martes 29  de  abril 2025
ANÁLISIS

Corrientes silenciosas: La evolución y las implicaciones estratégicas de los narcosubmarinos en las Américas

He sido testigo de primera mano de la transformación de esta capacidad encubierta—desarrollada en lo profundo de las selvas del corredor Pacífico y ahora en expansión hacia la cuenca del Caribe

Diario las Américas | JESÚS ROMERO
Por JESÚS ROMERO

Durante más de dos décadas, el uso clandestino de embarcaciones de perfil bajo (LPV, por sus siglas en inglés), semisumergibles y, en casos raros, verdaderos sumergibles técnicamente avanzados, ha evolucionado de ser una curiosidad marítima a convertirse en una poderosa herramienta logística de las organizaciones criminales transnacionales (TCO).

Estos vehículos son frecuentemente denominados “narcosubmarinos” en los medios populares, pero este término es técnicamente incorrecto. La mayoría no son submarinos verdaderos: no se sumergen completamente ni operan como submarinos militares. En cambio, están diseñados para evadir la detección minimizando las firmas de radar, visuales y térmicas, permaneciendo justo en o ligeramente por debajo de la línea de flotación (Felbab-Brown, 2020).

Basándome en mis asignaciones previas en Perú, Ecuador y Guatemala, he sido testigo de primera mano de la transformación de esta capacidad encubierta—desarrollada en lo profundo de las selvas del corredor Pacífico y ahora en expansión hacia la cuenca del Caribe. Estas plataformas están optimizadas para un solo propósito: el transporte indetectable de toneladas de cocaína y carga ilícita a través de las aguas hemisféricas (U.S. Drug Enforcement Administration [DEA], 2024).

La evolución táctica de los narcosubmarinos

La tecnología de los “narcosubmarinos” ha progresado rápidamente desde principios de los años 90, cuando los carteles colombianos comenzaron a experimentar con embarcaciones rudimentarias construidas en fibra de vidrio. Hoy en día, los LPV pueden superar los 30 metros de eslora, transportar cargas de varias toneladas y navegar miles de millas náuticas utilizando GPS, reflectores de radar y comunicación satelital: una fusión de bajo perfil tecnológico y navegación de alta tecnología (Bonner, 2019).

Durante mi asignación en Guatemala, presencié de primera mano la llegada y destino final de cientos de embarcaciones de perfil bajo y semisumergibles que transitaban por el corredor del Pacífico Oriental. Los aldeanos locales reportaban regularmente embarcaciones varadas o a la deriva en la costa pacífica de Guatemala. Estos incidentes no eran anomalías raras: constituían una operación logística persistente y altamente organizada, alimentando los mercados de drogas del norte con consistencia industrial (DEA, 2024).

Por otro lado, las selvas de Ecuador se han convertido en centros clave de construcción, particularmente en la región de Esmeraldas y sus sistemas fluviales interiores. Los astilleros clandestinos—camuflados bajo la densa vegetación y protegidos por milicias cartelizadas—fabrican estas embarcaciones con alarmante rapidez y eficiencia, utilizando materiales modulares y motores de camiones adaptados (Felbab-Brown, 2020).

La entrada de Venezuela en el juego

En los últimos años, Venezuela ha surgido como un nuevo actor en crecimiento dentro del ecosistema de los narcosubmarinos, no solo como punto de lanzamiento sino también como productor de estas plataformas. Informes de inteligencia y casos de interdicción confirman la existencia de instalaciones clandestinas de construcción en estados costeros venezolanos, especialmente en Zulia y Falcón, con embarcaciones destinadas a África, Europa y el Caribe (InSight Crime, 2023).

Esta expansión representa un cambio significativo en el comercio hemisférico de drogas. Mientras que las rutas tradicionales de narcosubmarinos se enfocaban en Estados Unidos vía Centroamérica, las operaciones venezolanas cada vez más apuntan a los mercados de Europa y África occidental, aprovechando aguas poco patrulladas y la fragmentada cooperación marítima en el Atlántico (MAOC-N, 2022).

Semisumergibles avanzados y expansión geográfica

Algunas de las embarcaciones semisumergibles más avanzadas han sido descubiertas en las regiones fronterizas entre Colombia y Ecuador. Estas embarcaciones, altamente sofisticadas, capaces de transportar grandes cargas a distancias considerables, demuestran cómo las organizaciones narcotraficantes han respondido a los esfuerzos de interdicción cada vez más robustos (DEA, 2024).

Se han detectado también semisumergibles operando en los ríos Meta y Orinoco —dos zonas críticas en Colombia y Venezuela—, que se están convirtiendo en centros logísticos para los envíos ilícitos de droga, operando en conjunto con sindicatos del crimen transnacional (Felbab-Brown, 2020).

