MIAMI.- Diversos países europeos han expresado su apoyo a la iniciativa de Suecia para revisar el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación (ADPC) entre la Unión Europea y Cuba, tras considerar que, pese a la existencia de esa alianza y sus compromisos, la represión contra el pueblo y las violaciones a los derechos humanos en la isla persisten sin cambios.
La clara postura del Gobierno sueco quedó reflejada en una respuesta oficial del ministro de Cooperación al Desarrollo y Comercio Exterior, Benjamin Dousa, al legislador Björn Söder, en la que reafirmó que su país no solo defiende la revisión del acuerdo, sino que también promoverá el cese del financiamiento de la UE a la dictadura castrista.
En efecto, el ministro Dousa confirmó que su gobierno mantiene conversaciones con otros países europeos para consolidar una posición común y reforzar la presión sobre la Comisión Europea.
Aunque no mencionó nombres específicos, en los últimos años países como Polonia y República Checa han adoptado posturas más críticas hacia el castrismo. Entretanto, en España la propuesta liderada por Suecia, de la mano de la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), ha encontrado respaldo en algunos sectores.
Desde que entró en vigor en 2017, el ADPC ha facilitado la cooperación entre la UE y Cuba, incluyendo fondos de desarrollo que, según críticos del acuerdo, han fortalecido al aparato estatal en la isla sin generar avances en materia de derechos humanos o apertura política.
En ese sentido, Suecia ha manifestado reiteradamente su preocupación por esta situación y ha insistido en que los fondos europeos no deben destinarse a actores estatales o entidades vinculadas al régimen cubano.
Roles importantes
El gobierno sueco considera que la mejor vía para rescindir el acuerdo es a través de la Comisión Europea y la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas.
Dousa subrayó que su gobierno priorizará el diálogo con estas instancias para que la UE adopte una postura más firme y deje de financiar indirectamente a la dictadura cubana.
En el Parlamento Europeo, el apoyo a una línea más dura contra el régimen cubano ha crecido en los últimos años, con la aprobación de diversas resoluciones de condena a la represión en la isla y exigiendo condiciones más estrictas para la cooperación europea.
La llegada de Kallas al liderazgo diplomático de la UE abre una oportunidad para que la presión de Suecia y sus aliados tenga un impacto en la política comunitaria.
La oposición cubana y su papel clave
El respaldo logrado por Suecia dentro de la UE ha sido recibido con entusiasmo por la ARC, una coalición de organizaciones opositoras dentro y fuera de la isla que ha impulsado una intensa campaña internacional para que la UE revise su relación con La Habana.
Desde hace unos tres años, la ARC ha sostenido reuniones con líderes políticos europeos, legisladores y representantes de organismos de derechos humanos para denunciar cómo los fondos de la UE han sido utilizados por el régimen cubano para fortalecer su aparato represivo en lugar de mejorar las condiciones de vida del pueblo.
Orlando Gutiérrez-Boronat, secretario de la ARC, calificó la noticia como “fenomenal” y destacó que la creciente presión internacional sobre el régimen castrista podría marcar un punto de inflexión en la lucha por la libertad de Cuba.
"El anuncio hecho hoy por el gobierno de Suecia, que junto a otros países pedirá a la Alta Comisionada de la UE el cese del financiamiento a la dictadura castrista, es fenomenal. Es una gran noticia para el pueblo de Cuba", declaró Gutiérrez-Boronat.
La ARC ha insistido en que no puede haber financiamiento europeo sin condiciones democráticas claras. Asimismo, la organización ha señalado que la UE debe aplicar a Cuba el mismo nivel de exigencia que impone a otras naciones en materia de derechos humanos y libertades civiles.
Un posible cambio hacia Cuba
El creciente respaldo a la postura sueca dentro de la UE podría traducirse en un cambio drástico en la política comunitaria hacia Cuba. Si la revisión del acuerdo se concreta y la UE deja de financiar programas que beneficien al régimen, el impacto sobre La Habana sería significativo.
Por ahora, Suecia sigue consolidando su alianza con otros países europeos para llevar la discusión a la Comisión Europea y a la Alta Representante Kaja Kallas. De lograr su objetivo, la UE podría adoptar una postura más crítica y condicionar cualquier cooperación futura con Cuba a avances reales en materia de derechos humanos y democracia.