viernes 29  de  marzo 2024
CAZADOR DE ESTAFAS

¡Mi novio me pidió $2000 y ya no me responde!

Además de haberse quedado inesperadamente sin pareja, su hija de tan sólo 12 años de edad, había sido expuesta a un peligro que era mejor ni imaginarlo

Diario las Américas | FERNANDO ÁLVAREZ
Por FERNANDO ÁLVAREZ

Las estafas, los fraudes, los engaños, las mentiras y las traiciones, son casos que se presentan muy seguido en nuestras oficinas, y cuando creemos que ya lo hemos visto todo, nos llega una sorpresa más, un caso diferente. En una ocasión recibí en mi oficina a una mujer con un caso que inicialmente parecía una situación familiar muy común. Esto fue lo que me comentó: “Vivo con mi hija de 12 años, tengo un trabajo promedio y desde hace tres meses estoy saliendo con mi actual pareja, él es un hombre muy cariñoso y trabajador pero a la vez un poco misterioso. Las últimas dos semanas estuvo viviendo con nosotras, nos ayudaba mucho y se encargaba de llevar y traer a mi hija a la escuela mientras yo trabajaba. Todo iba muy bien. Él me convenció de que necesitábamos $2000 para comenzar un pequeño negocio de reparaciones de computadoras y cámaras de seguridad a domicilio. El sueño de tener negocio propio siempre lo tuve y pensé que ésta era la oportunidad de reiniciar mi vida sentimental y laboral con él, como un equipo. Yo accedí a utilizar el dinero de la devolución de los impuestos tan pronto me llegara, pero pocos días después el se mostró muy desesperado por no poder obtener ese dinero de inmediato. Yo para ayudarlo, decidí pedírselo prestado a una amiga y ésta accedió. Al día siguiente de haberle entregado el dinero, el salió contento y dispuesto a comprar las herramientas necesarias para el negocio, pero desde entonces no ha regresado, no me ha llamado, su teléfono lo mantiene apagado y por supuesto tampoco me ha devuelto el dinero. No sé que le ha sucedido pues todo iba muy bien entre nosotros”.

Mi primera pregunta a la angustiada mujer fue, ¿por qué usted piensa que él es misterioso? “Pues porque él sabe todo de mí y yo no sé nada de él, nunca he conocido a su familia ni a sus amistades. Él se me presentó al principio con un nombre y luego un día mientras organizaba su ropa, vi su licencia de conducir y encontré que sus apellidos eran diferentes, y también por otros detalles más que fui observando con el paso de los días.

Sería interesante comprender cómo funciona la mente humana y por qué confiamos, con tanta facilidad, los unos en los otros, sin sentir la necesidad de indagar, comprobar y verificar informaciones antes de tomar cualquier decisión, especialmente en éstos tiempos donde los medios de comunicación nos informan a diario de lo abusivo que puede llegar a ser el ser humano. Tal vez es el instinto que siempre me acompaña por mi labor como detective, pero igualmente mi trabajo no es ni será juzgar a las personas, sino investigar y descubrir la verdad, y eso fue lo que hice también en este caso.

Nuestro equipo de detectives comenzó la investigación con el objetivo de identificar y localizar a la pareja de mi cliente para que ella pudiera recuperar su dinero y saber el por qué de su decisión de cortar la relación tan repentinamente. Los datos que teníamos eran pocos pero aun así logramos finalmente identificarlo y obtener los resultados que buscábamos.

Si bien mi cliente creía que la verdadera razón de la “desaparición” de su novio era por causa de otra mujer, la situación era más compleja de lo que pensábamos. El sujeto arrastraba varias deudas a sus espaldas, la dirección que utilizaba en su licencia de conducir era de un buzón de correos, el vehículo que manejaba tenía su matrícula expirada y aun peor, éste hombre "cariñoso y trabajador" que "se encargaba de llevar y traer a la hija a la escuela" estaba registrado como depredador sexual por un caso de pornografía infantil. Si bien esta información sería de gran ayuda para que mi cliente tomase una mejor decisión en su vida, todavía no respondía a la pregunta sobre la ubicación actual de su novio y por supuesto, de su dinero. Nuestra investigación determinó que desde hacía varias semanas nuestro sujeto no se estaba reportando a su oficial de libertad condicional asignado. También descubrimos que recientemente había tenido otro incidente relacionado con menores y que posterior a su “desaparición”, había cruzado la frontera en un intento por evadir la justicia, no sin antes haberse quedado con el dinero de algunas personas más. La desaparición había sido planificada de antemano, su situación se estaba complicando y necesitaba algo de dinero para poder escaparse al otro lado de la frontera y mi cliente era una presa fácil. 2.000 dólares pueden no parecer mucho dinero, pero para un prófugo que está intentando escapar es de gran ayuda.

Le presenté los resultados a mi cliente y ésta quedó en shock, no podía creerlo, pero no había dudas, la evidencia era clara. Además de haberse quedado inesperadamente sin pareja, (pues por supuesto no regresaría con él nunca), y sin el soñado negocio propio, se había quedado con una deuda  de 2.000 y el horror de pensar que la gran riqueza de su vida, su hija de tan sólo 12 años de edad, había sido expuesta a un peligro que era mejor ni imaginarlo. El sinsabor, la frustración y el miedo eran sentimientos claros en su rostro. Nunca se habría imaginado a sí misma en una situación como esta.

No importa cuántas veces escuchemos la frase "en la confianza está el peligro", pues siempre terminamos confiando, y no es que confiar sea incorrecto pero debemos aprender siempre a verificar lo que nos cuentan aquellos con los que vamos a compartir dinero, bienes, el cuidado de nuestros hijos y por supuesto, nuestras propias vidas. Si las empresas y el Gobierno chequean los antecedentes de aquellos que aplican por un empleo, ¿por qué no debemos nosotros hacer las mismas averiguaciones acerca de aquellas personas en las que vamos a depositar nuestra confianza? El denominado “Due Dilligence” o “verificación debida” aplica no sólo cuando se van a realizar sociedades y contratos entre negocios sino en todos aquellos asuntos que puedan afectar nuestra vida y la de nuestra familia. Que nunca le dé pena investigar a la persona con la que usted va a unir su vida. Por su bien siempre verifique. Recuerde lo que decía el maestro “sean mansos como palomas pero astutos como serpientes”.

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