En Venezuela, las LPV, incluidos los Semisumergibles Autopropulsados (SPSS), navegan los ríos Meta y Orinoco, utilizando la densa vegetación, los afluentes remotos y los canales navegables para trasladar cocaína desde las zonas de producción hacia puntos de salida en la costa. El río Orinoco, con su vasto delta y conexiones al Atlántico, actúa como arteria crítica de contrabando, especialmente en el Delta Amacuro. El Meta, frontera natural entre Colombia y Venezuela, facilita el tráfico de cocaína desde los campos colombianos hasta centros como Puerto Carreño.

Estas operaciones aprovechan la débil gobernanza, la corrupción estatal y la inestabilidad política venezolana, construyendo LPVs en astilleros ocultos a lo largo de ríos cubiertos por selva. La interdicción en estos entornos fluviales plantea enormes desafíos, requiriendo vigilancia especializada en ríos y recolección de inteligencia en tiempo real (Felbab-Brown, 2020).

La cuenca del Caribe, incluyendo zonas cercanas a Puerto Rico, también se ha consolidado como corredor para los narcosubmarinos. En abril de 2021, las autoridades estadounidenses interceptaron un narcosubmarino de 52 pies de eslora transportando 5,500 libras de cocaína, valuadas en 75 millones de dólares, con destino a Puerto Rico (Bloomberg, 2021). En agosto de 2024, una operación conjunta entre la Guardia Costera de EE.UU. y la Marina Real Británica incautó 1,239 libras de cocaína, valoradas en 54 millones de dólares, de un LPV en el Mar Caribe (MAOC-N, 2022).

Diseño, rendimiento y desafíos tácticos para las fuerzas del orden

El diseño y la operación de los narcosubmarinos presentan severos desafíos para su detección e interdicción:

  • Baja firma de radar: La mayoría de las embarcaciones son de fibra de vidrio, reduciendo drásticamente su firma en los radares (Bonner, 2019).

  • Escasa superficie libre: Los LPV navegan apenas 30 a 45 centímetros por encima de la línea de flotación, lo que dificulta su visualización (DEA, 2024).

  • Gran alcance y resistencia: Algunos modelos recorren más de 2,000 millas náuticas sin reabastecimiento.

  • Capacidad autónoma o de “Hundimiento Fantasma”: Algunos están equipados para autohundirse mediante mecanismos de GPS.

  • Compartimentalización para la tripulación: Están diseñados para viajes de varios días, llevando teléfonos satelitales, tanques de oxígeno y provisiones.

La legislación estadounidense clasifica estos vehículos como Semisumergibles Autopropulsados (SPSS).

El Drug Trafficking Vessel Interdiction Act (DTVIA) de 2008 criminalizó la operación de SPSS sin bandera en aguas internacionales (U.S. Coast Guard, 2023).

Un archivo visual de la amenaza

Durante varias visitas a la base de Fuerzas Especiales Navales (FEN) en Puerto Quetzal, Guatemala, fui testigo de un espectáculo inquietante: un cementerio de narcosubmarinos capturados, descomponiéndose bajo el inclemente sol costero.

La base se ha convertido en un depósito de cientos de embarcaciones incautadas—reliquias fantasmales de viajes frustrados.

En su centro existe una “fila VIP”, una línea cuidadosamente organizada que muestra la evolución de los LPV y semisumergibles.

He visto escenas similares en Guayaquil (Ecuador) y Bahía Málaga (Colombia), donde las estructuras de los LPV confiscados se apilan cerca de astilleros navales.

Estos restos no son solo trofeos tácticos, sino monumentos a una amenaza persistente y en evolución.

Limitaciones de la interdicción marítima

Aunque las operaciones de interdicción marítima han incautado volúmenes récord de cocaína en los últimos años, no han logrado reducir el flujo general. Las redes criminales han demostrado resiliencia y adaptabilidad (UNODC, 2023).

La operación de la Guardia Costera de EEUU a bordo del USCGC Munro en 2019 se volvió icónica tras la interceptación de un SPSS de 40 pies, incautando 17,000 libras de cocaína, valuadas en 232 millones de dólares.

Un guardacostas saltó sobre la embarcación gritando “¡Alto su barco!”, en una imagen que se volvió viral (U.S. Coast Guard, 2023).

Sin embargo, estos éxitos no logran romper permanentemente las cadenas de suministro que surgen en regiones como los ríos Meta y Orinoco. La experiencia de “¡Alto su barco!” subraya el carácter interminable de estas operaciones y resalta la necesidad de atacar las fuentes del problema (Felbab-Brown, 2020).

La despriorización de la erradicación de coca por parte del presidente colombiano Gustavo Petro ha agravado aún más la situación. El informe 2023 de la UNODC confirmó que el cultivo de coca alcanzó niveles históricos (UNODC, 2023).

Agrava aún más la crisis la suspensión del programa de monitoreo de cultivos de coca de Estados Unidos en Colombia, decisión tomada por la administración Biden a finales de 2023—un error estratégico que eliminó uno de los sistemas de alerta temprana más efectivos para detectar aumentos en la producción de cocaína.

El Office of National Drug Control Policy (ONDCP) también ha mostrado falta de liderazgo y no ha adaptado las herramientas de política antidrogas a las nuevas realidades del narcotráfico hemisférico.

