MIAMI.- La diabetes es una enfermedad crónica que se “cocina a fuego lento” antes de detectarse, y aunque suele ser hereditaria, se puede adquirir a través de los años, dependiendo del estilo de vida de cada persona.
Aunque las personas con antecedentes familiares tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes, cualquiera la puede adquirir, dependiendo del estilo de vida
MIAMI.- La diabetes es una enfermedad crónica que se “cocina a fuego lento” antes de detectarse, y aunque suele ser hereditaria, se puede adquirir a través de los años, dependiendo del estilo de vida de cada persona.
Hoy afecta a al menos 537 millones en el mundo, entre 20 y 79 años, una cifra que se estima incremente a 643 millones en 2030 y a 783 millones en 2045, según estimaciones de la Federación Internacional de Diabetes.
En el diabético, los niveles de glucosa o azúcar en la sangren suelen ser más altos. En estas personas, el páncreas no produce la suficiente insulina o no la utiliza de la manera correcta para permitir que la glucosa en la sangre ingrese a las células del organismo y sea usada como energía, lo que hace que permanezca en el torrente sanguíneo, llegando a causar problemas graves de salud.
Pese a que es una enfermedad que avanza rápido, impulsada principalmente por la “pandemia de obesidad”, con educación, se puede prevenir y controlar a tiempo y correctamente para evitar afectaciones que pongan en riesgo la vida del paciente.
“La diabetes es una enfermedad compleja, pero también ‘simple’ a la vez. Compleja cuando se trata mal, y simple cuando se educa y la persona entiende y aprende”, explica la endocrinóloga y diabetóloga, Nancy Salaverría, expresidenta de la Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo, en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS.
La diabetes se divide desde hace varios años en la diabetes tipo 1, diabetes tipo dos y diabetes gestacional, que se produce durante el embarazo.
La tipo 1, explica, es más frecuente en niños, adolescentes y adultos jóvenes, aunque un adulto y una persona de la tercera edad también puede presentar diabetes tipo 1. En esta clasificación, el páncreas, que es el órgano que produce la insulina, la hormona encargada de trasladar la glucosa en el torrente sanguíneo a las células, "pierde su capacidad" de producirla, por lo que los niveles de azúcar en la sangre se elevan, provocando problemas de salud.
“Esta diabetes desafortunadamente es la que es más frecuente en el niño, en el adolescente y en los jóvenes. Y siempre necesita y amerita del reemplazo de insulina porque el páncreas se enfermó y no la produce”, señala.
Afortunadamente, recalca Salaverría, existe la insulina en el mercado médico, por lo que se cuenta con un tratamiento eficaz para tratar la diabetes. Este maravilloso descubrimiento, que se convirtió en la esperanza de vida de millones de personas en el mundo, lo hicieron el profesor Frederick Banting y su estudiante asistente Charles Best en el verano de 1921 en la Universidad de Toronto, en Canadá.
La insulina que extrajeron los investigadores de la páncreas de un perro, fue inyectado a una cachorra diabética llamada “Marjorie”, a la que se le logró reducir la glucemia en dos horas. Meses después, en enero de 1922, Leonard Thompson, un niño de 14 años con diabetes severa, se convirtió en el primer paciente en recibir una inyección de insulina en humanos, dando paso a millones de pacientes en más de 100 años a llevar una vida “normal”.
En honor a Banting, desde 1991 se celebra el Día Mundial de la Diabetes el 14 de noviembre, aprobado oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2006, con la finalidad de crear conciencia, con campañas de información y prevención para cuidar la salud de las personas.
La diabetes tipo 2 es la forma más frecuente en adultos y suele estar asociada más con la obesidad, aunque se desarrolla principalmente, en personas con familiares que hayan tenido diagnósticos de diabetes previamente.
“La obesidad, que es una pandemia catalogada como tal, es la causante de muchas enfermedades y disparadora de la diabetes en aquel que tiene la herencia para desarrollarla”, indica la endocrinóloga.
