MIAMI.- Los hijos con padres que han sufrido de sobrepeso son seis veces más propensos a padecer obesidad durante la edad adulta, según un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad Ártica de Noruega (UIT).
Investigadores de la Universidad Ártica de Noruega descubrieron que el estado de peso de los padres puede predecir si los hijos serán obesos en la edad adulta
MIAMI.- Los hijos con padres que han sufrido de sobrepeso son seis veces más propensos a padecer obesidad durante la edad adulta, según un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad Ártica de Noruega (UIT).
El sobrepeso y la obesidad son una acumulación anormal o excesiva de grasa que es perjudicial para la salud y es causante de otras afecciones como presión arterial alta, diabetes, colesterol alto, niveles altos de triglicéridos, y enfermedad coronaria.
En Estados Unidos, actualmente cerca de 40% de los adultos y 18,5% de los niños y adolescentes padecen de obesidad. En menos de dos décadas, la tasa de obesidad entre los adultos estadounidenses aumentó 30%, mientras que entre los menores se elevó a 33%, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Esta investigación que será presentada en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO 2024), que se realizará en Venecia en mayo, mostró una fuerte asociación entre la obesidad en los padres a la edad de 40 y 59 años y el sobrepeso de sus hijos de la misma edad.
“Estos hallazgos demuestran que la conexión establecida entre la obesidad infantil y el peso de los padres no desaparece a medida que el niño crece", señaló la autora principal Mari Mikkelsen, del Departamento de Medicina Comunitaria de la Universidad Ártica de Noruega.
Para llevar a cabo el estudio, el equipo de Mikkelsen evaluó los datos de peso y talla de 2.068 tríos de padres e hijos, recolectados durante 59 años de análisis del Estudio Tromso, un estudio de salud poblacional en curso.
Todas los hijos tenían entre 40 y 59 años cuando participaron en la séptima fase del Estudio de Tromso realizada entre el año 2015 y 2016, cuyos padres participaron en la cuarta etapa del mismo estudio entre 1994 y 1995 cuando tenían entre 40 y 59 años.
Los resultados se ajustaron por sexo de los hijos y por edad, educación y nivel de actividad física de los padres y los hijos, según indica el informe.
Los hallazgos revelaron que el índice de masa corporal (IMC) de un padre influía directamente en el IMC de su hijo. El IMC de los hijos aumentó 0,8 unidades por cada incremento de 4 unidades en el IMC de la madre y en 0,74 unidades por cada crecimiento de 3,1 unidades en el IMC del padre.
El IMC es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos.
Además, los investigadores encontraron que cuando ambos padres vivían con exceso de peso (un IMC de 30 Kg) en la edad media, se triplicaba el riesgo de que sus hijos desarrollaran obesidad cuando llegaran a la adultez, en comparación a las personas con progenitores que se mantenían en el rango de peso normal (un IMC de entre 18,5 y 24,9 kg).
Por otra parte, las probabilidades también aumentaron cuando solo uno de los padres tenía un aumento de peso notable. Mientras que cuando solo la madre era obesa, los descendientes presentaban un 3,44 más de probabilidades de vivir con obesidad, y para los padres fue de un 3,74.
Los expertos manifestaron que los genes son uno de los distintos factores que desempeñan un papel importante, debido a que pueden afectar la susceptibilidad al aumento de peso “e influir en la respuesta a entornos que pueden llevar a la obesidad en los que puede ser fácil comer de forma poco saludable".
"Algunos estudios también especulan que los niños tienden a desarrollar hábitos dietéticos y de ejercicio similares a los de sus padres cuando todos viven juntos bajo el mismo techo, lo que resulta en un estado de IMC similar", añadieron.
Aseveraron que la obesidad en la infancia y especialmente en la adolescencia suele afectar al individuo hasta la edad adulta temprana, “por lo que es posible que también lo haga hasta la mediana edad, mucho tiempo después de haber abandonado el hogar”.
Precisaron que este análisis no puede establecer si esto se debe a los genes o al medio ambiente. "Sin embargo, lo más probable es que se trate de una combinación de ambos”.
Según el grupo de científicos, los resultados que reflejan que la obesidad se transmite entre generaciones puede persistir hasta la edad adulta “subrayan la importancia de tratar y prevenir la obesidad, una condición que contribuye significativamente a la mala salud y la muerte prematura".
Finalmente, sostuvieron que el trabajo sienta las bases para la investigación de factores que influyen en la transmisión intergeneracional de la obesidad y que pueden abordarse para evitar que los niños y adolescentes con padres afectados por la obesidad pasen toda su vida siendo víctimas de esta enfermedad.
@Lydr05
FUENTE: Con información de la Universidad Ártica de Noruega y Health Day