La respuesta estadounidense se ha vuelto reactiva, limitada y carente de datos críticos.

La falta de recolección proactiva de inteligencia y monitoreo sistemático del cultivo de coca dejará a Estados Unidos en una posición de vulnerabilidad estratégica frente a redes criminales cada vez más sofisticadas.

Implicaciones estratégicas: Un nexo entre la seguridad nacional y las amenazas transnacionales

Los narcosubmarinos simbolizan una convergencia estratégica entre la innovación criminal y el colapso estatal. Cada travesía exitosa socava el estado de derecho, alimenta la inestabilidad regional y fortalece las redes de crimen organizado.

Su potencial de doble uso —para el contrabando de armas, personal o incluso agentes no estatales— los convierte en vectores potenciales dentro de escenarios de conflicto de “zona gris” (Felbab-Brown, 2020).

Un solo SPSS exitoso puede generar hasta 125 millones de dólares en Estados Unidos y 375 millones de dólares en Europa, dependiendo de la pureza y la ruta de la cocaína (InSight Crime, 2023).

Estas astronómicas ganancias financieras incentivan aún más la innovación y la toma de riesgos por parte de las organizaciones criminales transnacionales.

Recomendaciones de política

  • Enfocar la reducción de coca en Colombia:

    Priorizar la erradicación de cultivos y el desarrollo rural integral en zonas de producción de coca.

  • Interrumpir la cadena de suministro:

    Apuntar a los soldadores, financistas y proveedores de materiales utilizados en la construcción de narcosubmarinos.

  • Expandir las capacidades de ISR (Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento):

    Mejorar el intercambio de inteligencia en tiempo real entre aliados regionales.

  • Fortalecer la seguridad litoral y fluvial:

    Entrenar fuerzas aliadas en patrullaje fluvial y operaciones costeras especializadas.

  • Aplicar sanciones selectivas:

    Utilizar la Ley Kingpin para sancionar a actores clave en Ecuador y Venezuela involucrados en la producción y operación de narcosubmarinos.

  • Comprometer a socios europeos y africanos:

    Tratar el tráfico de narcosubmarinos como un problema de alcance verdaderamente global, especialmente en rutas hacia África Occidental y Europa.

Conclusión

Los narcosubmarinos representan una amenaza marítima híbrida. Estas embarcaciones evolucionan, innovan y persisten, operando bajo el radar de los marcos de seguridad convencionales.

Desde los manglares del Pacífico colombiano y ecuatoriano hasta las opacas costas venezolanas y las vulnerables aguas caribeñas cercanas a Puerto Rico, trazan una trayectoria silenciosa pero letal a través de los hemisferios.

Nuestros países aliados —Colombia, Ecuador, Panamá, El Salvador, Guatemala y México— constituyen la primera línea de defensa en esta lucha. Igualmente fundamental es el trabajo de las fuerzas del orden de Estados Unidos y de la Guardia Costera, cuya labor incansable en interdicción y recolección de inteligencia ha salvado vidas y evitado innumerables envíos ilícitos.

Esta no es solo una guerra contra las drogas:

Es una batalla por la soberanía marítima, la estabilidad regional y la defensa del estado de derecho en alta mar.

Referencias

Bloomberg. (2021, 23 de abril). U.S. seizes submarine carrying $75 million in cocaine off Puerto Rico. Bloomberg. https://www.bloomberg.com/news/articles/2021-04-23/u-s-seizes-submarine-carrying-75-million-in-cocaine-off-puerto-rico

Bonner, R. (2019, 5 de marzo). Narco submarines: Out of sight, under water. Foreign Affairs. https://www.foreignaffairs.com/articles/colombia/2019-03-05/narco-submarines-out-sight-under-water

Felbab-Brown, V. (2020, 24 de noviembre). Narco-submarines: Drug cartels’ newest weapon. Brookings Institution. https://www.brookings.edu/articles/narco-submarines-drug-cartels-newest-weapon/

InSight Crime. (2023, 15 de mayo). Venezuela’s expanding role in the narco-submarine trade. InSight Crime. https://insightcrime.org/news/venezuela-expanding-narco-submarine-trade/

Maritime Analysis and Operations Centre – Narcotics (MAOC-N). (2022). Annual report on maritime drug trafficking 2022. https://maoc.eu/publications/annual-reports/

U.S. Coast Guard. (2023, 17 de julio). Cutter Munro makes historic narco-sub seizure. United States Coast Guard Newsroom. https://www.news.uscg.mil/Press-Releases/Article/3455669/cutter-munro-makes-historic-narco-sub-seizure/

U.S. Drug Enforcement Administration (DEA). (2024). National drug threat assessment 2024. U.S. Department of Justice. https://www.dea.gov/documents/2024/04/01/2024-national-drug-threat-assessment

United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC). (2023). Colombia: Coca cultivation survey 2023. United Nations. https://www.unodc.org/unodc/en/crop-monitoring/colombia/index.html

Publicado en el Miami Strategic Intelligence Institute.

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