine cubano, es el de Miami. Duélale a quien le duela, pésele a quien le pese. ¡Es una verdad como un templo! Apoyemos el cine cubano. Volquémonos a apoyar las películas que siguen dando luz a una realidad que no se puede ocultar”.
El teatro cubano es un lugar donde hacer catarsis, expresarse, y el cine lo es también. Díaz ha logrado reunir todas esas vías de expresión, además del documental, la entrevista y la profundización en las biografías, demostrando que el cine es un lugar para pensar. De ahí que el director, con toda razón, defiende que su película se presente en cines, siendo fiel a la esencia del séptimo arte, que es reunir en una sala oscura a un público que, en la intimidad colectiva de ese espacio podrá encontrarse consigo mismo y empatizar con otros.
Como confesó, está abierto a llevar la película a plataformas digitales, pero solo cuando se haya presentado en la pantalla grande.
“Reservamos el estreno mundial de la película para Miami. Tenemos un deseo tremendo de probar la película con el público. Por eso queremos, además del festival, exhibirla en salas culturales y universidades en Miami, para tener discusiones, debates, siempre que estos espacios tengan condiciones de proyección con audio 5.1 para que la película se disfrute, porque se ha hecho una banda sonora muy trabajada para que la gente sienta prácticamente lo que es estar dentro de una balsa”, concluyó Díaz.
Estreno de “Adiós, Cuba” en Miami, con el apoyo de ArtesMiami y flixlatino: Sábado 5 de abril, 8:15 pm, Koubek Theater (2705 SW 3rd St, Miami, FL 33135).