miércoles 29  de  enero 2025
SALUD

El Síndrome de la Auto-Percepción Sesgada, una alarma sociológica

¿Hasta qué punto es legítimo que una persona adopte una identidad basada únicamente en su percepción subjetiva?

Por DR. LUIS MONTEL

El fenómeno de la auto-percepción sesgada ha experimentado un aumento significativo en los últimos años, y sus manifestaciones son cada vez más diversas y llamativas. Desde la percepción de género, pasando por la auto-percepción de edad (personas que se perciben como niños o niñas), hasta llegar a la auto-percepción de ser animales o incluso objetos materiales como coches y radios. Este fenómeno plantea importantes interrogantes y desafíos en el ámbito sociológico, y se desarrolla en un contexto donde las redes sociales juegan un papel fundamental en la difusión de estas ideas.

La auto-percepción y su diversidad

La auto-percepción sesgada se refiere a la discrepancia entre la identidad interna de un individuo y las características físicas u objetivas reconocidas socialmente. Un ejemplo claro es la auto-percepción de género, donde individuos se identifican con un género diferente al asignado al nacer. Este tipo de auto-percepción ha ganado visibilidad y reconocimiento social, y ha abierto el camino para otras formas de auto-percepción.

Uno de los desarrollos más recientes es la auto-percepción de edad, donde adultos se identifican como niños o niñas, a pesar de su edad cronológica. Esta forma de auto-percepción plantea preguntas sobre la naturaleza de la identidad y los límites de la percepción personal. ¿Hasta qué punto es legítimo que una persona adopte una identidad basada únicamente en su percepción subjetiva?

Además, se han reportado casos de individuos que se perciben como animales (conocido como therianthropy) o incluso como objetos inanimados. Estas formas de autopercepción son aún más controvertidas y pueden ser vistas como extremos del espectro de la identidad personal.

Impacto de las redes sociales

Las redes sociales han sido un catalizador importante para la difusión de estas formas de autopercepción. Plataformas como Instagram, TikTok y Twitter permiten a los individuos compartir sus experiencias y encontrar comunidades afines. Esto ha llevado a una mayor visibilidad y aceptación de identidades no convencionales.

Sin embargo, el papel de las redes sociales no es únicamente positivo. También se ha argumentado que estas plataformas pueden perpetuar y amplificar desequilibrios de la personalidad, alentar comportamientos extremos y generar una percepción distorsionada de la realidad. Las redes sociales, en su búsqueda de contenido novedoso y atractivo, pueden fomentar la normalización de estas autopercepciones como actos de libertad social, cuando en realidad pueden ser síntomas de problemas psicológicos más profundos.

Actuación política y consecuencias sociológicas

En este contexto, la actuación política de los gobiernos juega un papel crucial. Algunos gobiernos han incentivado la inclusión de grupos de activistas de ideología de género en los colegios, permitiendo que influyan en el desarrollo de los niños. Esta intervención ha sido vista por algunos como una forma de promover la diversidad y la inclusión, mientras que otros la consideran una interferencia en el desarrollo normal de la infancia.

La caída estrepitosa de la natalidad, el aumento del fracaso escolar, la disminución de la entrada a carreras universitarias y la fuga de profesionales son fenómenos que se han observado en paralelo a estas políticas. Estos problemas se agravan en un contexto de deuda con Europa y otros países, que podría afectar a varias generaciones futuras. Además, los jubilados podrían verse obligados a pagar las consecuencias de estos desastres económicos y sociales.

En resumen, el síndrome de la autopercepción sesgada es un fenómeno complejo y multifacético que refleja cambios profundos en la manera en que los individuos se perciben a sí mismos y en cómo interactúan con la sociedad. Las redes sociales han jugado un papel crucial en la difusión de estas ideas, al mismo tiempo que plantean desafíos y riesgos.

La actuación política de los gobiernos, al permitir la influencia de activistas en los colegios, ha contribuido a la transformación del desarrollo infantil y ha generado consecuencias sociológicas y económicas significativas.

Es esencial abordar este fenómeno con una perspectiva equilibrada, reconociendo tanto las oportunidades para la auto-expresión y la diversidad, como los posibles desequilibrios de la personalidad y las consecuencias negativas para el tejido social.

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