LA PAZ - El ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo, celebró la reciente renuncia de Evo Morales al Movimiento al Socialismo (MAS), decisión que el exmandatario acompañó con el anuncio de su candidatura a las elecciones de agosto bajo el partido Frente Para la Victoria (FPV), pese a estar inhabilitado por la justicia.
"Nos hace un tremendo favor, era una persona que nos estaba haciendo bastante daño; yo espero que el resto de los 'evistas' terminen de salir", declaró Del Castillo ante la prensa boliviana, en referencia a la creciente división dentro del oficialismo.
Según el ministro, la salida de Morales representa una "gran felicidad" para el MAS, partido que en los últimos meses ha sido escenario de una guerra interna entre seguidores del exmandatario y del presidente Luis Arce. "Han renunciado, si no me equivoco, máximo unas 300 personas (...) Que se salgan 100 o 200 evistas más, nosotros nos sentimos felices, vamos a poder trabajar y consolidar nuestro binomio y las candidaturas a las elecciones de 2025", añadió.
"Atrincherado"
La renuncia de Morales se formalizó a través de un apoderado legal mientras el exmandatario continúa atrincherado en Cochabamba.
Desde octubre de 2024, pesa sobre Morales una orden de arresto por el presunto delito de tráfico de menores, lo que ha limitado su movilidad y su futuro político.
Del Castillo ironizó sobre su situación al señalar que Morales "no va a salir del Chapare, porque se encuentra en arresto domiciliario voluntario; está cumpliendo una pena adelantada".
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Las autoridades electorales informaron que en los últimos dos días cerca de 1.700 personas han abandonado el MAS, un reflejo del desgaste y la crisis que enfrenta la organización política. Pese a ello, Del Castillo afirmó que el partido sigue contando con más de un millón de inscritos, consolidándose como "el partido más grande de la historia del país".
La fractura en el MAS ha ido en aumento desde la salida de Morales del poder en 2019 tras las denuncias de fraude electoral. Desde su regreso a Bolivia, Morales ha lanzado constantes ataques contra Arce, acusándolo de traicionar su legado y de gestionar mal el país. Sin embargo, su insistencia en volver al poder choca con su inhabilitación legal, dejando en evidencia el declive de su influencia política y el desgaste de su liderazgo dentro del movimiento que alguna vez lo catapultó al poder.
FUENTE: Con información de Europa Press