A diferencia de las elecciones del 2023, cuando Noboa se convirtió en un “outsider” que sorprendió al colarse en el balotaje en medio de una campaña marcada por la violencia, el mandatario de 37 años ha logrado convertirse en el líder del anticorreísmo, una “fuerza política importante” que hace frente a la corrupción e ineficiencia del Estado que representa, para la mayoría de los ecuatorianos, las políticas de Correa, fiel aliado de las dictaduras del siglo XXI, de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Favorecido con 38,1% de la intención de votos, de acuerdo con el último sondeo de opinión de la firma Comunicaliza, Noboa lleva la delantera en la carrera electoral, con una ventaja de 6,1% sobre González, candidata de la Revolución Ciudadana (RC), con la que se medirá nuevamente el 9 de febrero, en unos comicios a los que están convocados a 13,7 millones de ecuatorianos.
“Rafael Correa sigue siendo el gran elector en la política ecuatoriana, pero el anticorreísmo también es una fuerza importante”, señala el consultor político David Rico, experto en estrategia de campañas electorales y comunicación de gobierno, en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS.
El líder anticorreísta
Destaca que actualmente el presidente ecuatoriano, el más joven electo en la historia del país andino, se ha convertido en el líder y “bastión más importante” que tiene el anticorreísmo, con acciones frontales como la detención del exvicepresidente correísta, Jorge Glas, cuando se encontraba resguardado en la Embajada de México en Quito, y las discusiones que mantiene por redes sociales con Correa, quien se refugió en Bélgica para evadir a la justicia ecuatoriana, que lo condenó a ocho años de prisión por delitos de corrupción.
“Daniel Noboa ya no es una opción de outsider, sino un líder que puede representar el anticorreísmo (...) Es un representante de la gente que busca las vías para que no repita Correa y, por consiguiente, no se mantenga la Revolución Ciudadana, muy cercana a la revolución bolivariana (promovida por el chavismo en Venezuela)”, asevera Rico.
En este sentido, indica el analista, las elecciones previstas en 9 días se celebrarán en un escenario de “polarización”, en la que los 14 candidatos restantes han quedado rezagados por más de 30 puntos de González y Noboa, abanderados que encarnan al correísmo y al anticorreísmo.
“Los 14 candidatos no han mostrado unas campañas que sean convincentes ni que generen en los ciudadanos algún tipo de convicción (..) la gente no está viéndolos como una opción y se mantiene entre esas figuras que representan la polarización”, apunta.
Vía a un balotaje
A menos de 10 días del proceso electoral, el número de indecisos continúa siendo bastante alto. No obstante, menciona Rico, esta indecisión “no pareciera que vaya a afectar los intereses de los candidatos dominantes”.
De acuerdo con los sondeos de opinión, alrededor del 25% de los electores decide su voto el mismo día de la elección, por lo que, asegura el analista, es “complicado o difícil saber cuáles van a ser las opciones de esos ecuatorianos que al día de hoy todavía no tienen su opción clara”.
Aunque Noboa parece agrandar la brecha que mantiene sobre la candidata del correísmo, todavía no alcanza los 10 puntos que necesitaría para que los comicios se definieran en la primera vuelta.
En este sentido, Rico considera que “no hay forma” de que alguno de los dos abanderados que lideran las encuestas salga ganador el 9 de febrero, “a no ser que ocurra un fenómeno electoral sin precedentes”, por lo que lo más probable es que se vuelvan a ver las caras en una segunda vuelta el 13 de abril. “El resto de candidatos no han logrado para nada conectar con los ecuatorianos y, por consiguiente, no son una opción viable para llegar a Carondelet”, resalta.
El reto de Noboa
La sociedad ecuatoriana sigue sumida en una crisis de inseguridad, que ha cobrado la vida de más de 30 políticos desde 2023, incluido el candidato presidencial Fernando Villavicencio en agosto de 2023 y, más recientemente, del alcalde de una ciudad fronteriza con Perú.
Aparte de la seguridad, entre las principales demandas de los ecuatorianos se encuentran el empleo, mejores condiciones económicas y sociales, además de solución a los problemas de servicios públicos, a los que se suman los racionamientos de energía eléctrica que han dejado hasta por 10 horas sin electricidad a algunas zonas del país.
En este escenario, Noboa se perfila como “el abanderado para luchar en contra de esos males que significan el correísmo para muchos ecuatorianos”. Aunque, menciona el analista, esto no deja de lado que el joven empresario esté utilizando su figura presidencial para “poder hacer campaña” y haya “intentado menoscabar” la figura de su vicepresidenta, Verónica Abad, “quitándole responsabilidades” y nombrando a una “vicepresidenta a dedo”, en detrimento de la Constitución.
Para garantizar su reelección, Noboa debe convertirse en un líder que represente una forma de Gobierno y una postura ideológicamente clara, que logre conquistar a los ecuatorianos. En este sentido, Rico indica que el mandatario, que ya es la opción del anticorreísmo, debe disminuir los ataques hacia el correísmo para convertirse en una alternativa para aquellos que “no ven en la polarización una opción”.
“La fuente de votos para lo que resta de campaña está en todos aquellos electores que no se identifican con ninguna ideología ni con ninguna corriente, que buscan un candidato que se asemeje más a ellos, que conecte mejor con sus necesidades y sus problemas”, subraya.
Una AN polarizada
El 9 de febrero también se elegirán 151 diputados (15 nacionales, 130 provinciales y seis del extranjero), para conformar una Asamblea Nacional (AN) “igualmente polarizada”, en la que Acción Democrática Nacional (ADN), partido de Noboa, y la Revolución Ciudadana se convertirán en las grandes mayorías.
Según Comunicaliza, ADN se haría con 28,6% de los votos, que equivale entre 68 y 73% de los escaños, mientras que la RC obtendría 26,1%, que representa entre 63 y 72 curules. Ninguno de los dos alcanzaría los 76 necesarios para hacerse con la mayoría absoluta.
“Van a ser necesarias, sin lugar a dudas, las negociaciones para poder llevar a cabo las leyes y las normas que se aprueben en favor del Gobierno. Así que vamos a ver, otra vez, una dispersión importante en donde los partidos minoritarios van a tener mucha más fuerza que los propios partidos gobernantes, a pesar de que, evidentemente, ADN, el partido de Noboa, va a tener mucha más representación en el Parlamento”, enfatiza.
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