sábado 14  de  diciembre 2024
RELACIÓN BILATERAL

Venezuela y Siria, una alianza de conveniencia, entre petróleo y narcotráfico

La caída de Bashar al Asad replantea las relaciones entre los dos países marcadas por una enemistad común con EEUU y negocios turbios en manos de Hezbolá

Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

MIAMI.- El 26 de junio de 2010, el gobernante de Venezuela, Hugo Chávez, recibió por primera vez en el Palacio de Miraflores a Bashar al Asad a casi 10 años de ser elegido presidente de Siria, en comicios donde no tuvo oponentes. La visita abrió paso a una opaca relación entre los dos países.

Con el paso del tiempo, entre Venezuela y Siria se tejió una alianza por conveniencia, más que por tradición, que con al Asad tuvo decisivos puntos de encuentro, a pesar de la distancias geográficas entre los dos gobiernos, según un analista político. Entre ellos los puntos en común fueron la animadversión hacia Estados Unidos, la alianza con Rusia y el narcotráfico.

Un colaborador de Chávez habría propiciado aquel encuentro entre Al Assad y el mandatario venezolano para consolidar los intereses estratégicos.

“El padre de Tarek El Aissami (exministro de Petróleo de Venezuela), de origen sirio-chiíta, abrió la puerta a esa visita de al Assad, con la que también se aseguró el camino y contacto Irán y la Guardia Revolucionaria Islámica (iraní), y allí se desató el contacto con Medio Oriente”, afirma el analista Joseph Hage, experto en Medio Oriente y Terrorismo.

Aunque Chávez durante el acto presidencial le otorgó la réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar, símbolo de patriotismo venezolano, y lo elogió como “un líder comprometido”, al Assad no se sintió en principio implicado con el venezolano. “Él, muy astuto, no se quería meter en la vecindad de Estados Unidos con Venezuela, para que no ver amenazado su gobierno, pues sabía que aquel país podía desestabilizarlo en cualquier momento”, según Hage.

Años después, al Assad no solo recibió sanciones de Estados Unidos, que pidió su dimisión junto a la UE en 2011, sino que ha sido derrocado durante su tercer mandato de siete años, por fuerzas rebeldes que pusieron fin a un régimen dinástico sanguinario de 54 años.

Nicolás Maduro sigue los pasos de Chávez, según Hage. Hace unos días, afirmó que el régimen de Venezuela apoyaba a Siria en su “lucha contra el terrorismo y sus países patrocinadores”, tras señalar que el objetivo de Occidente era debilitar el poderío de al Asad.

Venezuela y Siria, puntos en común

Hage, experto libanés en temas de regímenes autoritarios, analiza las relaciones de Venezuela y Siria y su “alianza por conveniencia”.

La alianza reposa en la enemistad hacia Occidente, la animosidad hacia EEUU por su influencia determinante en el Medio Oriente.

"En aquel tiempo, Chávez vio que Occidente estaba cerrado para él, EEUU y sus aliados, y los negocios para Venezuela estaban allí, entonces tenía que buscar alianza en otro lado”, aduce.

Sin embargo, destaca otros puntos estratégicos para ambos países, pero “cada uno por una causa diferente”. Señala a Rusia, aliado de ambos regímenes, como uno fundamental.

Rusia ve en Siria un aspecto estratégico, pues le permitiría tener una base naval en el Mediterráneo y también aérea, una aspiración que no la tendría fácil en Venezuela, según dice. “Rusia, por razones de distancia, no puede tener una línea de abastecimiento permanente sin interrupciones para sus aviones”, explica Hage.

Menciona que Rusia podría tener en Venezuela el objetivo, a largo plazo, de tener contratos de exploración de petróleo y gas, como los tiene con Siria, pero un problema es la falta de producción en la estatal PDVSA.

Otro aspecto compartido por Siria y Venezuela es su posición anti Israel, con diferencias.

La enemistad del gobierno sirio hacia Israel, por los territorios ocupados, no tiene la misma causa en Venezuela. “Allí no existe nada que tenga que ver con la causa palestina, como la llaman los sirios”.

