Una pesquisa conducida por la Unidad de Investigación Especial (SIU) de Sudáfrica reveló recientemente que el pago de 33,4 millones de rands (aproximadamente 1,7 millones de dólares) del Departamento de Defensa de ese país al régimen cubano por medicamentos es parte de un esquema de corrupción en la entidad militar.
La noticia, difundida por el sitio ADN Cuba a partir de los datos ofrecidos este miércoles por el medio The Citizen, expone que la compra del medicamento antiviral Interferón Alfa 2B Heberon ocurrió durante la pandemia de Covid-19. Las investigaciones sobre el hecho condujeron a desentrañar una corrupción generalizada y contratos irregulares en todo el sector de defensa sudafricano, reseña el portal web CubaNet
El Director Nacional de Investigaciones de la SIU, Leonard Lekgetho, expuso que el Departamento de Defensa adquirió inicialmente 930 unidades del medicamento para usarlo como refuerzo inmunológico para los soldados durante las tareas de cumplimiento del confinamiento.
Sin embargo, la investigación arrojó que el acuerdo de adquisición se firmó después de que los medicamentos ya habían sido entregados. Además, los fármacos no estaban aprobados por la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios de Sudáfrica para ser importados ni utilizados en el país.
Las autoridades afirmaron también que el Departamento de Defensa no contaba con fondos en su presupuesto asignados para la compra de los interferones.
“El Consejo de Comando Militar de la Fuerza de Defensa Nacional de Sudáfrica (SANDF), que es el máximo órgano de toma de decisiones del Departamento de Defensa, aprobó la adquisición… el precio unitario por cada viral fue de 15,50 dólares, lo que equivale a 257 rands por viral”, explicó Lekgetho y reconoció que el proceso de compra tenía errores fundamentales.
¿Qué se sabe?
En primer lugar, el interferón de Cuba no se obtuvo mediante un proceso de licitación competitiva. En segundo, el responsable de la contabilidad -en este caso el secretario de Defensa- no había firmado la adquisición.
El Director Nacional de Investigaciones dijo que la compra resultó “infructuosa y derrochadora”, pues la mayor parte de los medicamentos fueron devueltos a Cuba tras una orden judicial.
“Del total de interferones importados de Cuba se utilizaron solo 15 lotes, y de los que se utilizaron, 10 se utilizaron en un paciente de un hospital militar, y cinco de ellos fueron utilizados por Saphra para hacer las pruebas”, aseveró Lekgetho.
En su explicación, adujo que el Departamento no recuperó los pagos hechos a Cuba por los interferones y como este medicamento no era apto para el propósito por el que se compró, el gasto fue “inútil y derrochador”.
En 2022, la Fuerza de Defensa Nacional de Sudáfrica (SANDF, por sus siglas en inglés) informó que devolvió a Cuba todo “el llamado fármaco milagroso” que la Isla envió a ese país para combatir el coronavirus.
El año previo, la SANDF había gastado alrededor de 16 millones de dólares en la importación del Heberon Alpha R 2B, fabricado por una empresa mixta biofarmacéutica cubano-china, sin embargo, ese mismo mes el Departamento de Defensa y Veteranos Militares no pudo dar cuenta de las 970.000 ampollas de interferón que había importado de Cuba.
La empresa estatal cubana TECNOIMPORT había emitido a la SANDF tres facturas para el pago de tres envíos del interferón. Sin embargo, una de las facturas había sido clasificada “erróneamente” como pago por servicios de capacitación vocacional en el marco de la Operación Thusano e inicialmente se registró como tal en los libros del Departamento de Defensa.
En 2014, el Ejército de Sudáfrica y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba, firmaron el Proyecto Thusano, que ha permitido que técnicos cubanos reparen vehículos de esa fuerza con décadas de explotación, y ha reportado alrededor de 100 millones de dólares en beneficios al régimen de La Habana
FUENTE: CubaNet