Dr. Simón: "La alimentación es el lienzo donde se va a escribir tu futuro"

Además de hacerse una revisión anual, se recomienda seguir un estilo de vida saludable. Sobre este aspecto, DIARIO LAS AMÉRICAS consultó al Dr. Simón Álvarez, veterinario, médico cirujano, y Magíster Scientiarum en nutrición y dietética vegetariana. Su experiencia como sobreviviente de cáncer le hizo adentrarse en el estudio de la enfermedad, y actualmente orienta a personas que desean tener una vida más sana.

Según explicó, “la célula cancerígena, si vamos a la historia de dónde viene, era una célula normal que está siendo agredida con factores medioambientales (nuestro comportamiento, el estrés, problemas, mala alimentación), y uno de los mecanismos de supervivencia de esta célula es mutar a una célula que soporte todo ese daño. Y esas mutaciones, esos errores en la genética, son los que dan estas células cancerígenas”.

El galeno, que sobrevivió a un cáncer con metástasis en ambos pulmones, detalló las peculiaridades de la enfermedad: “El cáncer es una enfermedad multifactorial. No solamente los genes son protagonistas; también el medio ambiente al que nos exponemos. De hecho, el 95% de los casos de cáncer está atribuido a la exposición a factores medioambientales que nos disparan la enfermedad: contaminación, abuso de alimentos procesados, abuso de carnes procesadas, un sinnúmero de sustancias, incluso el agua si está contaminada”.

Sobre este último aspecto profundizó: “Las aguas en plástico tienen bisfenol A. Los médicos promovemos que se consuma agua, pero hay personas que dejan la botella de agua en el carro, se calienta y el bisfenol A que libera el plástico es un disruptor hormonal super peligroso. Siempre digo que traten de usar botellas de vidrio. También la exposición a químicos de limpieza. Son muchas cosas, pero todas van sumando”.

Como constató: “Si bien es cierto que podemos heredar genes que nos predisponen a un sinnúmero de enfermedades, sea cáncer, diabetes, también es cierto que nuestro estilo de vida puede cambiar la expresión o no de estos genes”. Como constató: “Si bien es cierto que podemos heredar genes que nos predisponen a un sinnúmero de enfermedades, sea cáncer, diabetes, también es cierto que nuestro estilo de vida puede cambiar la expresión o no de estos genes”.

“Puedes heredar, por ejemplo, el gen BRCA1 o BRCA2, que predisponen o dan altas probabilidades de padecer cáncer de mama. Pero si tú tienes una muy buena alimentación y estilo de vida, gracias a la epigenética (factores medioambientales que influencian la expresión o no de los genes), hoy conocemos que esos genes se pueden silenciar. Es muy común esto de los genes BRCA, muchas pacientes se acercan a mí con esta preocupación porque se hicieron la prueba para la detección de mutación de estos genes, y los portan. Entonces me dicen: ‘ya quiero empezar a hacer las cosas bien’. Y sí, a medida que hagamos mejor las cosas, en esa misma medida vamos a disminuir las probabilidades de que suceda”, afirmó el doctor, que tiene experiencia de trabajo con células cancerígenas en laboratorios.

Alimentación contra el cáncer

“Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina”, decía Hipócrates. En esa línea, el Dr. Simón resaltó que la alimentación es el lienzo donde se va a escribir la historia de tu futuro. Mientras más limpia sea tu alimentación, más bonito va a ser el futuro”.

El doctor, que lanzará próximamente su libro Cómo alimentarse contra el cáncer, ofreció una lista de alimentos que ayudan en la prevención de la enfermedad.

