CARACAS.- José Gregorio Hernández, médico venezolano declarado beato por el Vaticano en 2021, ya es santo de la Iglesia Católica desde este 25 de febrero, al ser canonizado por el Papa Francisco, según un comunicado de la Santa Sede.
El Papa Francisco firmó la canonización del beato por el crecimiento de su devoción; y en 2020 ya contaba con más de 70% de fieles en Venezuela, según estudio
CARACAS.- José Gregorio Hernández, médico venezolano declarado beato por el Vaticano en 2021, ya es santo de la Iglesia Católica desde este 25 de febrero, al ser canonizado por el Papa Francisco, según un comunicado de la Santa Sede.
Hernández, llamado el “Médico de los pobres”, se convierte así en el primer venezolano en recibir el máximo reconocimiento de santidad y el noveno en América Latina, tras un proceso de verificación de milagros de más de 70 años, que inició en 1949.
La decisión papal se basó en la desbordada devoción e interés por la figura de Hernández “que crecieron exponencialmente en los últimos años tanto en su país natal como en el resto de Latinoamérica y el Caribe”, según el mensaje del Vaticano. No se precisó la consideración de “milagros”.
La noticia de la canonización llenó de júbilo a los venezolanos católicos, tanto en el país como en el exterior donde muchos se encuentran exiliados, pues desde hace muchos años se esperaba con fe la santificación.
El cardenal venezolano y Arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Caracas, Baltazar Porras, uno de los impulsores de la canonización, consideró el hecho como “un regalo para la Iglesia universal”.
Además de Hernández, el pontífice aprobó la petición de canonización del beato Bartolo Longo, fundador del Santuario de Pompeya, así como de los
nuevos venerables Salvo D'Acquisto, carabinero que ofreció su vida para salvar a un grupo de personas de las represalias nazis, según el comunicado.
Se espera que el Pontífice, quien permanece en el Hospital Gemelli de Roma desde hace 15 días por una neumonía bilateral con leves mejorías, convoque un consistorio de cardenales para fijar la fecha de la celebración de estas canonizaciones.
El Vaticano informó que el Papa Francisco se reunió con el cardenal Pietro Parolín, número dos de la Santa Sede y exNuncio Apostólico en Venezuela (2009- 2013), para gestionar las decisiones.
José Gregorio Hernández, nacido en la población de Isnotú en los Andes venezolanos el 26 de octubre de 1864 y el mayor de seis hijos de una pareja humilde, se hizo médico en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, a temprana edad y se especializó en Francia.
De regreso a Venezuela, el médico se dedicó a curar enfermos con profunda vocación religiosa y entrega. No solo hablaba bien cinco idiomas, además del latín y el hebreo, sino que también se le atribuye la introducción del microscopio en Venezuela, según notas biográficas.
Fue reconocido como investigador científico, fundador de la primera cátedra de Bacteriología en América, y también uno de los promotores de la Academia Nacional de Medicina. Además, hizo estudios de Filosofía y música.
Después de regresar al país inicio su camino religioso que lo llevó al monasterio con el nombre de Hermano Marcelo, y luego a ingresar en el Seminario Santa Rosa de Lima, pero una enfermedad lo obligó a dedicarse por entero a la medicina.
Tras fallecer arrollado por un auto en una calle el 29 de junio de 1919, José Gregorio Hernández dejó de un legado de dedicación y curación de personas con serios quebrantos de salud, por lo que la feligresía comenzó a invocarlo con oraciones en sus peticiones. Algunos de esos se considerarían luego “milagros”.
Desde entonces, la Iglesia Católica inició el proceso de canonización para declararlo santo. En 1972, la Santa Sede reconoció que Hernández “vivió una vida virtuosa y ejemplar de los católicos”, según reportes, y el Papa Pablo VI le concedió el título de Siervo de Dios, primer requisito para la canonización.
En 1986, fue declarado “venerable” por Juan Pablo II y en 2021 beato por Francisco, quien este martes lo elevó a ser Santo de la Iglesia Católica.
Sus restos se veneran en la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, en el centro de Caracas.
Aunque a lo largo de los años el Vaticano recibió numerosos hechos considerados milagros, el Papa Francisco valoró en su decisión la devoción extendida por el mundo hacia José Gregorio como hombre de bien, reconocido además como símbolo de unión de los venezolanos.
El cardenal Porras afirma que durante sus viajes por América Latina y Europa encontró que “José Gregorio llegó por ósmosis”, en un proceso de profunda propagación de la fe y de creencia en sus virtudes.
“Toda esta devoción ha sido comprobada mediante cartas y testimonios de líderes religiosos, religiosas y personalidades del mundo que han dado fe de que en su iglesia, diócesis o comunidad, José Gregorio Hernández tiene una gran cantidad de devotos y seguidores que lo admiran y se encomiendan a él”, añade el sacerdote y periodista Honegger Molina, responsable de las comunicaciones del cardenal Porras.
Hace énfasis en la significación del decreto de canonización.
“José Gregorio Hernández es un hombre salido de las filas de los fieles, y eso nos dice que los creyentes, cristianos, pueden alcanzar la santidad; también que sí existe la fe y es posible construir las sociedades desde los valores humano a través de la trascendencia”.
“Además, muestra que José Gregorio es un ejemplo a seguir no solo en el ámbito religioso, sino también, profesiona y como ciudadano, con un mensaje integrador y de indiscutible actualidad”, agrega.
En Venezuela, la devoción y fe en “el Médico de los pobres” como salvador de vidas crece cada día y lo muestran estudios recientes.
Una investigación sobre “La creencia popular en José Gregorio Hernández”, hecha por los especialistas Roberto Briceño-León y Alberto Camardiel, del Laboratorio de Ciencias Sociales (LACSO) y publicada en 2021, reveló que 70% de los consultados en Venezuela confesaron creer en el médico como santo. Apenas el 29% dijo que no.
La encuesta en 1.200 hogares distribuidos en todo el país fue concluida a inicios de 2020, poco antes de la cuarentena por la pandemia de la COVID-19.
En la decisión que eleva a José Gregorio a la condición de santo operó solamente un milagro de los dos que la Comisión Teológica del Vaticano había aprobado hace cuatro años.
Este es el de la curación de la niña Yaxury Solórzano Ortega, de 10 años de edad, quien resultó herida mortalmente con una bala en la cabeza, el 10 de marzo de 2017 cuando unos hombres armados asaltaron a su padre.
Este hecho, que llevó a José Gregorio a ser designado beato, ahora es el milagro base que le permite llegar a la santidad, asegura Molina.
“Sin ese primer milagro no se hubiese podido continuar con el proceso hacia los altares que se trabajó por la vía de la fama de santidad mediante la sustentación de su devoción extendida universalmente”.
El segundo milagro, que se había presentado desde Miami para apoyar la canonización como santo, quedó “engavetado”.
FUENTE: Entrevistas Cardenal Baltazar Porrias, Padre Honegger Molina