domingo 23  de  marzo 2025
VENEZUELA EN CRISIS

Propuesta de la oposición venezolana para reactivar la industria del petróleo

El proyecto Venezuela, Tierra de Gracia, fue presentado en la convención internacional CERAWeek en Houston, con representantes de energía del mundo

Por María Inés Lombardi

MIAMI.-El presidente electo de Venezuela Edmundo González Urrutia y la coordinadora nacional del movimiento político Vente Venezuela María Corina Machado presentaron en la Conferencia CERAWeek 2025 en Houston la propuesta de reconstruir el sector de hidrocarburos del país y convertirlo en centro energético de América, en el contexto de una transición internacional del sector.

El plan llamado Venezuela, Tierra de Gracia, que los líderes opositores al régimen de Nicolás Maduro expusieron a promotores de energía como programa del nuevo gobierno, enlaza la industria petrolera y la de electricidad como columna vertebral y motor del rescate del país, que está sumido en una profunda crisis energética sin precedentes.

El proyecto plantea iniciar en uno o dos años, a partir de que se instale el nuevo gobierno, un proceso de privatización total de toda la producción de petróleo y gas, en el que el Estado actúe únicamente como “regulador transparente”, mientras se genere riqueza al país.

De esta manera, según afirmó el ingeniero Lino Carrillo, coordinador del ambicioso programa en el área de hidrocarburos, “se busca que el ingreso proveniente de la actividad privada se multiplique a lo largo y ancho de toda la economía, y que no solo vendan la Faja, sino la señora que hace las arepas y empanadas”, en referencia al pueblo.

Propuesta de petróleo

El programa estima que en unos dos años se pueda levantar la producción de 400.000 a 900.000 barriles de petróleo adicionales diarios, a los que la industria produce en la actualidad con operadoras extranjeras y esfuerzo propio, y podría llegar a los tres millones de barriles en ocho años, que el país ya no produce.

Este plan de reactivación total de la industria petrolera requeriría entre 10.000 millones y 12.000 millones de dólares anuales.

Para ello, plantean, es indispensable la protección comercial por parte de EEUU y la Unión Europea para evitar embargos.

“Esto permitiría comenzar a renegociar la deuda de Venezuela, que se calcula en 150.000 millones de dólares, más 10.000 o 12.000 millones anuales en intereses, de los cuales 60.000 millones son de la empresa estatal petrolera venezolana PDVSA, y eso es impagable. ¿Cómo se pueden sostener con esa deuda gigante programas sociales, aunque la industria produzca todo lo que pueda?”, resaltó.

¿Privatización?

Carrillo, exjefe de Operaciones de la empresa estatal venezolana hasta el año 2002, explicó que la ejecución del programa busca la privatización desde el pozo hasta todo el desarrollo aguas abajo: refinación, petroquímica, gas, los derivados del gas. Y esto, no se hará de la noche a la mañana.

Para ello, señaló está el Plan Táctico de Emergencia “que define los pasos a seguir en los primeros meses del nuevo gobierno, luego del diagnóstico aterrador en el área energética. Y el primero es tomar el control de la industria para ordenarla”.

Por otra parte, la falta de mantenimiento, inversión, pericia gerencial y actualización de tecnologías, así como la excesiva politización, “la convirtieron en una estructura que sirve solo a una ideología que busca controlarlo todo”.

“Hay 85.000 empleados, muchos de ellos vinculados con política, y hay represión interna. Cuando salimos de PDVSA por despido de Hugo Chávez éramos 45.000, producíamos tres millones y medio de barriles diarios, y refinábamos en el mundo tres millones de barriles”, recordó.

El objetivo, afirmó, “es mantener la producción y asegurarse de que las plantas y pozos no nos va a explotar cuando se esté allí, considerando todos los accidentes que hay”.

En paralelo, el proyecto aboga por arrancar el proceso de privatización, imprescindible en el programa.

“Los gobiernos son los peores empresarios que pueden existir y se ha demostrado a lo largo de la historia. Incluso antes de Chávez hubo restricciones, si el gobierno necesitaba ingresos para sus programas sociales le quitaba a PDVSA. Antes de llegar Chávez al poder, PDVSA le daba al gobierno el 82% de cada dólar que le entraba, y la empresa estatal operaba con apenas 18%”, aseguró.