Aliados

1. La soya. Es muy controversial, porque por muchos años se les sacó de la dieta a las pacientes con cáncer de mama por un conocimiento inadecuado de la biología molecular en el pasado. Se castigó a la soya por la molécula fitoestrógeno. Sabemos que los estrógenos, en algunos tipos de cáncer de mama y de próstata, no son tan convenientes. Pensamos que el fitoestrógeno se comportaba igual, y resulta que no se comporta igual. Las mujeres que comían mucha soya durante la quimioterapia tenían significativamente más probabilidades de sobrevivir. Los fitoestrógenos de la soya anclan al receptor de estrógenos y lo bloquean para que los estrógenos que no nos convienen no se puedan anclar. La soya es uno de los grandes aliados, y siempre le recomiendo a las pacientes con cáncer y a las personas que quieren prevenir el cáncer, que aprendan a preparar tofu.
2. Los vegetales crucíferos. Las crucíferas. El brócoli, el kale, son maravillosos. Además de clorofila y minerales tienen fitoquímicos con grandes potenciales antioxidantes y anticancerígenos. Todas esas sustancias que están en ese verdor perfecto se llaman glucosinolatos, y tienen el potencial de inducir el suicidio de células cancerígenas. A lo largo de nuestra vida, muchas veces producimos células cancerígenas y no nos damos cuenta, gracias a Dios, la mayoría de las veces nuestro sistema inmunológico logra reconocerlas, o producto de nuestra alimentación la célula se autoreconoce como maligna y se suicida. A esto se le llama apoptosis celular. Algunas células cancerígenas son muy astutas y apagan ese sistema.
3. El té verde. Gran antioxidante, tiene polifenoles muy poderosos y anticancerígenos. Es ampliamente estudiado que las personas que consumen té verde tienen grandes escudos contra el cáncer. Ahora, no puede combinarse con fuentes de hierro: el té verde tienes que separarlo de las comidas porque no deja que se absorba bien el hierro de esas comidas.
4. En las frutas, las berries (bayas). Blueberries (arándanos), raspberries (frambuesas), fresas, son unas de las top. Obviamente la papaya y la piña también son muy buenas, pero las berries tienen que estar. Son un regalo por la antocianina que tienen, con gran poder antioxidante.
5. La linaza. También tiene un fitoestrógeno parecido al de la soya.
6. Las legumbres. Frijoles, garbanzos, lentejas. Me gusta mucho recomendarlas.
7. Los hongos: Ganoderma lucidum y Trametes versicolor. De estos dos hongos traje unas esporas de China cuando me enfermé, y creé unas cápsulas que empecé a regalar a la gente que estaba en quimioterapia conmigo, y los resultados fueron espectaculares.

Enemigos

“El alcohol, el cigarrillo, el abuso de carnes procesadas (que han sido sometidas a salado, curado, o ahumado), como las salchichas, el prosciutto, jamones. Los lácteos: he visto en laboratorios cómo cuando a los animales se les da caseína de la leche se triplica la metástasis, especialmente en cáncer de próstata y mama. Creo que es una buena idea bajar el consumo de lácteos, quesos, mantequilla. Para el becerro la leche de vaca es perfecta porque necesita crecer, pero para nosotros es una carga de hormonas que aumenta la probabilidad de cáncer”, destacó.

Actividad física

¿Cómo puede un estilo de vida activo contribuir a la prevención del cáncer de mama? El ejercicio es determinante. En palabras del Dr. Simón, “la obesidad aumenta el 30% de las probabilidades de tener la enfermedad. El tejido adiposo tiene producción de hormonas que estimulan la multiplicación rápida de células en la glándula mamaria y que aumenta las probabilidades de cáncer de mama y de cualquier otro tipo”.

Aconsejó “tener un nivel de masa muscular adecuado, mantener actividad física, caminar 30 minutos al día, o hacer ejercicios de más intensidad tres veces a la semana”. Como dijo, “es importante el levantamiento de peso, porque mientras más masa muscular tenemos, este tejido consume calorías y tejido graso”.

“Cada vez que tomamos una decisión inteligente estamos alejándonos de la enfermedad. Cada vez que nos volvemos locos a comer procesados, comida rápida, estamos comprando más tickets para la enfermedad”, acotó.