sábado 15  de  febrero 2025
BIENESTAR

Un cerebro "enamorado" libera hormonas de euforia, afectos y regula el estrés

Cuando una persona se enamora, su cerebro produce dosis de dopamina, oxitocina, vasopresina y cortisol, que ofrecen una plácida sensación

Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

MIAMI.- Un reciente estudio de la Escuela de Medicina de Harvard reveló cómo el cerebro reacciona cuando las personas se enamoran.

Está demostrado que el cerebro libera altas dosis de dopamina, oxitocina, vasopresina y cortisol, generando euforia, apego y vínculos emocionales fuertes, lo que ofrece una plácida sensación.

La oxitocina y la vasopresina, en particular, juegan un papel clave en la estabilidad de las relaciones a largo plazo, reforzando la conexión entre las parejas a través del contacto físico y las interacciones afectivas, sostiene el reporte.

La oxitocina es una hormona que participa en muchos procesos fisiológicos y sociales. Se le conoce como la hormona del amor, ya que promueve la vinculación afectiva.

La dopamina es un neurotransmisor que se produce en el cerebro y que está relacionado con el placer, la motivación y la sensación de recompensa

La vasopresina es una hormona que regula la presión arterial y el balance de líquidos en el cuerpo. También se le conoce como hormona antidiurética (ADH).

El cortisol es una hormona que ayuda al cuerpo a responder al estrés, procesar los alimentos y regular la presión arterial. También se le conoce como la "hormona del estrés".

Investigaciones previas ya habían demostrado que el amor activa ciertas regiones del cerebro relacionadas con el placer y la motivación.

Ahora, con tecnologías como la resonancia magnética funcional (fMRI), los científicos han logrado visualizar con mayor precisión los cambios químicos y neurológicos que ocurren en el cerebro de una persona enamorada.

Estudios científicos del amor

Richard Schwartz y Jacqueline Olds, profesores en la Escuela de Medicina de Harvard y terapeutas de pareja, han dedicado gran parte de su carrera a estudiar las conexiones entre el cerebro y el amor.

Su investigación se suma a la de la antropóloga biológica Helen Fisher, quien hace más de veinte años analizó el amor romántico en 166 sociedades y encontró evidencia de su presencia en 147 de ellas, lo que refuerza la idea de que este sentimiento tiene bases biológicas.

En 2005, Fisher y su equipo obtuvieron las primeras imágenes de fMRI de cerebros enamorados. Al observar fotografías de sus seres queridos, los participantes mostraban una intensa activación en el circuito de recompensa del cerebro, específicamente en el área tegmental ventral y el núcleo caudado.

Estas regiones están estrechamente vinculadas a la liberación de dopamina, neurotransmisor que produce sensaciones de placer y motivación, similar a los efectos de algunas drogas.

Ahora bien, el “enamoramiento” también inhibe ciertas funciones cerebrales relacionadas con el miedo y el juicio social. Este fenómeno explica por qué se suele idealizar a la pareja o ignorar sus defectos al principio de una relación.

Investigaciones de la Universidad de California han demostrado que el mismo circuito de recompensa involucrado en el amor puede influir en otros comportamientos, como la forma en que se maneja el rechazo o el apego emocional.

Estos hallazgos abren la puerta a nuevas investigaciones sobre el amor y su impacto en el cerebro, lo que podría llevar a tratamientos innovadores para mejorar la salud mental y las relaciones humanas. En este San Valentín se puede también, aparte de celebrar el amor y la amistad, reflexionar sobre la complejidad de nuestra biología y cómo moldea nuestras emociones.

FUENTE: UNIVERSIDAD DE HARVARD / DIARIO LIBRE / CRONISTA / DIARIO LAS AMÉRICAS

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