“El cáncer de próstata, en su primera etapa, no genera síntomas y esto es muy importante hacerlo saber. No hay un tiempo determinado entre su presencia y manifestación, porque cuando el cáncer está comenzando a aparecer no duele, no produce dolor, pero cuando se presentan síntomas es porque ya está allí”, advirtió la especialista con años de experiencia en hospitales de referencia.
Este tipo de carcinoma es uno de los cinco primeros predominantes en los hombres, luego del pulmón, colon, estómago y páncreas, que ocasionó la aparición de unos 270,000 nuevos casos y 34,500 muertes en 2023, en Estados Unidos, según la Sociedad Americana de Urología.
La OMS reportó ese año 1,470,000 nuevos casos y 400,000 fallecimientos a escala mundial.
Pero la incidencia y la mortalidad están aumentando debido a factores de riesgo y también por un mayor número de diagnósticos, según Arias. La desinformación sobre los síntomas asociados y el tabú respecto al examen urológico repercuten en esos resultados.
Síntomas asociados al cáncer de próstata
Según Arias, los síntomas asociados a la enfermedad son ardor y molestia al orinar, eyaculación u orina con sangre, desaguar mucho de noche, pujar para hacerlo, sensación de vaciado incompleto, goteos, y necesidad de una sonda para orinar, entre otros.
“Esos son síntomas de alarma de que hay algo en la próstata y hay que descartar”, dijo, aunque no una alteración morfológica en el paciente eleve el antígeno prostático.
“De allí, la importancia de que en el momento del examen físico se haga un tacto rectal, el cual permite determinar cuál es la consistencia de la próstata, si hay tumoraciones o si la forma es irregular”.
La especialista insistió en la necesidad del examen del antígeno prostático (a través del examen de sangre) y del tacto rectal sobre todo en hombres a partir de 40 años de edad con antecedentes familiares, y entre los 45 años y 50 años de edad sin antecedentes. “Con ese examen verificamos que la próstata no esté dura, que no haya tumoraciones o no esté irregular”.
Además, de los síntomas relacionados, Arias mencionó la prostatitis, una inflamación de la próstata que se puede aparecer por procesos infecciosos o traumáticos, especialmente en pacientes que manejan moto.
“No tiene que ver directamente con cáncer de próstata, pero puede simular los síntomas o alterar el antígeno prostático. Y ese es uno de los diagnósticos diferenciales en el momento del examen físico”, aclaró.
Destacó la uróloga que un problema real para enfrentar los síntomas a tiempo es la desinformación de los hombres acerca del cáncer de próstata.
“No existe la cultura, como la hay en la mujer de acudir al ginecológico una vez al año a partir de los 18 años. Pero además está el tabú a la consulta, los pacientes siempre piensan que el momento en que van al urólogo es una transgresión a su hombría, el miedo al tacto rectal y al examen prostático hacen que ellos no acudan oportunamente a la consulta”.
Tratamientos para la cura
Arias agregó que si en el hombre aparecen síntomas como el dolor óseo y muscular se debe a que “el cáncer de próstata ya está metastásico”. El resto de los síntomas están vinculados al crecimiento prostático que puede estar o no asociado a la enfermedad.
“Si existen síntomas prostáticos lo recomendable es ir a la consulta especializada para hacer un antígeno prostático total y libre; que el urólogo que evalúa pueda hacer estudios, bien sea el ecosonograma prostático para evaluar el tamaño de la próstata, u otro examen si el paciente lo amerita según sus síntomas.
De ser necesario, si tenemos un tacto rectal patológico y un antígeno prostático elevado, y hay sospecha de cáncer practicamos una biopsia prostática”.
Los valores normales de antígeno en Venezuela son entre 0.1 y 2.5, según estudios a través de la Sociedad de Urología, pero a nivel mundial descrito es entre 0.1 y 4, según guías europeas y americanas. El nivel de alarma es mayor de 4. Con un tacto rectal patológico hay que hacer una biopsia prostática.
Precisó que existen tres líneas de tratamiento para los pacientes con cáncer de próstata, según las características que estos reporten.
Uno, es el tratamiento farmacológico a través de un bloqueo hormonal; otro, el tratamiento quirúrgico dependiendo de las características del paciente y de la biopsia; y el tercero, en pacientes no operables en los que no ha habido buena respuesta se plantea quimioterapia y radioterapia.
¿Efectos secundarios?
“Una cosa importante a tomar en consideración es la prostatectomía radical, una cirugía de erección que es curativa, según el paciente. Esta cirugía prostática consiste en retirar todo el tejido cancerígeno de la próstata y darle cura al paciente”.
Y precisó que este procedimiento, que se realiza con frecuencia cuando el cáncer aún no se ha propagado más allá de la próstata, no resulta incapacitante.
“Siempre hay una probabilidad en todas las cirugías urológicas de que haya algún efecto secundario, como sería la incontinencia urinaria o la disfunción eréctil, y eso hay que explicárselo bien al paciente en términos de riesgo-beneficio. Si existe un cáncer de próstata y hay posibilidad de una cirugía curativa, pero también de un efecto secundario que luego puede ser tratable, hay que considerarlo. Pero normalmente esos efectos secundarios no se producen en todos los pacientes”, advirtió.
Arias tiene un argumento esencial para sus pacientes.
“Uno de cada 10 hombres tienen probabilidad de hacer cáncer de próstata y eso aumenta con la edad, pero de cada 10 pacientes con cáncer de próstata solamente uno muere como consecuencia de la enfermedad. Los otros nueve tienen una enfermedad curable o controlable que nos permite que sean longevos y están controlados in eventualidad”.
[email protected]
Uróloga johanna Arias_Cortesía (1).jpg
FUENTE: Entrevista a Johanna Arias, uróloga