También existe la diabetes gestacional, que se desarrolla durante el embarazo. Esta afecta a mujeres con sobrepeso, que tengan herencia de diabetes en la familia. "Hay mujeres que tienen familiares con diabetes, que nunca se les ha despertado, salen embarazadas y les aparece la diabetes, que es bastante incómoda. Hay que tratar de controlarla lo máximo posible para que no tenga problemas en el feto”, señala.
En este caso, agrega, muchas de las pacientes solo tienen problemas para producir la insulina necesaria durante los meses de gestación, por lo que solo padecen esta enfermedad los nueve meses del embarazo. No obstante, hay casos en los que la madre termina padeciendo diabetes de por vida.
La gran duda para muchas personas es si la diabetes es hereditaria o puede adquirirse en cualquier momento. La doctora explica que, así como puede heredarse, cualquier persona puede adquirirla a lo largo de los años, principalmente si no lleva un estilo de vida saludable.
No obstante, las personas cuyos familiares padecen o han padecido diabetes tiene mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad, especialmente, si proviene de la rama materna. “Siempre que haya un diabético en la familia, uno tiene que estar alerta”, subraya.
“Con la educación de la persona, tú lo puedes prevenir (tipo 2), manteniendo un peso adecuado, haciendo ejercicio por lo menos tres veces a la semana, una alimentación sana y no abusando del alcohol”, menciona, aunque descarta que la “espinita hereditaria” siempre esté presente en el paciente.
La diabetes tipo 1, sin embargo, no se puede prevenir al ser más un “sufrimiento que se da en el páncreas”, que no produce la insulina que se necesita para controlar los niveles de azúcar en la sangre.
La educación y el estilo de vida de las personas juega un papel fundamental a la hora de desarrollar diabetes y tratarla de manera adecuada para evitar otras afectaciones de la salud, como enfermedades cardíacas, oftalmológicas o renal.
Lo primero es estar atento a las manifestaciones del cuerpo para detectarlo a tiempo. Tres señales de alerta, que no deben desestimarse son, cuando el paciente orina con más frecuencia de la habitual, una reacción que hace el mismo riñón para tratar de reducir los niveles de glucosa en la sangre; la pérdida de peso inadvertida y sin causa aparente, y las pequeñas infecciones en rasguños o heridas.
“Deben tener cuidado. No desoigamos o desatendemos a las infecciones pequeñas porque pueden ser una manifestación de que se está cocinando una diabetes”, advierte.
Salaverría recomienda un mínimo de una revisión médica al año con exámenes de laboratorio, que incluyan uno de hemoglobina glicosilada A1c (HbA1c) para conocer los niveles de glucemia y un test de test de tolerancia a la glucosa si está alta, para descartar la diabetes o la prediabetes. “Como especialistas, debemos buscar la prediabetes. De manera que anticipamos y tratamos para que no haya un problema”, agrega.
Lo ideal, resalta, es que los pacientes acudan a un endocrinólogo una vez que se detecta la prediabetes o la diabetes, para que pueda prevenir su desarrollo o recibir el tratamiento correcto para controlarlo.
También aconseja tener un estilo de vida saludable, con una dieta balanceada, libre de frituras, alimentos procesados y con reducidas dosis de azúcar; así como con mínimo 30 minutos de ejercicios al menos tres días a la semana, para “gastar calorías, reforzar los músculos y a evitar la aparición de otras enfermedades, como osteoporosis”.
“No es no comer azúcares, es dosificarlos”, explica. Consumir, por ejemplo, pequeñas dosis de una tableta de chocolate durante una o dos semanas.
Agrega, además, que, aunque los refrescos son el principal “veneno” aceptado por la sociedad, los refrescos sin azúcar puede ser una opción, en pequeñas cantidades.
“La educación, en todos los tipos, es la clave fundamental. Si uno educa al paciente desde su comienzo o cuando asiste a la consulta buscando otras opiniones, y les hace ver que nada le impide desarrollar su vida normal (...) La mujer puede casarse y tener hijos, siempre que la diabética esté bien controlada al salir embarazada y durante el embarazo”, enfatiza.
@ebritop22