“Con este tipo de modelo gubernamental de control no vamos a llegar a ninguna parte”, subrayó.

El exjefe de Operaciones de PDVSA sostuvo que el gobierno, con el modelo liberal que sustenta el programa, se convierte en ente regulador, mientras que el límite de la producción lo fija el capital privado. Y esto requiere de seguridad jurídica, de un marco fiscal atractivo y que a la vez permita la expansión para generar más ingresos al Estado, como lo hacen Noruega, Gran Bretaña y Canadá, y otros países.

Tierra de gracia

El plan “es posible”, afirmó Carrillo, y destacó las bondades naturales de Venezuela, país que, con las mayores reservas petroleras del mundo, ofrece “una oportunidad incomparable”, como destacó Machado en su intervención en la CERAWeek 2025.

Mencionó además que Venezuela tiene uno de los costos más bajos del mundo en la producción de crudo.

“Está entre los 10 y 20 dólares por barril. Y eso incluye el rescate, es decir, la reparación, el redesarrollo de los pozos que han arruinado y destrozado, la traída de tecnología nueva para levantar más eficientemente mayores volúmenes con respecto a hace 20 años, y recuperar pozos que han sido destrozados por la impericia que existe”, destacó.

Con todo el proceso que establece el programa y con una nueva ley de hidrocarburos, que permita al Ejecutivo venezolano dictar pautas para un régimen fiscal más atractivo, María Corina señaló que “Venezuela no tendrá competencia regional en el desarrollo de la industria”.

Uno de los retos para el nuevo gobierno y la inversión privada es rescatar refinerías, la petroquímica, los oleoductos, los gasoductos, las estaciones de servicios y poliductos “que están destrozados”, señaló, “además de mejorar la distribución del combustible en el país, y enfrentar las mafias de los camioneros”.

“Hay que llegar arreglando todo y poniéndolo en su lugar, y a la vez hacerlo atractivo para que el que el inversionista no solamente vea la potencialidad de Venezuela en petróleo y gas, que es la más obvia, sino que también perciba la oportunidad de invertir en la refinación, en deterioro desde 2002”, recalcó.

“Lo que se busca es incentivar las inversiones y no solo reparar las refinerías para convertirlas en surtidores confiables como lo fueron hasta aquel año”, resumió.

Luz para el programa

Según Carrillo, la transición que implica consolidar este plan puede durar uno o dos años, y su éxito dependerá de la apuesta de los inversionistas.

“En ese período se estima que la inversión activa llegue a Venezuela, pero hay que ajustar tiempos”, señaló.

Pero lo que se requiere fundamentalmente es un sistema eléctrico robusto. “No hay petróleo sin electricidad ni electricidad sin petróleo, afirmó para explicar la simbiosis de las dos industrias clave del plan.

En la actualidad, la mayoría de las plantas temoeléctricas, fuentes alternas de la hidroelectricidad indispensables para resolver contingencias eléctricas, no funcionan por falta de combustible, pero también la industria petroquímica padece los efectos de los apagones en el país y la falta de insumos.

“Estamos trabajando con el equipo del Plan de Emergencia de la industria petrolera para priorizar los requerimientos para mantener y levantar todo el sistema eléctrico de la industria, que se puede rescatar”, expuso.

Hacia el rescate de Venezuela

Para ello, prevén apoyarse en la empresa estadounidense, con fuerte presencia en Venezuela, CITGO.

“Será una pieza angular para la parte del combustible”, indicó sin detenerse en las circunstancias político-económica que rodean a la empresa refinadora de petróleo y comercializadora de gasolina, lubricantes y petroquímicos venezolana ubicada en los EEUU.

El programa del nuevo gobierno, que detalla también las prioridades sociales en servicios públicos, incluye también la integración de las empresas siderúrgicas y aluminio de Guayana.

El plan de González Urrutia y Machado apuesta por motorizar el rescate de la democracia venezolana y ofrecer bienestar a la población.

“Somos los generadores de los recursos que necesita, y la gente ya no buscaría el CLAP (local de distribución de alimentos subsidiados), sino que se procuraría sus propios ingresos con una nueva actividad comercial”.

FUENTE: Entrevista al ingeniero Lino Carrillo

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