Ese día, Nicolás Maduro pretende juramentarse como mandatario por seis años más (2025-2031), según ha dicho, a pesar de que el opositor Edmundo González ganó la elección presidencial con abrumadora mayoría de votos válidos, un resultado avalado por observadores internacionales y que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no logró desvirtuar.
La mayoría de los venezolanos están convencidos de que González jurará. Un 48% opina que tomará posesión, en contraposición con el 39% que considera que Maduro lo hará, mientras 13% dijo no estar seguro, según el informe de ClearPath.
Sin embargo, analistas políticos internacionales y nacionales manejan escenarios de cara a la juramentación, en la que se apuestan por la reconstrucción democrática, sin otra opción. Esto, en medio del aumento de tensiones y de cruenta represión por parte del régimen de Maduro contra opositores.
10 de enero, escenario por la democracia
El abogado Manuel Juan Washington Abdala, embajador de Uruguay en la OEA, analiza desde el plano internacional los posibles escenarios que pueden plantearse en Venezuela, y sostiene que “el 10 de enero no hay opción intermedia”.
“Hay que actuar con sentido de responsabilidad democrática y eso no deja más escenarios. O la reconquista democrática reingresa por el terreno que tiene que reingresar o una barra de gente parapeteados en el poder que no podrá hacer absolutamente nada y en algun momento se caerá”, afirma, al considerar que González debe juramentarse, acompañado por la comunidad internacional.
Pero, sabe que el camino no es fácil. “Los demócratas de buena parte del continente y del mundo tenemos una visión honesta de reconocimiento del camino que hay que seguir, acompañamos el recorrido de González y María Corina Machado. Es una tirada complicada, pero es éticamente lo que tenemos que hacer. Y quien no esté en sintonía con este plano ético es un inmoral”.
“Me veo asumiendo el cargo para el que fui votado por la mayoría de los venezolanos”, dijo González, al afirmar su disposición a presentarse a la toma posesión de la presidencia en Venezuela. “Pero vamos a esperar”, advierte.
Transición incierta
En este contexto, otros analistas consideran que un escenario de diálogo entre el oficialismo y la oposición con miras a concretar una transición política ordenada hacia la democracia, la cual esta contemplada en la supuesta toma de posesión de González, es “poco probable”.
La Asamblea Nacional, donde debe juramentarse, se instalará el 5 de enero y se da por descontando que el oficialista Jorge Rodríguez, presidente actual del parlamento, repetirá en el cargo.
Desde allí, Rodríguez impulsa una batería de reformas de las leyes electorales en las que propone prohibir la presencia de observadores internacionales en Venezuela en las futuras elecciones, luego de que tanto la misión de la ONU como el Centro Carter cuestionaron los resultados del CNE que favorecieron a Maduro.
“El escenario del diálogo y la transición te implican ciertos riesgos para la oposición, pues podría conducir a otra elección, aunque en otras condiciones, en las que la polarización y violencia política seguirán posicionadas”, argumenta el analista Aníbal Sánchez.
Pero, a esto se agrega una amenaza adicional. Maduro estaría planeando dejar entrar al opositor al país para meterlo preso y procesarlo, solo una vez que se realice la toma de posesión “en Caracas u otro punto del territorio venezolano”, según dijeron fuentes diplomáticas y de la oposición a un medio español. Eso lo haría para evitar la condena internacional que generaría una detención inmediata.
Lo reafirmó Diosdado Cabello, ministro de Relaciones Interiores, en un reciente acto de policía: “Ellos podrán entrar si se lo proponen, el problema de ellos va a ser salir de esta tierra”.
nicolas-maduro-ed-zurimar-campos-venezuelan-presidency-afpjpg-2023.jpg
Si Maduro se juramenta
Analistas perciben la juramentación de Maduro el 10 de enero como un “hecho probable”. Sin embargo, advierten que esto implicaría un control político más férreo y la instauración definitiva del régimen autoritario, pues ignoraría los resultados avalados de la elección.
“Si Maduro se juramenta incurriría en un “pecado en exceso”, estaría acabado. Él y su equipo se lanzarían al precipicio y no tendrían más opción. Quedarán rodeados de tres o cuatro aliados internacionales, pero son países que no creen en la democracia y que son acólitos de ejercicios de violencia”, asegura Washington Abdala.
En este escenario, el régimen venezolano se aprovecharía de la decreciente presión internacional, según expertos.
Christopher Sabatini, investigador principal para América Latina en la organización londinense Chatham House, abordó en fecha reciente la situación venezolana y opinó en la comunidad internacional “ha desparecido el gran consenso” de intervenir para que un gobierno acepte las normas democráticas. Esto en medio de la presión que ejercerían el eje de países (Rusia, China, Irán) que rechazan esas normas y están dispuestas a prestar apoyo a regímenes antidemocráticos.
“Esto demuestra que el riesgo de aislamiento que antes existía para los gobiernos que violaran las normas ha disminuido y, además, con los múltiples focos de conflicto (Ucrania, Gaza, Siria,) la atención no está puesta sobre Venezuela. Y eso Maduro lo sabe”.
Apoyo a Venezuela
La percepción no es compartida por el diplomático uruguayo. Afirma que desde la elección del 28J el tema Venezuela “tiene jerarquía y preocupación en el mundo democrático”.
“Quienes dicen que la comunidad internacional no presta atencion a Venezuela están equivocados y una muestra es que Felipe González, el mejor expresidente europeo de los ultimos 35 o 40 años, ha dicho que quiere acompañar a Venezuela en el recorrido democrático”.
Y añade: “Hasta el presidente electo de EEUU (Donald Trump) hace de vez en cuando alguna reflexión intermitente al respecto y también en el Departamento de Estado hay gente que sintoniza mejor con lo que pasa en Venezuela. Por lo menos uno tiene que alentar esa esperanza”.
FUENTE: Entrevista a Manuel Juan Washington Abdala, embajador de Uruguay en la OEA