Otro aspecto compartido por los dos regímenes autoritarios es el uso de la “mano férrea” contra opositores. Ambos son cuestionados por violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, de acuerdo con las denuncias similares en la Corte Penal Internacional (CPI).

Sin embargo, destaca diferencias entre uno y otro país. “En Siria, el régimen cumplió 54 años, mientras que la dictadura de Venezuela tiene fecha más reciente. Además, esta última es una dictadura de poder, de dinero, no es sectaria por religión como es en Siria, donde la minoría alauita (rama del islam) gobierna a la mayoría sunita y otras secciones minoritarias”.

AFP__ rusia - Bashar Al Assad - Putin
En esta fotografía compartida por la agencia estatal rusa Sputnik el 25 de julio de 2024, el gobernante de Rusia, Vladimir Putin (der.), estrecha la mano del dictador de Siria, Bashar Al Assad, durante su reunión en el Kremlin en Moscú el 24 de julio de 2024.

En esta fotografía compartida por la agencia estatal rusa Sputnik el 25 de julio de 2024, el gobernante de Rusia, Vladimir Putin (der.), estrecha la mano del dictador de Siria, Bashar Al Assad, durante su reunión en el Kremlin en Moscú el 24 de julio de 2024.

Narcotráfico, base de la alianza

“Lo que une a los dos países y es la base de la alianza entre Venezuela y Siria es el narcotráfico y la acción de Hezbolá”, asegura Hage.

“El régimen de Siria controla el territorio de Maher al Asad, hermano del expresidente Bashar, que maneja el imperio del Captagon, la anfetamina con la que inundó al mercado internacional y que le dio un ingreso de 5,000 millones de dólares en un año, según The Wall Street Journal. Mientras, en Venezuela, la narcodictadura controla la cocaína”.

Y prosigue: “El intermediario que opera en los dos países es Hezbolá, bien sea llevando droga a Europa y a EEUU o lavando dinero con el sistema bancario libanés que ya está cerrado para este grupo (musulmán-chií-libanés), pero que también tiene a África y otros países para lavar dinero para la dictadura de Venezuela y la exdictadura siria”.

Explica que la operación entre Hezbolá, la Guardia Revolucionaria iraní, y factores de América Latina inició a través de contactos que llegaron como inmigrantes a la región para establecer vínculos con las “familias”.

En Venezuela, específicamente, “personas nacidas allí de origen chií-libanés o árabe-sirio comenzaron a operar a un nivel muy alto porque vieron la cantidad de dinero que podían hacer a través de la droga o el lavado, ante gobiernos permisivos”. Señala a dos personeros del régimen venezolano.

Hezbolá se va del país

En octubre pasado, la OFAC designó a tres personas implicadas en la producción y el tráfico ilegal de Captagon que ha beneficiado al régimen de Bashar al-Assad y a sus aliados, incluido Hezbolá, según el comunicado que señala que el comercio ilegal de Captagon se ha convertido en una empresa ilícita de miles de millones de dólares operada por altos miembros del régimen sirio”.

Hage tiene información de que las células de Hezbolá están saliendo de Venezuela y otras se organizan “porque saben que Maduro no los va a proteger”.

La caída de al Asad representa un duro golpe para el régimen venezolano, asegura: “Creo que al menos esto no dejará a Maduro dormir tranquilo”, dice.

“Cuando a Vladimir Putin le garantizaron su interés en Siria, sin importar quién estuviera, tendría su contrato de gas, petróleo, base naval y aérea, el ruso levantó la mano en protección de al Asad y este cayó en 11 días”, precisa.

Y agrega: Lo mismo puede ocurrir en Venezuela. Si Estados Unidos con Donald Trump le asegura a Rusia y a China que sus intereses quedan intactos, entonces les levantarán la mano y todo termina. Todo es posible con Trump. No se sabe si será pronto o no, pero Maduro tiene los días contados en Venezuela”.

FUENTE: Entrevista Joseph Hage, analista experto en Medio Oriente y Terrorismo

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